El director Joe Wright (Expiación) se está especializando en adaptaciones de grandes obras literarias y en ésta ha contado, como guionista, con Tom Stoppard (Parade’s End). Ha sido muy criticado porque, violentando deliberadamente el carácter realista de la novela, la ha situado en ese espacio teatral que tan buen resultado tiene visualmente.
La propuesta visual hace que el texto pierda protagonismo, de eso se trata ¿no? Una adaptación debe priorizar el lenguaje que esté utilizando, en este caso el cinematográfico-teatral; si fuese una adaptación en ópera, se primaría la expresión de los sentimientos a través de la música. Aquel que quiera una adaptación absolutamente fiel, debería recurrir a leer la novela.
La puesta en escena es muy impactante. Para mí, novedosa. Los personajes se deslizan por el “teatro de la vida”, con cambios de escenario, movimientos constantes y el vértigo de las pasiones; una vida burguesa amable y superflua, llena de delicadeza y vacío. La sucesión rápida de imágenes del principio se va ralentizando a medida que se consolida el drama. Me ha recordado a veces el “Moulin Rouge” de Baz Luhrmann.
Cuando leí la novela, hace tiempo, Karenin me pareció un personaje odioso y Ana y Vronski, el colmo del romanticismo. Ahora Ana me parece una palurda emocional. Ese tipo de mujer que no ha vivido nada, que nunca ha sido responsable de su vida y a la que cualquier patán-pijo le parece la encarnación de la pasión más ardiente. En fin, de esas mujeres a las que las novelas románticas les causan el mismo efecto que a don Quijote las novelas de caballería.
Una cosa que no me ha gustado de la peli es la poca “química” entre Keira Knightley (Ana) y Aaron Taylor-Johnson que interpreta, muy bien, al Conde Vronski y que es un actor al que yo no conocía. Stoppard y Wright se han propuesto conseguir que Alexei Vronski sea un petimetre, un caballerete con pelillos en el bigote, pijo, inmaduro y poca cosa más. Sin embargo, Alexei Karenin (magistral Jude Law), es un personaje sólido, doliente y contenido, que ama profundamente a Ana, como se ve en la escena final de la película, y que también vive sometido a la parálisis emocional que exige la alta burguesía.
Tolstoi no trataba sólo de contar las historias de amor, adulterio e hipocresía de una clase social ociosa, también trataba de ofrecer la alternativa de otro tipo de vida en teoría más verdadera. Una vida plena en el campo, alejada de la oscuridad y de las intrigas mundanas de la burguesía; “bendecida” por la claridad de la luz del sol. Es la vida de Konstantin y Kitty, muy parecida a la que el mismo Tolstoi llevó. Este contraste de oscuridad y luz, opresión y libertad, se resuelve perfectamente en la fotografía de Seamus McGarvey e incluso en el diseño de vestuario de los personajes: Ana y Karenin están asfixiados por su ropa.
También Konstantin y Vronski parecen el mismo personaje pero que ha evolucionado en el tiempo. Konstantin Lyovin es el terrateniente compasivo con sus siervos; sufre el amor y el rechazo y eso le transforma. Podemos tener fe en que el inmaduro Vronski llegará a ser Konstantin. Ambos contienen un tono autobiográfico: también Tolstoi fue un terrateniente que heredó una fortuna, participó en la guerra contra Turquía y llevó una vida “alegre”, empapada en alcohol y juego, hasta que sufrió una crisis personal profunda, crisis filosófico-político-religiosa, de la que salió triunfante.
Y lo último ya, insistir, como hago casi siempre, en las diferentes consecuencias que transgredir las normas tiene para hombres y mujeres. El conde Vronski sigue con su vida, no es despreciado por su familia ni por sus amigos. Incluso su madre dice que forma parte de la educación sentimental de un joven, una aventura con una mujer casada, siempre que sea discreta. Pero para Ana las cosas son diferentes.
Completamente de acuerdo, como siempre, en lo que dices. Por poner el punto "superficial" a la crítica de la película: excepcional el diseño de vestuario y sobre todo los 3 millones de dólares en joyas de Cartier (que son auténticas de verdad de la buena), sobre todo el collar de las flores.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Bueno, 3 millones en joyas, no es algo muy superficial, ¿no? Nos vemos en la próxima.
EliminarYo quisiera solo añadir el toque emocional en dos personajes. Ana y Alexei que quieren mucho cada uno por su lado pero Alexey gana...Siempre Ana me da mucha pena...Me encanto la adaptacion, puesta en escena, vestuario, joyas...Elcresultado ha sido una bomba . buen cine...solo q. Me ha empachado el personaje del joven ruso q tiene las cosas muy claras...
ResponderEliminarTu critica Mar de la. Pelicula muy buena.
Tienes toda la razón. Parece que los seres humanos necesitamos un manual para aprender a amar porque cada vez lo hacemos peor.
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