lunes, 26 de febrero de 2018

Poesía: El libro de Gloria Fuertes (2017)

La autora.-
Se definía como poeta, no como poetisa y estuvo ligada a la primera generación de gosguerra, la de los 50 por su poesía de carácter social, y al postismo. Éste último se consideró un breve movimiento poético-estético, postsurrealista síntesis de todas las vanguardias precedentes. Gloria Fuertes, sin embargo, pronto se quitó todas las etiquetas. Tuvo presencia continuada en la televisión, en programas infantiles y juveniles, lo que contribuyó a que no se la tomase muy en serio. En julio se cumplieron los 100 años desde su nacimiento, iniciándose la recuperación de su obra. Otras obras suyas: Geografía humana y otros poemas, Es difícil ser feliz una tarde, Las tres reinas magas. Aunque es conocida por su poesía también escribió teatro. 

Mi opinión.-
No leo poesía. No sé leerla. En realidad, creo que la poesía se escribe para ser escuchada. Pero compré este libro aprovechando el centenario de la autora y porque es una edición preciosa.  

Nació en la Calle de la Espada, nº 3 de Lavapiés.
Una placa lo recuerda

El amor y, sobre todo, la soledad son los protagonistas de este libro. Jorge de Cascante ha reunido poemas, notas biográficas sobre la autora y fotografías e incluso dibujos realizados por ella, testimonios sobre su vida y todo bajo la forma de álbum de recuerdos de la misma autora. Es mucho más que una antología poética y se nota la pasión del autor por Gloria Fuertes.


Vivió una vida muy difícil por la época que le tocó y por sus condicionamientos personales y familiares; pero yo creo que fue feliz. No era fácil en la posguerra y el franquismo ser libre, pero además siendo lesbiana y de clase trabajadora, sin apenas estudios ni apoyo familiar, todavía debió serlo más. Gloria Fuertes lo consiguió. Se definió siempre como feminista y poeta; pero sobre todo como pacifista. Nunca, a pesar de que todo estaba en su contra, dejó de escribir. No sé cómo pudo sortear la censura y además ser escritora infantil. Es posible que aplicase en sus relaciones personales dos características que resaltan en su poesía: la ternura y el humor. Aunque esté hablando de profunda soledad o de amor contrariado, nunca se nota su amargura.


Parece que no tuvo represalias por su orientación sexual, sin embargo, sí que sufrió una fuerte incomprensión como autora que todavía dura. En Estados Unidos es una poeta muy estudiada, pero aquí nos hemos quedado con su vertiente televisiva para un público considerado, por los grandes críticos que, a menudo, no viven en el mundo normal, poco exigente como puedan ser los niños. Su poesía, a mí  me parece muy narrativa. Siempre cuenta una historia con la máxima economía de medios, perfilando las palabras al mismo tiempo que prioriza el fondo antes que el estilo o la forma del poema.


Organizó muchos actos e iniciativas para promover la lectura dirigidas a niños y adultos. Creó una biblioteca ambulante en Soto del Real, el pueblo donde vivió durante largas temporadas. En los años 1950, junto con otras escritoras, se embarcó en recitales de poesía en distintos cafés. Las veladas se llamaban Versos con faldas y al final consiguieron su propia sede en la Carrera de San Jerónimo número 5, un sótano. Y lo hicieron porque los poetas, aquejados de un considerable ombliguismo, también las ignoraban. Un libro muy recomendable.




El libro de Gloria Fuertes
Edición de Jorge Cascante

Blackie Books

jueves, 22 de febrero de 2018

Cine: El autor de Manuel Martín Cuenca (2017)

¿Hasta dónde sería capaz de llegar un hombre por escribir literatura? Y ¿si estás rodeado de un ambiente de mediocridad? Si para escribir necesitas sumergirte en la vida, pero esa vida está rodeada de mediocres, tu literatura también será mediocre, ¿no? 

La película más que de amargura y frustración está llena de ironía. En primer lugar, porque Álvaro no se considera un fracasado. Se siente como un escritor, piensa como un escritor y quiere triunfar como escritor. Y en segundo lugar, porque el director no deja de tratar a los personajes, ahogados en su propia mediocridad, con un poco de cariño. La esposa, la portera, el profesor, los vecinos y el notario, ninguno se salvaría si fuésemos un poco críticos, pero todos tienen derecho a estropear sus vidas ruines.


Álvaro, Javier Gutiérrez, quiere escribir y para eso se vuelva en aprender, en teoría, como es ser un buen escritor. La clave la obtiene en una clase magistral. Para ser un buen escritor hay que saber contar un drama. Dramatizar la vida. Eso es lo que le dice también su profesor del taller de escritura, más interesado en que Álvaro le invite a comer a buenos restaurantes que en lo que Álvaro tiene que decir o escribir.


En su lógica y en su afán por escribir, Álvaro quiere utilizar la escuadra y el cartabón. Sin embargo, parece que la buena literatura exige otras coordenadas. Tampoco es aficionado a las trampas del subgénero literario dirigido a las masas, en el que su mujer, María León, ha triunfado. Por lo menos, Álvaro sabe mantener su honestidad.


Sin embargo, para él, sumergirse en la vida acaba siendo manipular la vida de los demás. Y aunque desde el primer momento, intuimos que el final de Álvaro no será feliz, la duda que nos queda es saber si arrastrará en su ruina a los demás. Tratar de escribir una novela, lo más literaria posible será su única tabla de salvación y también su ruina.


Me ha gustado mucho la puesta en escena, sobre todo cuando Álvaro intenta escribir, dominada por colores blancos y por la desnudez de las paredes y también la desnudez de Álvaro que contrasta con las vidas habitadas y las casas vestidas de sus vecinos que revelan más de la propia personalidad de éstos que sus propias palabras. La casa de la portera, sería una casa de los horrores para cualquier decorador, llena de cuadros imposibles, de figuras de animales de todos los tamaños y de pasos de semana santa o la casa del militar jubilado llena de armas y de cabezas de animales disecadas, buenos muebles y mucha soledad.



Las sombras que hablan para que Álvaro las escuche, las grabe y se inspire en ellas para lograr su gran novela, han sido otro acierto del director. A veces la película se hace un poco lenta y larga, pero es muy recomendable. Al final, lo que a nosotros nos parece una tragedia para Álvaro será su felicidad. Aislado del mundo podrá manipular a su antojo las pequeñas historias que genere a su alrededor. 


Dirección: Manuel Martín Cuenca
Guion: Manuel Martín Cuenca, Alejandro Hernández sobre novela de Javier Cercas
Música: José Luis Perales, Pablo Perales Carrasco
Fotografía: Pau Esteve Birba
Intérpretes: Javier Gutiérrez, Antonio de la Torre, Adelfa Calvo, María León, Adriana Paz, Tenoch Huerta. 

lunes, 19 de febrero de 2018

Ensayo: Feminicidio de Graciela Atencio (ed.)

Una definición simple de Feminicidio sería el asesinato de mujeres por ser mujeres. Sin embargo, creo que la mayoría de la gente no considera necesario que esta nueva calificación de la violencia contra las mujeres deba de existir. Piensan que cualquier homicidio o asesinato o simplemente cualquier muestra de violencia contra otro ser humano ya tiene cabida en los códigos penales sin necesidad de especificar que la víctima es una mujer que ha sido elegida como víctima simplemente por ser mujer.

Graciela Atencio
Se equivocan. Crear una nueva categoría para definir la violencia contra las mujeres cada vez es más necesario. Se trata no sólo de definir sistemática e inclusivamente la violencia contra las mujeres, sino que además esta definición debe ser compartida internacionalmente o incluso, apostando ya decididamente por la utopía, que sea objeto de justicia universal. No es tan inverosímil encontrar similitudes entre el feminicidio y el resto de crímenes universales. Y además, esa nueva categoría implica la responsabilidad del estado y desterrar, definitivamente, la violencia contra las mujeres como un ejercicio privado de violencia.


El término feminicidio ha sufrido un proceso de decantación constante a partir de la segunda mitad del siglo XX, justo en el mismo momento en que la violencia contra las mujeres, contra aquéllas que cuestionan el sistema patriarcal y especialmente contra las que no lo hacen, se ha ido recrudeciendo. Para algunas no cabe duda de que es necesaria una regulación más específica y, en este sentido, se está actuando en varios países. Muestra de ello son las regulaciones como la Ley Orgánica 1/2004 de Protección Integral contra la Violencia de Género en España que, con todas sus deficiencias, ha sido un sólido punto de partida.

Beatriz Gimeno

Pero todavía queda camino por recorrer. Las autoras señalan que es muy importante introducir en las legislaciones el término feminicidio porque inmediatamente remite al término homicidio y porque además lo delimita como un tipo penal específico y propio. No sólo es importante una correcta denominación jurídica de los hechos sino que el lenguaje es por sí mismo creador de la realidad. Renombrar la violencia contra las mujeres como feminicidio permite abordar la lucha desde la plena igualdad entre géneros.


Las autoras también relacionan el feminicidio, especialmente en Latinoamérica, un feminicidio perpetrado contra mujeres que los feminicidas no conocían previamente. Y lo relacionan con la aparición del neoliberalismo y la consiguiente reorganización/precarización de las relaciones económicas que procura la quiebra de la imagen del varón como proveedor exclusivo. Dicho de otra manera y utilizando la jerarquización social de la masculinidad de Raewyn Connell, incluso el hombre situado en el último peldaño de esta jerarquía tenía antes el dominio sobre mujeres. Hoy eso empieza a cambiar. Por una parte, por el acceso de las mujeres a la educación y puestos de trabajo más cualificados y por otra, porque la precarización de los empleos afecta también a los hombres.



Esta convulsión en los roles de género debe ser tenida en cuenta y desde los poderes públicos y las empresas privadas debe de facilitarse a los hombres la adaptación a los nuevos roles. Pero tampoco debe de servir como excusa para minimizar la responsabilidad de éstos en su propia reconversión. Aunque este libro da primacía a la vertiente jurídica del feminicidio, su lectura es absolutamente imprescindible. Más información en feminicidio.net.



Feminicidio
El asesinato de mujeres por ser mujeres

Graciela Atencio (ed.)

FIBGAR-Catarata

jueves, 15 de febrero de 2018

Novela: Miss Fifty de Rosa Ribas (2015)

La autora.-
Rosa Ribas nació en el Prat de Llobregat en 1963. Estudió Filosofía Hispánica y se trasladó a Alemania donde sigue viviendo. Es muy conocida por sus series de novela negra. Una de ellas escrita en colaboración con Sabine Hofmann y protagonizada por Ana Martí. Son tres novelas que constituyen la Trilogía de la España de los Años 50. Pero también cultiva otros géneros representados por Pensión Leonardo o Miss Fifty. Su última novela es La luna en las minas. 

Mi opinión.-
Leí hace unos meses Pensión Leonardo y me encantó. Tengo además pendiente leer Don de lenguas, una de sus novelas negras. Para el verano, me he decidido por Miss Fifty. Me la habían recomendado varios amigos y no me defraudado. Eso sí, hay que tener en cuenta que no se parece en nada a ninguna de sus otras novelas.

Miss Fifty en acción
¿Qué ocurriría si del tratamiento contra el cáncer de mama surgiera algo bueno? Pues al principio, estaríamos muy desorientados. Sería difícil relacionar una cosa y otra. Adaptarse a los cambios daría lugar a distorsiones y las consecuencias en la vida familiar y personal tampoco serían muy asumibles. Esto le ocurre a Marta Ferrer.

La radioterapia
Como resultado de la radioterapia adquiere superpoderes que la hacen parecerse a cualquiera de los superhéroes de cómic y cine que viven en nuestra imaginación. Pero estos superpoderes también le hacen sufrir una transformación. Primero tiene que conocerlos, luego saber utilizarlos y al final, integrarlos totalmente en su vida personal y familiar. Así Marta Ferrer, una funcionaria de 54 años y de buen ver, tiene que sobreponerse al trauma de haber sufrido un cáncer y además reorganizar su vida en función de los superpoderes adquiridos, teniendo en cuenta que su marido vive todos estos cambios con la preocupación de que Marta se ha agenciado un amante mucho más joven que él. Marta se enfrenta a esta nueva situación, superpower, tirando de humor aunque su amiga Raquel, que trata de superar su excesivo racionalismo y sus limitaciones emocionales, tiene que recordarle constantemente que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

En la Estación de Francia de Barcelona se esconde uno de los supervillanos
Pero ser superheroína tiene también la contrapartida de tener que enfrentarse constantemente a supervillanos. A lo largo de la novela, Miss Fifty se encontrará con algunos de ellos, cada cual peor y más cómico. Desde la envidiosa Yodaína, hasta el turista meón, pasando por La hormiga atómica, hasta llegar a la Bola platónica formada por un matrimonio de jubilados, amargados, maledicentes y que siembran la discordia a troche y moche, que además no tiene ni siquiera la más mínima idea de ser “… un villano contaminante inconsciente de su toxicidad”.

Yodaína, supervillana
Miss Fifty también encontrará a otros superhéroes como ella que le ayudarán en sus misiones y también se ganará el respeto del inspector Jordi Gurruchaga. Si algo no me ha gustado de esta novela ha sido la poca relevancia de este inspector porque sólo con ese nombre que trasciende nacionalismos, en estos tiempos turbios de naZionalismo, podría haber dado mucho juego. Me quedo con la duda de cuál sería su segundo apellido. Quizá esta poca relevancia tenga su razón de ser. Cuenta la autora que la idea para esta novela surgió de una conversación con una amiga convaleciente de un tratamiento contra el cáncer. Comentaron la poca relevancia de las mujeres de más de 40 años en las novelas, cine, cómics, etc. Así esta superheroína cincuentona, cincuentañera surgió de la idea de enfrentarse a la adversidad y a una enfermedad mortal y de la invisibilidad que la sociedad patriarcal otorga a determinadas mujeres.

En la estación de metro abandonada "Fernando" se esconde la Hormiga Atómica
La novela se ha editado cuidadosamente por Reino de Cordelia y además está ilustrada por María Espejo. Muy recomendable.


lunes, 12 de febrero de 2018

Exposición Fotografía: Tina Modotti. Fotógrafa y Revolucionaria. FNAC Plaza España.

Como desde los 15 años son feminista radical, me he ocupado siempre de bucear en las estanterías de las librerías para encontrar biografías de mujeres excepcionales. Las encontraba principalmente en la Librería de Mujeres de Zaragoza, que primero estuvo en la calle Maestro Marquina y después en San Juan de la Cruz. Allí me compré mi primer libro feminista que todavía conservo. El segundo sexo de Simone de Beauvoir, en dos tomos, de la Editorial Siglo XXI. Y allí seguiría comprando si no la hubiesen cerrado hace años. Una lástima. 

Recuerdos

Encontré también la biografía de Tina Modotti, de Pino Cacucci, en la editorial Circe que todavía funciona y que sigue editando títulos muy interesantes. Yo había conocido ya a Tina Modotti por su faceta de fotógrafa pero este libro me descubrió su compromiso político.


Había emigrado muy joven a Estados Unidos desde Italia y allí empezó a trabajar siendo una adolescente. Intervino también en películas mudas en el floreciente Hollywood y empezó a interesarse por la fotografía. Edward Weston sería su maestro y juntos se trasladarían a México. Allí conoció también a pintores de la época: Frida Kahlo y Diego Rivera, entre otros de la Unión Mexicana de Artistas.


A pesar de haber tenido influencia del pictorialismo de Weston y de haber comenzado con una fotografía más formalista, en México se desarrolló vivamente su espíritu crítico y su compromiso político con la revolución rusa. Optó entonces por la fotografía documental y el reportaje para la prensa:  niños pobres, campesinos, manos de trabajadores y trabajadoras quemadas por el sol y sus célebres bodegones con sombreros mexicanos y mazorcas de maíz, hoces y martillos. Su compromiso político le impulsó a militar en el Partido Comunista Mexicano desde 1927, hasta que la expulsaron del país por su activismo y volvió a Europa.


Estuvo en Berlín pero terminó recalando en Moscú y allí dejó casi definitivamente la fotografía por un activismo más práctico. Ella decía que prefirió elegir la vida al arte. Colaboró con la Organización Internacional de Ayuda para los Refugiados que durante la Guerra Civil en España, se llamó Socorro Rojo Internacional. Cuando Modotti se trasladó a España empezó a ocuparse del SRI y también trabajó como reportera para la revista Ayuda, su órgano de difusión. Conoció en España a todos los dirigentes del PCE e incluso atendió a la Pasionaria cuando esta enfermó de hepatitis.


En España también se reunió con su amante Vittorio Vidali, miembro del Partido Comunista Italiano, enrolado en el Ejército Republicano. En febrero de 1939, cuando la guerra estaba ya perdida, Tina Modotti abandonó España, cruzando la frontera hacia Francia.


Entonces regresó a México con nombre falso y no retomó su carrera como fotógrafa. Siguió con su activismo político hasta que murió en 1942. Tuvo un infarto cuando iba en un taxi camino de su casa. Hay quienes dicen que fue envenenada por el propio Vidali cumpliendo una orden directa de Stalin.   


Su obra como fotógrafa no es muy extensa. Unas 400 fotografías. Pero son fotografías donde palpita la vida y la lucha es más intensa. Tina Modotti no quería utilizar artificios. Únicamente trató de documentar la pobreza y la injusticia para que todos asumiéramos nuestro deber de combatirlas. Esta exposición de FNAC Plaza España no le hace justicia, pero por algo se empieza. También se ha editado libro-catálogo escrito por la misma comisaria de la exposición, Margaret Hooks. Hasta el 28 de febrero, en Zaragoza. Después seguirá por otros centros FNAC. 


jueves, 8 de febrero de 2018

Narrativa: La cámara sangrienta de Angela Carter

La autora.-
Angela Carter fue periodista y novelista británica. Se considera adscrita al género fantástico y siempre estuvo muy interesada por la interpretación psicoanalítica de los cuentos tradicionales. De estilo exuberante y muy poético, irreverente y también cómico. Otras obras suyas: El doctor Hoffman y las infernales máquinas del deseo, Noches en el circo

La ilustradora.-
Alejandra Acosta ha sido directora de arte de varias revistas, ilustradora y docente universitaria. Ha recibido menciones y premios en varios certámenes de ilustración. Ha publicado también Las relaciones peligrosas.

Angela Carter
Alejandra Acosta

Mi opinión.-
Angela Carter se definió por sus posturas feministas y socialistas. Aunque su estrategia de recrear los cuentos desde un punto de vista más feminista, también ha sido criticada porque, en cierta manera, embellece y perpetúa los mismos arquetipos y estructuras patriarcales.

La cámara sangrienta

En esta colección de diez relatos reescribe los cuentos tradicionales y les da un nuevo aire mucho más subversivo, oscuro y a veces irónico. Profundiza en la expresión libre de la sexualidad y el deseo oculto de las mujeres, en la codicia y en el descubrimiento de uno mismo.

La dama de la casa del amor
Así que utiliza la escritura para revelar los esquemas mentales utilizados, a veces subrepticia a veces explícitamente, para adoctrinar a los seres humanos. Pero en esta reescritura yo creo que no siempre consigue su objetivo. A menudo consigue que la mujer únicamente ocupe el lugar tradicional de un hombre pero que, al mismo tiempo, siga haciendo lo mismo que haría él.

El cortejo del señor león




No siempre es así. En La cámara sangrienta por ejemplo, el cuento que da título al libro y que es una reescritura del cuento de Barbazul con gran carga erótico-morbosa, el personaje salvador es una mujer fuerte, una mujer anciana y sabia, que sabe anticiparse a la catástrofe. No es frecuente que una mujer salve a otra mujer del abismo y mucho menos si es su madre. Pero hay otros cuentos en los que parece que la autora sólo busca esa inversión de roles de la que hablaban antes.

 
La cámara sangrienta
Eso pasa en El cortejo del señor león o en La novia del tigre donde la protagonista salva de su infelicidad y decadencia a una bestia, convirtiéndose en su compañera fiel. Especialmente, en este último la protagonista sólo descubre su verdadera naturaleza abandonándose a lo desconocido, pero para que esto suceda debe de pasar de manos de su padre a manos del marido/tigre. Nada nuevo.

La niña de nieve
El rey de los trasgos, junto con La cámara sangrienta me han parecido los mejores cuentos. En el primero, la autora se involucra en una escritura hipnótica. Recrea así la atmósfera de seducción/abducción que el trasgo ha realizado sobre la joven. Hay un constante viaje entre el pasado y el presente. La joven recuerda en pasado, quizá, la seducción del trasgo; pero en el presente parece haber despertado de ese hechizo y planea asesinar al hijo trasgo que tuvo. 

Lobalicia

Los tres últimos cuentos tienen como contexto común la existencia de hombres lobo. Son tiernos lobos enfrentados a caperucitas fuertes, capaces de sustituir a la abuelita y convertirse en las nuevas lobas. El libro es muy recomendable por la originalidad de los cuentos y por las excelentes ilustraciones realizadas con collages, muy inspiradas en la pintura de Leonora Carrington o Remedios Varo, con un punto perverso muy poderoso. De Alejandra Acosta tengo también un libro-joya, Del enebro, editado por Jekyll&Jill, sobre un cuento de los hermanos Grimm.



La cámara sangrienta 
Ángela Carter

Ilustrada por Alejandra Acosta
Traducción de Jesús Gómez Gutiérrez

Ed. Sexto Piso 

lunes, 5 de febrero de 2018

Novela: Capital del desierto de Jorge Sanz Barajas (2016)

Zaragoza es una ciudad tan desprotegida frente a un viento persistente que no cabe duda de que el Cierzo afecta gravemente a sus ciudadanos. La ciudad se agarra desesperada a la orilla del río Ebro, sin una mala montaña que pueda resguardarla del viento, en un valle estrecho y encajonado donde el Cierzo encuentra su precipitada salida natural hacia el mar. Llevándoselo todo. Todo esto hace que nuestro carácter sea un poco áspero, teñido de desesperanza y sobre todo, somarda o cínico como se diría por otros sitios, pero resistente y abocado a la supervivencia cueste lo que cueste. Son más de dos mil años de historia y todavía no hemos decidido abandonar y buscar climas más suaves. Así es la Capital del desierto

Colegio Hogar José Antonio en 1938, para "reeducar" a los hijos de los vencidos
Para mí la principal dificultad que tiene esta novela es ser una novela coral. No es fácil manejar tantos personajes en un espacio tan restringido ni dotarles de personalidad suficiente. La verdad es que, a veces, he llegado a perderme, pero, al mismo tiempo, no creo que se pueda prescindir de ninguno de ellos. Todos aportan diferentes visiones y posturas vitales en ese momento histórico de miedo y represión.

La Guardia Civil custodiando el rodaje en Valdespartera
Durante la posguerra, la gente hace esfuerzos por sobrevivir. Unos perdieron la guerra y pagaron las consecuencias, pero otros van a perder también la posguerra porque, al fin y al cabo, siempre ganan los mismos. Los que tienen dinero comienzan entonces, o quizá ya existiera antes, una tradición de especulación inmobiliaria que todavía colea.

Restos de la Ermita de Santa Bárbara en Valdespartera
En ese mundo gris de posguerra, en esta pequeña ciudad de provincias, donde destacan la mezquindad y el deseo de trepar, en 1958, se asentará durante unos días el brillo falso de las estrellas de Hollywood, Gina Lollobrigida entre ellas. Esos destellos tendrán un impacto mínimo en las vidas pequeñas de los protagonistas, aunque proporcionarán involuntariamente un escenario para la venganza, en Valdespartera, precisamente donde se localiza una fosa común de la Guerra Civil. Estos protagonistas son parejas jóvenes que quieren dejar atrás la guerra pero que sienten que no tienen ningún futuro. Me ha llamado la atención que ninguno de ellos tenga hijos y que todavía estén intentando digerir el pasado. Se comportan como actores secundarios de sus propias vidas.

Esto es una aceitera
Un bicho, una aceitera de lomo negro y rojo arrastraba el abdomen entre sus piernas. No la tocó: sabía que urticaban la piel pero que si la dejaba pasar, volvería a la tierra. 

Solo cuando sintió como aquel día el calor del sol a su espalda, se incorporó. Vio la ermita de Santa Bárbara, imaginó bajo ella la vaguada conde reposaban sus padres, sepultados bajo un par de metros de polvo y barro, piedra y cal. 

Hay un intento en la novela de aproximar posiciones políticas encontradas, de recordar y de reconciliar también y de tomar consciencia de quién es el verdadero enemigo o, al menos, de que esos personajes traicionados por unos y por otros tienen tantas cosas en común como diferencias y que ninguna de ellas debería haber sido suficiente razón para matarse en una guerra civil y después en una guerra internacional y después en una posguerra no menos violenta.

Todavía existen estas barriadas.
Hay también otro personaje principal. Es la propia ciudad y su desarrollo clientelista y feudal, como dice el autor en una entrevista. Una ciudad que crece para acoger a los desesperados que emigran hacia las ciudades. Barriadas de viviendas baratas, arracimadas sin ningún orden y, con pequeñas iglesias y bares, como únicos equipamientos urbanísticos. Barrios alejados del centro, del centro de la ciudad y de los centros del poder político, pero no por eso inactivos y donde años más tarde se consolidarán los primeros movimientos sociales y vecinales.

La reina de Saba en el desierto de Valdespartera
Cada capítulo se inicia con unos versos de Manuel Pinillos, poeta zaragozano que yo no conocía. Se le define como poeta del desarraigo existencial, de la aspereza de la vida y de la aspereza de la muerte. Esta novela me ha hecho descubrir su poesía. Y eso ya sería suficiente razón para leerla, sin embargo, tiene mucho más. Amor por la ciudad, una ciudad tan desolada como cruel.

Manuel Pinillos.

La librería Los portadores de sueños de Zaragoza ha creado en su página web una serie de rutas literarias por la ciudad. Una de ellas es la correspondiente a la Capital del desierto.

jueves, 1 de febrero de 2018

Relatos: Una mujer desposeída de Shobha Rao (2017)

La autora.-
Shoba Rao se ha criado en Estados Unidos aunque nació en la India. Ha participado en varios libros de relatos y ha recibido algunos premios. Es una escritora muy joven. Una mujer desposeída es su primer libro de relatos. 

Mi opinión.-
Más que un libro de relatos es una novela fragmentada. Cada cuento es una pieza de la novela, más que un capítulo e, incluso, varios cuentos comparten personajes. Los secundarios de un cuento acaban siendo protagonistas del siguiente. En diferentes épocas, en diferentes escenarios, se produce el reencuentro entre el lector y un personaje que conoció en otro cuento; el mismo personaje que conserva algunos rasgos y que ha adquirido, a veces traumáticamente, otros.

Renu contemplaba las montañas Shivalik abrazada a su marido
Es un libro de relatos fascinante y terrible, doloroso y abrumador. Sobrecogen las vidas sacudidas, despedazadas e interrumpidas por la gran política y su repercusión en estos pequeños personajes dominados por la pobreza, el desarraigo y la miseria. Son las microhistorias que no aparecen en los libros de historia.

Los refugiados internos se llaman desplazados
En 1947, el Imperio Británico empezó a desmoronarse y tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos. Entonces decidió jugar con reglas, compases y rotuladores de colores y dibujar nuevas fronteras que inventaban países, sin tener muy en cuenta ni las diferencias ni las similitudes culturales que habían perdurado durante siglos. Más o menos lo que hizo España en Latinoamérica, pero 150 años antes. Esto da razones para la desesperanza, porque podemos intuir que nadie, ni siquiera los países, aprende de los errores de otro. Ni individual ni colectivamente.


Así se separó una región de mayoría musulmana que después dio lugar a Pakistán, de la India que mantuvo su mayoría de religión hindú. Pero no todo fue tan aséptico como el trazado de una línea en un mapa de papel. Millones de personas fueron desplazadas de sus lugares de origen e implantadas en otros que poco tenían que ver con ellos. Esto quiere decir que, quienes vivían de sus tierras pobremente tuvieron que abandonarlas y hasta eso perdieron y, entre todos esos pobres y empobrecidos, las mujeres todavía fueron doblemente víctimas. Miles de mujeres de ambos países fueron raptadas, prostituidas y humilladas. Posteriormente en 1949, la Ley de Recuperación y Restitución de Personas Secuestradas, intentó paliar las consecuencias de esta imprudencia, pero la solución, restituir a las mujeres a sus pueblos de origen, fue mucho peor. Muchas de ellas fueron entonces rechazadas por sus propias familias e incluso asesinadas por haber ofendido gravemente el honor patriarcal. Eso fue lo que la gran política les hizo.


Este libro, sin embargo, va más allá. No se ocupa sólo de las mujeres desposeídas de su país, de su pueblo, de sus familias e incluso de sí mismas. Hay también relatos protagonizados por hombres. Relatos tan trágicos y dolorosos como los de sus compañeras. Relatos marcados por el abuso y por la convicción de que los niños y niñas abusados nunca escaparán del abuso. O siguen sufriéndolo o se convierten en abusadores.

No todo es tan aséptico
A mí este libro de relatos me ha recordado, en algún momento, a la literatura descarnada y desesperanzada de Raymond Carver, del que leí y comenté hace unos meses Tres rosas amarillas. Tiene esa misma atmósfera de fatalidad y de ruina moral. Los personajes intentan llevar vidas normales, pero son sacudidos por acontecimientos que no pueden controlar y aunque tratan de sobreponerse, no hay manera de que puedan conseguirlo. Además la parquedad con la que están escritos los relatos, contribuye a incrementar la sensación de desasosiego y el punto final de cada uno de ellos es un hachazo dirigido sin compasión hacia el lector. Eso ocurre en el cuento Con los ojos vendados; una mujer observa con terror cómo una niña va a ser atacada por una serpiente y sufre por ella y sufre por ella porque es su inversión. Hace unos meses que la ha comprado para su burdel. 




Una mujer desposeída
Shobha Rao 

Trad. Eugenia Vázque Nacarino

Ed. Alfaguara