martes, 30 de noviembre de 2021

Novela: La reina sin espejo de Lorenzo Silva (2005)

El autor.-
Lorenzo Silva estudio derecho y ejerció como abogado durante bastantes años. Sin embargo, su vocación literaria terminó ganando. Ha escrito principalmente novela, pero también poesía, algún ensayo y un par de libros de viajes. También ha sido guionista de cine y colabora habitualmente en la prensa. De la serie de Bevilacqua y Chamorro lleva ya escritas doce novelas; bueno dos son libros de relatos. Otras obras suyas: Historia del Marruecos español, Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos, Trilogía de Getafe. 

Mi opinión.-
Me ha parecido que, en esta novela, Chamorro estaba más presente que en otras. Sin embargo, la he visto casi siempre malhumorada, a la defensiva y un poco agresiva, marcando territorio respecto a sus compañeros. No es para menos, aunque no fuese de las primeras mujeres en incorporarse a la disciplina militar de la Guardia Civil (el proceso comenzó en 1988); no tuvo que ser fácil tampoco en los años posteriores adaptarse a las rigideces de la empresa, aunque contase con la ayuda y la protección incondicionales y un poco paternalistas de Bevilacqua. Chamorro dice, los machistas sois más predecibles, y si se sabe llevaros mucho más manejables. De todas maneras, Chamorro siempre está para escuchar las paranoias, las quejas y las dudas de Vila, personales y profesionales. Así que se complementan cada vez mejor.

Esta vez Vila está especialmente melancólico. Son continuas sus referencias al paso del tiempo y el desgaste que nos produce en los cuerpos y las mentes. Sin embargo, no es sólo una crisis de edad sino que se intuye que en Barcelona dejó una penita de amor no resuelta y que tampoco se atreverá a resolver en esta ocasión. Intuyo que fue el origen del fracaso de su matrimonio, así que es posible que se tratase de una infidelidad por su parte.

Vila además se encuentra con Altavella, el marido de la asesinada, un escritor con el que estuvo fascinado en su juventud. Ahora, un hombre viejo y desgastado por la vida que, sin embargo, ha triunfado socialmente. Es un intelectual de clase alta, un catalán soberbio y algo arrogante que, mira un poco por encima del hombro a Vila, el guardiacivil que, presumiblemente, será un paleto brutal porque la Guardia Civil no ha evolucionado desde el siglo XIX. Por otra parte, Vila se pica por ese menosprecio al mismo tiempo que parece verse reflejado en la vejez de Altavella. Su primer encuentro es una clara confrontación de egos no sé si porque Vila es intelectualmente vanidoso o porque se siente en la obligación de “lavar” la imagen tradicional de la Guardia Civil.

Respecto al contexto político-social, Lorenzo Silva aprovecha para describir la coexistencia, a veces difícil, de los distintos cuerpos de seguridad nacionales con la recién creada policía autonómica catalana. No se trata de hacer un análisis exhaustivo, porque no es el tema fundamental de la novela, sino de dar unas pinceladas a través de algunos personajes. Algunos guardiaciviles catalanes se han incorporado a los Mossos y queda patente que han mejorado en algunos aspectos y en otros no; los guardiaciviles que se han quedado en la empresa, sin embargo, se quejan de tener cada vez menos competencias y de que sus instalaciones cada vez están más alejadas del centro de trabajo. Sin embargo, todos optan por la profesionalidad y por colaborar unos con otros de la mejor manera posible. No sé si ahora seguirá siendo así o las diferencias habrán creado un abismo que perjudique a los ciudadanos.

En definitiva, cuando se escribió la novela en 2005, se intuía ya el preludio de lo que estamos viviendo ahora, el esperpento de un referéndum cutre-ilegal y una parálisis en la política, debida a la falta de vergüenza de los políticos indepes  que parece que no tendrá fin: Ahora ya no manda el nacionalismo, sino el marxismo. … el sistema de los hermanos Marx... es lo que dice un personaje.

Lo que me fastidia de estas novelas es que soy incapaz de captar todas las referencias literarias e insertarlas en la trama para llegar a la misma conclusión que los investigadores. Es frustrante. Esta vez la corriente subterránea que recorre toda la trama está inspirada en A través del espejo, la segunda aventura de Alicia (la del país de las maravillas). Y ese traspasar el espejo es un símbolo de cruzar hacia el peligro, de dejar en esta orilla la comodidad, el triunfo, la familia o el amor y elegir el lado peligroso para sentirse vivo. Aunque se acabe pagando un precio tan alto como es perder la vida. También ha habido adaptación a serie de televisión, no muy afortunada, y puede verse en RTVE a la carta. Y si se puede reprochar algo a esta novela es que, a pesar de que el asesinato se produce en una ciudad de Zaragoza, poca relevancia tiene el sitio en la investigación de la trama. En cualquier caso, novela muy recomendable como el resto de la serie.

Serie Bevilacqua y Chamorro:
El lejano país de los estanques, 1998. Premio Ojo crítico
El alquimista impaciente, 2000. Premio Nadal
La niebla y la doncella, 2002
Nadie vale más que otro, 2004. Relatos
La reina sin espejo, 2005
La estrategia del agua, 2010
La marca del meridiano, 2012. Premio Planeta
Los cuerpos extraños, 2014
Donde los escorpiones, 2016
Tantos lobos, 2017. Relatos
Lejos del corazón, 2018
El mal de Corcira, 2020

 

La reina sin espejo
Lorenzo Silva
Destino

viernes, 26 de noviembre de 2021

Cine: La Crónica francesa de Wes Anderson (2021)

No es la película que más me ha gustado de Wes Anderson pero le sigo reconociendo el mérito de hacer un cine arriesgado, creativo y visualmente excepcional. Para los detractores de Anderson como para los seguidores del mismo, el comentario puede ser muy evidente. Más de lo mismo. Pero es que lo mismo, es muy bueno. 

La Crónica francesa es un homenaje al periodismo local, al periodismo de reportero que se recorre la ciudad, una ciudad pequeña, con su moleskine y un bolígrafo. En esta ocasión la ciudad está situada en Francia y se llama Ennui-sur-Blasé que se podría traducir libremente del francés como Aburrimiento apático. No sé si es una crítica mordaz contra todo lo francés o un guiño cariñoso por contraposición a la vertiginosa vida de cualquier ciudad estadounidense. En cualquier caso, la película comienza con un homenaje al gran Jacques Tati y a la escena, excepcional, de la casa en Mi tío. Subida y bajada de escaleras, ventanas, balcones, pasillos y puertas y, al final de todo ese ajetreo, la redacción de la revista Liberty Kansas Evening Sun.

Una redacción donde todavía se utilizan corcheras, clips, grapas, gomas de borrar, pequeñas libretas y lápices. Todos aquellos artilugios que se utilizaban cuando la ola digital no nos había anegado todavía. Todo ello saturado con magníficos colores pastel y papel pintado en las paredes, con peinados y moños imposibles, con tirantes y zapatos de tacón bajo y faldas plisadas a la altura de la rodilla.

La película está estructurada igual que una revista. Sus reportajes son lo que interesa al público y la galería de personajes no tiene desperdicio. Empieza con un paseo por la ciudad que pone de manifiesto lo poco que ha cambiado en los últimos años. Las mismas calles están dedicadas a los mismos gremios. Los carteristas y las prostitutas ocupan las mismas esquinas y donde hubo un mercado siempre habrá un mercado, aunque sea diferente.

Sigue con la crónica rosa. La historia de amor entre un convicto que gruñe y su carcelera que apenas habla y que se convertirán en un pintor abstracto muy cotizado y su evasiva musa. Ambos personajes rodeados por una fascinante maestra de ceremonias y un marchante con muy pocos escrúpulos. La segunda historia narra una rebelión de jóvenes estudiantes que en sus reivindicaciones tratan de facilitar al gran público toda una retahíla de consignas erótico-políticas-intelectualoides inspirada por el mayo del 1968. Y en la tercera, las páginas destinadas a sucesos están representadas por el secuestro del hijo del jefe de policía, un gourmet un poco cargante que ha encarcelado a un contable cuyos amiguetes mafiosos quieren liberar (o algo así) y que, además, en un medido homenaje a Tintin incluye unas escenas de animación.

Todo sirve para mezclar esta iconografía tan colorida con el más riguroso blanco y negro y las imágenes de actores reales con las de animación, de manera que se despliegan por la pantalla como las hojas de una revista editada en papel, en papel del bueno. Además con la intención de recrear un modo de hacer muy artesanal como ya demostró en la magnífica y conmovedora Isla de perros y con una puesta en escena delicada, elegante, un poco cursilona y demodée. En realidad, intemporal.

Respecto a las interpretaciones los actores y actrices están completamente entregados. Son los colabores habituales del director, aunque algunos apenas tengan una brevísima escena. Eso le ha pasado a Elisabeth Moss y a Saoirse Ronan y creo que por eso salí un poco decepcionada del cine. Por eso y porque, en definitiva, el resultado a mí me ha parecido irregular. Entre todos los artículos/episodios me quedo con el primero, el del pintor y la carcelera interpretados por Benicio del Toro y Léa Séydoux, flanqueados por Tilda Swinton y Adrien Brody. En el de los jóvenes airados destacaría la interpretación de Frances McDormand y de Lyna Khoudry. Y el tercero es el que más excéntrico me ha resultado. Sin embargo, recomiendo la peli sin ninguna duda aunque la película para conocer al mejor Wes Anderson sea El Gran Hotel Budapest.


Dirección: Wes Anderson
Guion: Wes Anderson, Roman Coppola, Hugo Guinness
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Robert D. Yeoman
Intérpretes: Benicio del Toro, Frances McDormand, Adrien Brody, Tilda Swinton, Timothée Chalamet, Léa Séydoux, Owen Wilson, Lyna Khoudri, Bill Murray, Saoirse Ronan.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Relatos: Nadie vale más que otro de Lorenzo Silva (2004)

El autor.-
Lorenzo Silva estudio derecho y ejerció como abogado durante bastantes años. Sin embargo, su vocación literaria terminó ganando. Ha escrito principalmente novela, pero también poesía, algún ensayo y un par de libros de viajes. También ha sido guionista de cine y colabora habitualmente en la prensa. De la serie de Bevilacqua y Chamorro lleva ya escritas doce novelas; bueno dos son libros de relatos. Otras obras suyas: Historia del Marruecos español, Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos, Trilogía de Getafe. 

Mi opinión.-
Este es el primer libro de relatos protagonizado por Bevilacqua y Chamorro y que, en principio se colgaron en la página web del autor hasta que decidió editarlos en forma de libro. Fueron escritos entre 2001 y 2004, uno por año, coincidiendo con las vacaciones de verano.

Son asuntos que se salen de la gran delincuencia, son asuntos vulgares pero que constituyen la mayoría de los que los investigadores se encuentran. Quizá por eso sean de fácil y rápida resolución. Los protagonistas no son grandes criminales, ni los delitos se caracterizan por haber tenido una gran planificación. Son puestas en escena burdas, zafias, con asesinos chapuceros que van dejando un reguero de trazos gruesos, pistas fáciles de seguir. Para sorpresa de los intervinientes, criminales y familiares de víctimas, son asuntos resueltos en apenas un par de días y con algunas llamadas de teléfono; asuntos que si los tocas se deshacen, Tierna es, et ligera miente se desfaze según la cita del Lapidario de Alfonso X. Pero no por ello Vila y Chamorro dejan de prestarles máxima atención (ni el autor tampoco). Al revés, se implican en su resolución por respeto a las víctimas, cada muerto quiere sus mimos, para restablecer el orden alterado por los delincuentes y, también, para que los lectores asistan a las sesudas, cultas y melancólicas reflexiones de Vila, para sorprender a aquéllos que asumen que por razón de mi oficio sólo puedo ser un perro de presa entrenado para ladrar y morder.

Cuatro historias en las que las víctimas son dos hombres y dos mujeres y los motivos para asesinar no son tan claros como aparentaban ser. En Un asunto rutinario la víctima es un horterilla que trataba de hacer un buen negocio con mala gente capaz de ejecutar un homicidio brutal y, sobre todo, gratuito por cuatro perras.

Un asunto familiar es, desde mi punto de vista, el relato más elaborado de los cuatro. Por un momento tienes la sensación de que Vila juega también con el lector y de que no va a rebelarle quién es el violador y asesino de una niña de doce años muerta a pocos metros de su casa. La intriga se mantiene hasta la última línea del relato.

En Un asunto conyugal la víctima es también una mujer y el principal sospechoso el marido puesto que ya había antecedentes de denuncias por violencia de género. Sin embargo, Vila y Chamorro quiere apartar los prejuicios y comenzar una investigación seria. De este relato se hizo una adaptación para la serie de televisión protagonizada por Jesús Noguero y Mariona Ribas, que tampoco tuvo mucho éxito puesto que sólo se hicieron dos capítulos. El siguiente de ellos fue La reina sin espejo que es la próxima novela que quiero leer. Ambos capítulos se pueden ver en rtve a la carta.

Por último, en Un asunto vecinal las cosas tampoco son lo que parecen. La víctima es un inmigrante latinoamericano y será otro inmigrante, pero esta vez ucraniano, quien ayude a la Guardia Civil a esclarecer el asunto. Este ucraniano tiene un interés especial y un poco turbio por hacerse amigo de las autoridades, pero Vila no caerá en su trampa.

Como las novelas que he leído hasta ahora, este libro de relatos también es muy recomendable.

Serie Bevilacqua y Chamorro:
El lejano país de los estanques, 1998. Premio Ojo crítico
El alquimista impaciente, 2000. Premio Nadal
La niebla y la doncella, 2002
Nadie vale más que otro, 2004. Relatos
La reina sin espejo, 2005
La estrategia del agua, 2010
La marca del meridiano, 2012. Premio Planeta
Los cuerpos extraños, 2014
Donde los escorpiones, 2016
Tantos lobos, 2017. Relatos
Lejos del corazón, 2018
El mal de Corcira, 2020

 

Nadie vale más que otro
Lorenzo Silva
Destino 2004

viernes, 19 de noviembre de 2021

Cine: Sin tiempo para morir de Gary Fukunaga (2021)

No os fieis del título de esta película porque sí, hay alguien que va a morir. Spoiler. Bond, James Bond muere ¡y nadie nos lo había advertido! ¿Por qué, señor, por qué? Desde 1962 se han filmado 25 películas del agente 007, unas mejores que otras, con diferentes actores (cada uno dándole su toque especial al personaje): Sean Connery, brutalmente sexy; George Lazenby, no lo conozco; Roger Moore, con su elegancia británica; Timothy Dalton, no le pegaba nada; Pierce Brosnan, y su gracejo irlandés; y Daniel Craig, mi favorito. 

Hasta ahora es la serie cinematográfica más larga dedicada a un personaje y una de las más taquilleras. Quizá, por eso, nunca nadie se había atrevido a matar al personaje. Desde el punto de vista cinematográfico, la verdad es que poco importa puesto que, para sucesivas películas siempre se puede recurrir a historias que hayan pasado en un momento anterior a éste; pero, desde el punto de vista emocional, ¡hombre, eso se avisa! Cuando Daniel Craig, después de 15 años interpretándolo, dijo que ya estaba aburrido del personaje, lo cual es muy comprensible, no me imaginé que los productores y guionistas serían tan expeditivos y, en lugar, de esta solución optarían por una más que merecida jubilación.

Daniel Craig, desde un punto de vista emocional, es el James Bond más complejo y más oscuro de toda la saga. Es brutal y sexy como Sean Connery aunque más moderno, sobre todo en sus relaciones con las mujeres. Un James Bond más humano y menos personaje de cartón piedra. Junto con Skyfall, donde Bond se enfrentaba a la muerte de un ser querido, esta es la película más emotiva de las que yo he visto. Será por la excepcional reaparición (ninguna chica Bond había repetido película) de Lea Seydoux interpretando a la doctora Swann. Le sobra una n para ser un cisne pero actúa tal cual, con elegancia y delicadeza y, con su dulzura e inocencia, es capaz de hacer olvidar a Vesper Lynd.

Lo peor de esta película, sin duda, es el malo, aunque cuente con una buena interpretación por parte de Rami Malek. Él es Lyutsifer Safin, su nombre casi casi se pronuncia como Lucifer y con eso ya se dice todo. Safin resulta ser un malo demasiado sofisticado, demasiado parecido a otros malos, demasiado fuera del mundo real, demasiado plano, demasiado siseante, demasiado serpiente y, además, resulta ser demasiado demasiado. Sobre todo porque es increíble que haya matado a la madre de la doctora Swann delante de ésta, cuando era apenas una niña y no haya envejecido en los últimos 20 años. Como malo tiene poca chicha. Sin embargo, sí que resulta mucho más inquietante el arma que ha diseñado para terminar con sus enemigos y con algunos de sus amigos también.

Es una nueva arma diseñada para matar selectivamente. El virus Heracles, virus tecnológico diseñado gracias a la genética de sus potenciales víctimas. Aterrador. Poco se ha hablado de esta característica tan específica de una arma que mataría por el simple contacto entre dos seres humanos, un abrazo, una caricia entre el infectado y su víctima serían mortales. Y Bond, James Bond está infectado y si, alguna vez, decidiera abrazar a la doctora Swann o a su hija Mathilde las mataría.

En fin. En esta última película aparece la nueva (sí, nueva) 007, pero esto no quiere decir que sea la nueva James Bond o Jane Bond o comoquiera que se les ocurra llamarla. Aunque, por otra parte, quizá la nueva James Bond ya haya nacido pero todavía tenga que crecer. Y no digo más.

Aparte de estas importantes novedades, la película dirigida por Cary Fukunaga despliega las bazas habituales de la saga. Una vida de lujo, sofisticación y elegancia en alguna costa caribeña y/o europea; un potente coche que se ciñe a las curvas y desafía a los acantilados tal y como James Bond ciñe la cintura de sus compañeras de aventuras; la dosis correcta de alcohol y sol, elegantes trajes; persecuciones vertiginosas y peligros inminentes sorteados con suerte, disciplina y maestría.

Queda fuera de este post hacer un estudio sobre la imagen de las mujeres en toda la saga Bond. Como primera aproximación queda la sensación de que la representación de las mujeres evoluciona según lo van haciendo nuestras sociedades occidentales. Son mujeres cada vez más poderosas e inteligentes, no meros objetos y objetivos sexuales para el mujeriego más mujeriego de todo el cine mundial.

Con esta película ha llegado el final de una etapa. Y es un final heroico. Será la salvación, propia y de los demás, por el sacrificio y la muerte de un hombre valiente y canalla a partes iguales. Y al final quedará un te voy a contar la historia de un hombre bueno. Bond, James Bond ha dejado una considerable herencia y continuará. Sin duda. Pero, ¿cómo? No lo sabemos. 

Por aquí mi opinión sobre la única novela que he leído de Bond, James Bond, Goldfinger y de Spectre, la película de 2015. 


Dirección: Cary Joji Fukunaga
Guion: Neal Purvis, Robert Wade, Cary Joji Fukunaga y otros
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Linus Sandgren
Intérpretes: Daniel Craig, Léa Seydoux, Rami Malek, Ralph Fiennes.

martes, 16 de noviembre de 2021

Ensayo: El lobby israelí y la política exterior de Estados Unidos de Mearsheimer y Walt (2007)

Los autores.-
John J. Mearsheimer es catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Chicago. Como teórico de relaciones internacionales se le adscribe a la escuela neorrealista, estudiando la teoría del realismo ofensivo según la cual, las grandes potencias actuarían para obtener no sólo ciertas cotas de poder sino la hegemonía regional, a expensas de los otros y dirigida a maximizar su seguridad, en un competitivo y anárquico sistema de relaciones internacionales. Otras obras suyas: The Tragedy of Great Powers Politics, Why Leaders Lie: The Truth About Lying in International Politics.

Stephen M. Walt es también catedrático de Asuntos Internacionales en la Universidad de Harvad. Ha desarrollado la Teoría del Equilibrio de Amenazas según la cual el comportamiento de una potencia está influido por la percepción de amenazas emitidas por otros estados, estableciendo cuatro criterios para evaluar la amenaza que presenta un país para otro: capacidades económicas, proximidad geográfica, capacidades ofensivas y sus intenciones ofensivas. Otras obras suyas: Revolution and War, The Origins of Alliances. 

Mi opinión.-
Esta obra comenzó siendo una serie de artículos publicados en prensa y terminó siendo un libro de casi 600 páginas. Una investigación exhaustiva, clarificadora y, yo creo, que bastante objetiva. En la primera parte, describe las relaciones de Estados Unidos e Israel en los últimos años y desmonta una serie de argumentos tradicionales según los cuales la seguridad de Israel sería estratégicamente importante para los Estados Unidos, al mismo tiempo que describe el funcionamiento y las prácticas del lobby para condicionar su política. En la segunda parte, facilita ejemplos concretos de la política de los Estados Unidos en diferentes estados de Oriente Próximo poniendo de manifiesto, de esta manera, que la actuación del lobby israelí no siempre ha sido favorable a los intereses estadounidenses.

Los argumentos tradicionales sobre la importancia de Israel para la política de Estados Unidos han ido desde considerarle como muro de contención respecto a la influencia de la Unión Soviética en Oriente Próximo hasta los más recientes según los cuales sería un estado clave para la lucha contraterrorista y los estados canallas; incluyendo el argumento moral de considerar a Israel como la única democracia amiga, solitaria y acosada en Oriente Próximo y la creación en el imaginario estadounidense del pueblo árabe como malvado, sucio y retrasado.

Así que si todos los argumentos a favor del apoyo a Israel fallan y, sin embargo, Estados Unidos sigue prestando su apoyo es que algo más debe de haber. Un apoyo de gran magnitud y, sobre todo, caracterizado por su incondicionalidad. Ese “algo más” es el trabajo de miles de organizaciones, dentro de Estados Unidos, que constituyen el lobby israelí. No es que estas organizaciones estén perfectamente coordinadas sino que coinciden en su objetivo: orientar la política exterior estadounidense en beneficio de Israel. Son organizaciones capaces de conseguir una gran movilización de la opinión pública a favor de Israel, llegado el caso y también de prohibir las críticas a la política israelí. Es difícil de entender su poder, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los votantes estadounidenses judíos se definen como votantes demócratas mientras que las organizaciones del lobby israelí están más próximas a los neocon, los políticos republicanos más conservadores e incluso a los sionistas cristianos partidarios de la teología del dispensacionalismo. Uno de cuyos puntos fundacionales es el retorno del pueblo judío a Palestina.

¿Dónde radica, pues, el éxito de estas prácticas lobistas? Parte de su eficacia se fundamenta en el especial sistema político estadounidense, de fácil acceso a los congresistas y senadores por parte de estas organizaciones y también de la financiación de sus campañas políticas. De manera que consiguen influir significativamente en los procesos políticos de toma de decisiones. Pero también consiguen dar forma al discurso público de manera que sea siempre favorable a Israel y esto se produce por su acceso a los medios de comunicación y redes sociales y también a las universidades y think tanks.

Para los autores, todo esto se hace de manera perfectamente legal pero también pueden utilizarse prácticas intimidatorias e incluso calumniadoras para quienes sean críticos con los intereses de Israel. Identifican cualquier crítica a la política israelí, lo que podría considerarse como antisionismo, con el antisemitismo que fue la base del Holocausto, para crear verdaderos ambientes de boicot y autocensura en los medios y universidades.

En fin, este libro puede ser también un manual de cómo operan todos los lobbies y podría aplicarse también a la actuación internacional del independentismo catalán o, incluso y más recientemente, a la presión ejercida por el lobby trans frente a las feministas críticas. En cualquier caso, es una lectura imprescindible para tratar de entender el enquistamiento del conflicto en Oriente Próximo.

El lobby israelí y la política exterior de Estados Unidos
John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt
Ed. Taurus


viernes, 12 de noviembre de 2021

España, la primera globalización de José Luis López-Linares (2021)

Tengo pendiente de lectura, casi desde que se editó, Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español de María Elvira Roca Barea; no sólo por lo interesante que resultaba ser el tema propuesto sino también por la controversia que creó su publicación, incluidas las acusaciones hacia la autora por no haber sido muy rigurosa con algunas citas. No sé. No tengo conocimientos necesarios para decantarme por una u otra postura pero sí que me pregunto si todos los ensayos históricos, filosóficos o sociológicos publicados soportarían un examen tan exhaustivo. Lo menciono también porque Roca Barea es una de las intelectuales que aparece en este documental. 

En cualquier caso, lo que sí tengo muy claro es que estoy un poco aburrida de quienes consideran que los españoles debemos todavía que pagar por las fechorías cometidas hace siglos. Ya imagino que sabéis. Estas cosas de pedir perdón por la colonización, la evangelización, el genocidio cultural y humano y todo ese, en realidad, folclore que sólo sirve para descargar conciencias y seguir abusando de esta población.

Sin embargo, tampoco soy de las que reivindican el Imperio con nostalgia o con orgullo. Sí que estoy segura de que fue una época fundamental para todo el mundo, porque cambió su configuración, el equilibrio de fuerzas y toda la geopolítica de aquel tiempo y las relaciones entre estados. Tal como se dice en este documental fue la primera globalización.

Así que, tirando por la calle del medio, lo que más me interesa de este hecho es dejar atrás leyendas negras, fobias y orgullos y tratar de encontrar la manera de analizarlo en sus enormes y muy variadas dimensiones científicas, sociológicas, demográficas o tecnológicas. Todo aquello que quede alejado de una visión puramente política y de ejercicio de poder sobre otros; una visión que no pretenda alardear de pasado glorioso ni tampoco seguir explotando el complejo de culpabilidad. Este documental todavía no llega a esa visión puramente científica pero se va acercando dejando atrás fobias y orgullos.

De todas maneras, no sé si hubiese sido más funcional que en este documental se siguieran exponiendo, para desmontarlas definitivamente, estas otras dos visiones más tradicionales; una ligada a la extrema izquierda y otra a la extrema derecha. No ha sido así y el director ha optado por criticar la leyenda negra utilizando para ello buenos argumentos y colaboradores de prestigio. Joseph Pérez fue uno de los primeros intelectuales que abordó el desmontaje de los prejuicios que rodean a la leyenda negra. Lamentablemente murió no hace mucho tiempo, si no seguro que hubiese estado en este documental. En su libro La leyenda negra, publicado en 2009, él creía que esta leyenda estaba definitivamente superada. Pero parece que no es así y, en momentos de crisis o conflictos políticos, “alguienes” están interesados en hacerla resurgir. Quién sabe si la tradicional “protección” de Bélgica a los etarras o, ahora mismo, al independentismo catalanazi no será uno de esos rebrotes de la leyenda negra.

En definitiva en un momento determinado todos los imperios se ganan su leyenda negra y merecidamente. Pero lo que no se puede hacer es descontextualizar las brutalidades y utilizarlas eternamente, siempre por motivos de conveniencia política, contra el “enemigo”, asumiendo que nunca será capaz de cambiar y de actuar de otra manera. Es un determinismo vomitivo y que inspiraba los presupuestos más profundamente nazis. Además, esos momentos de máxima expansión brutal de los imperios siempre coinciden con momentos de esplendor cultural, científico, artístico, literario e intelectual de los que todos nos sentimos orgullosos.

España no buscaba un nuevo continente para conquistar, colonizar y evangelizar. Se lo encontró, casi casi por casualidad y no supo o no pudo hacerlo mejor. No se trata de disculpar. Se trata de poner en claro que nadie había estudiado en la universidad cómo colonizar sin destruir y que, si enfrentarse, durante todo el siglo XIX, en diferentes guerras y conflictos a los deseos de independencia de esos pueblos (en realidad de los políticos de origen criollo de esos pueblos) y no saber resolverlos por otras vías es reprobable, sin ninguna duda, peor es involucrarse en lo mismo en la segunda mitad del siglo XX, como hicieron otras potencias coloniales. Y que si, con toda justicia, es moralmente censurable expulsar de su país a una minoría de población que no comparte la religión mayoritaria durante los siglos XV, XVI y XVII, mucho peor debería ser hacerlo en el siglo XX.

A veces parece que lo que se le reprocha a España es haber hecho las cosas primero, cuando no había experiencias de otros modos de hacerlo. Y así se paga la imprudencia. Documental muy recomendable.


Dirección y guion: José Luis López-Linares
Intervenciones: Carmen Iglesias, Ricardo García Cárcel, Martín Ríos Saloma, Elvira Roca, Stanley G. Payne, Carlos Martínez Shaw, Pedro Insúa, Fernando García de Cortázar y otros.  


martes, 9 de noviembre de 2021

Ensayo biográfico: Libro de familia de Galder Reguera (2020)

El autor.-
Galder Reguera es gestor cultural y actualmente trabaja en la Fundación Athletic Club. En cuanto a sus intereses literarios ha escrito un ensayo sobre arte contemporáneo, La cara oculta de la luna, novela juvenil, La vida en fuera de juego y, junto a Carlos Marañón, un epistolario Quedará la ilusión. Una correspondencia durante el Mundial de Rusia. 

Mi opinión.-
¿Podríamos calificar este libro de autoficción? No lo sé. Es la reconstrucción de la vida familiar del autor incluso desde antes de su nacimiento y parece que ha querido ser lo más fiel posible a los recuerdos de los intervinientes. Parte de un hecho traumático, la muerte de su padre a quien no llegó a conocer e intenta reconstruir la vida de ese hombre, de su familia de origen y de su entorno más inmediato; de paso, se reencuentra con una imagen renovada de su madre, con unos lazos familiares fortalecidos con su padrastro y sus hermanos y con la certeza de que él siempre ha pertenecido a su familia materna. Y, ni siquiera, con este libro ha conseguido crear lazos con la familia paterna.

Una de las cosas que me ha sorprendido en este libro es que, a pesar de estar ambientado en el País Vasco a partir de los años 1970 (años difíciles en todo el país) no hay ni una mención a ETA. Nadie de su familia ni de sus amigos tuvo nunca ningún encontronazo con la organización. Había, pues, familias con una posición económica y social holgadas que vivieron fuera del ámbito de la extorsión. Quizá el autor no haya querido contarlo porque su libro trata de otra cosa, y sólo menciona un episodio surrealista y un poco ridículo que le sucedió a Javi, su segundo padre. Cuando toda la familia se trasladó a un nuevo pueblo fue a recibirlos un joven alto, con boina y un hacha (¿algún informador de ETA?) y que le dice: “Bueno, cuéntame. De dónde sois y a qué habéis venido” (pg. 247). Era el año 1978. A mí me resulta difícil de entender que haya sido la única relación que esta familia ha tenido con la organización. El detalle del hacha como complemento de moda, no tiene precio. Otro episodio especialmente chirriante es la entrevista de Javi con un militar que tiene que exonerarle de hacer la mili por ser padre soltero y que tampoco tiene desperdicio (pg. 257).

El autor se enfrenta a una nueva imagen de su madre, a la que parece que tiene que disculpar. Una madre adolescente y que ya es viuda y con dos hijos, que pocos años después trata de rehacer su vida (y la de sus hijos) con otro hombre que la maltrata y que, posteriormente termina casándose con Javi, que ejercerá de padre atento y cariñoso y del que, al final, también se divorciará. Este hombre será la figura paterna con la que el autor encuentra una infancia feliz. Y esto, años más tarde, le obligará a sentirse culpable por no haber querido recuperar la figura de su padre biológico antes.

Algo que no se puede evitar en los libros de autores vascos es la utilización de palabras y muletillas en vasco aunque la redacción se haga en castellano. A mí me parece insufrible. El tema de los idiomas en España es peliagudo y muy cansino; parece que, a veces, se utilizan para obstaculizar la comunicación en lugar de favorecerla. Mi impresión personal es que resultaría pedante y ridículo que alguien dijese “Hoy viene mi nanny” y también me parece pedante y ridículo que alguien diga “Hoy viene mi aitite”. A mí me supera.

Es una narración a ratos emocionante y a ratos también reiterativa que te hace desconectar de ella. Creo que si este libro lo hubiera escrito una mujer no habría tenido la misma repercusión. Sin embargo tratar de la paternidad, territorio poco explorado por los escritores, le ha facilitado la atención de público y crítica. No sé si recomendaría este libro. Es una historia muy personal, muy bien narrada pero le falta algo que no sé identificar bien. Quizá sea pasión o desconsuelo o confusión. No sé, pero a veces, parece demasiado fantasiosa. ¿Es posible que a una embarazada de ocho meses no se le note el embarazo?


Libro de familia
Galder Reguera
Seix Barral



viernes, 5 de noviembre de 2021

Cine: Maixabel de Icíar Bollaín (2021)

Hace unos días leí en Pikara Magazine este artículo titulado ¿A quién calma Maixabel? que me resulta demasiado sesgado. Parece que se esfuerza en igualar a víctimas y victimarios, coincidiendo con una estrategia de la izquierda abertzale que a mí me parece especialmente vomitiva. Aparece en el tercer párrafo, en negrita, bien visible una afirmación que no comparto: “…ETA aparece representada como una secta. No se explica cómo ni por qué —ni siquiera de soslayo— tantas personas militaron durante tantos años en la organización.” Lo que no nos explicamos es por qué tanta gente supone que ETA tenía derecho a existir después de la amnistía de 1977. 

Coincido con la autora en la necesidad de que el cine, tanto documental como de ficción, la narrativa o, incluso, la música aborden las distintas perspectivas de lo que, torticeramente, se llama el conflicto vasco. Un fenómeno, al que, sin duda, deberíamos empezar por cambiarle el nombre. En lo que no coincido con la autora es en pretender convertir Maixabel en una película sobre ETA. Maixabel no tiene que calmar a nadie. Como parte de una situación muy compleja, es la postura valiente de una de las víctimas. Pero sin olvidar que no es una víctima del conflicto vasco sino una víctima del terrorismo de ETA, una organización sanguinaria y que vivía fuera del tiempo; con un origen claro en el nazionalismo (siempre escrito con z) racista del siglo XIX; que nunca fue de izquierdas; que nunca luchó contra el franquismo y que en los años 1980, en los años de plomo, su violencia irracional se dirigió contra todo y contra todos, incluida la sociedad civil; que mantuvo una estrategia puramente nihilista que no consiguió ninguno de sus objetivos aparentemente políticos, excepto beneficiar y consolidar, como fuerza política ineludible, al Partido Nacionalista Vasco.

Si pudiera hacerse política-ficción podríamos comprobar cuán diferente hubiese sido la implantación del PNV. Si ETA no hubiese existido, probablemente hubiese quedado como una reliquia del siglo XIX. Sin embargo, este partido de la derecha vasca más rancia supo rentabilizar lo que ETA ofrecía y, especialmente, se benefició del exilio de tantos vascos que decidieron abandonar la tierra y dejar de figurar en el censo electoral de las tres provincias. Todo esto tiene que quedar muy claro. Como también debe quedar claro que, aunque el nacionalismo más violento haya abandonado la lucha armada, tampoco deberíamos considerar legítimo su objetivo político, la independencia del País Vasco por medios pacíficos.

De todas maneras, en este post trato de hablar simplemente de una película, basada en hechos reales, pero una película al fin y al cabo. Icíar Bollaín tiene, como cineasta, una trayectoria incuestionable. Se atreve a abordar temas candentes que no dejan indiferente a nadie. Además si se rodea de excelentes actores, como en este caso, que además están en lo que se llama estado de gracia, mejor que mejor. Ahí están Blanca Portillo como Maixabel Lasa, Luis Tosar como, Ibon Etxezarreta, integrante del comando que asesinó a su marido y otro actor, para mí desconocido, Urko Olazábal que interpreta a Luis Carrasco, otro etarra arrepentido.

La película es dolorosa, sobria, intensa y, aunque estos encuentros de justicia restaurativa se interrumpieron, esperanzadora. Cómo lo ha conseguido la autora, no lo sé, pero ha acertado plenamente con el tono desde el primer momento. Me ha parecido muy interesante el manejo del sonido. Una insistente llamada de teléfono que suena a lo lejos y que la protagonista tarda en atender es presagio de alguna desgracia; el grito desgarrador sin sonido de la hija del asesinado. Pero, especialmente, los sonidos que más aterradores me han resultado son los que acompañan  a Etxezarreta, ya fuera de la cárcel, al recorrer los lugares donde se han producido atentados. Aunque el tiempo ha pasado, en su cabeza y en su corazón se reproducen las sirenas, los gritos, los llantos, el desastre, el dolor y la muerte, sin que las imágenes se correspondan con ellos. Sólo el sonido. Me parece todo un logro de cineasta muy experimentada y, al mismo tiempo, arriesgada, que está en constante búsqueda, como sus personajes. Me recuerda un proyecto de Eduardo Nave, A la hora, en el lugar, en el que el autor documentaba los escenarios de atentados de ETA. Así, a la misma hora y en el mismo lugar Nave fotografía estos lugares de luto, sólo eligiendo en el encuadre y sin poder controlar otra variable; rastreando la ausencia de estas personas tan injustamente arrancadas de su vida.

En este caso, Icíar Bollaín se ha encargado también de escribir el guion junto con Isa Campo que dirigió hace unos años La próxima piel. La película, aunque no es equidistante, huye del maniqueísmo y aborda la necesidad de encontrar un punto de encuentro, un punto de partida para superar el dolor vivido en el País Vasco. Ese punto de encuentro es el deber moral de pedir perdón por parte de unos y la voluntariedad de otros de otorgarlo. No puede ser de otra manera. Es el punto donde deberían confluir la justicia restaurativa, la justicia punitiva y la justicia terapéutica. Pero al mismo tiempo, es algo que no puede ser obligatorio y que tampoco puede ser moneda de cambio. Debe quedar inscrito para siempre en el dominio de la ética y la moral.

El gobierno de Rajoy se encargó de suspender estos encuentros restaurativos. Yo creo que más como una concesión al entorno más duro de ETA, que no soporta la disidencia, que por la conveniencia o inconveniencia de mantener una iniciativa surgida en el gobierno del PSOE. Hoy queda mucho por hacer y, a veces, parece que el entorno etarra es el único que sigue sembrando, y las más de las veces sigue sembrando odio. Se ha publicado recientemente un estudio encargado por el Gobierno Foral de Navarra, respecto al grado de conocimiento del alumnado de ESO sobre la reciente historia (chicos y chicas entre 12 y 16 años). Sólo el 57% sabe qué fue ETA; sólo un 0,5% sabe quién fue Miguel Ángel Blanco; un 26% justifica la violencia si ésta tiene objetivos políticos. Para saber si estos datos son o no significativos se debería repetir esta encuesta entre el alumnado del resto del territorio español. Pero no olvidemos que la labor de adoctrinamiento del entorno etarra no ha cesado ni un segundo en estos últimos años, como así demuestran los resultados electorales. En el año 2016, un 21% de los electores votaron por Bildu; en 2020, ese porcentaje ha crecido hasta casi un 28%.  Algo hay que hacer y pronto, porque estoy segura de que el 100% de los acólitos de Bildu están orgullosos de difundir y, si llega el caso, de repetir las “proezas” etarras.


Dirección: Icíar Bollaín
Guion: Icíar Bollaín, Isa Campo
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: Javier Aguirre Erauso
Intérpretes: Blanca Portillo, Luis Tosar, Urko Olazábal, María Cerezuela, Arantxa Aranguren.