jueves, 28 de julio de 2016

Documental: Hitchcock/Truffaut de Kent Jones (2015)

Hitchcock decía que el principio de una buena película debe ser una mala novela y a ser posible poco conocida, así en la comparación la película siempre saldrá ganando. No sé si será cierto, pero sí es verdad que marcó estilo y una nueva manera de entender el cine, especialmente el cine de suspense. Él trabajaba para el público y para que el público se divirtiera o sufriera, según la ocasión, y el cine debía ser puro espectáculo. Esto hizo que algunos críticos le tratasen como un mero director de cine comercial y además un poco raro, porque no consideraba muy relevantes los diálogos y creía fervientemente en la narrativa del color, del encuadre y de los objetos, por ejemplo, unas gafas rotas o un mechero en Extraños en un tren; los pajaritos indefensos en una jaula en Los pájaros, el pelo rubio de Kim Novak en Vértigo o la cámara fotográfica que se convierte en un apéndice de James Stewart en La ventana indiscreta



Católico, educado en jesuitas y obsesionado con las rubias, casi tanto como Buñuel, dicen los críticos que sus protagonistas masculinos, héroes casi por accidente tienen en común un sentimiento de culpabilidad anterior; quizá el pecado original, esa mancha indeleble con la que nacemos los católicos porque nuestra iglesia se encarga de recordárnoslo todos los días.



En 1962, Hitchcock era ya un autor consagrado, pero Truffaut, iniciador de la Nouvelle Vague, consideraba que todavía no se le estimaba lo suficiente. Se habían conocido unos años antes, cuando le entrevistó para Cahiers du Cinéma, y estaba completamente fascinado por el cine de Hitchcock, así que le propuso una larga entrevista que se grabaría y fotografiaría y que después se convertiría en un libro que se convirtió en un manual para directores que querían hacer un cine diferente y que, por supuesto, ya he encargado, para poder leerlo este verano. El resultado de la entrevista fueron 50 horas sobre teoría del cine. Recordando esa entrevista se ha realizado ahora este documental.



Serge Toubiana, crítico de cine y director de la Cinemateca francesa encontró las cintas de audio de esa entrevista y junto con Kent Jones, que se ha ocupado también de dirigir el documental, escribió el guion. Han intercalado el audio de la entrevista con fotografías tomadas en ese momento por Philippe Halsman, fragmentos de las películas de Hitchcock y las opiniones de cineastas reconocidos como Martin Scorsese, Wes Anderson o Richard Linklater. Imprescindible para cinéfilos. 


Director: Kent Jones
Guion: Kent Jones, Serge Toubiana
Música: Jeremiah Bornfield
Participantes: David Fincher, Martin Scorsese, Wes Anderson, Richard Linklater, Alfred Hitchcock, François Truffaut, James Gray, Olivier Assayas, Kurosawa. 



lunes, 25 de julio de 2016

Novela: Las violetas del Círculo Sherlock de Mariano F. Urresti (2012)

El autor.-
Es escritor y licenciado en historia. Autor de varios libros en los que novela misterios bastante conocidos. Ha obtenido el Premio Finis Terrae de ensayo histórico con La España expulsada. Otras novelas suyas son: Los templarios y la palabra perdida, Agatha escribía con sangre, Felipe II y el secreto de El Escorial. 

Mi opinión.-
Y si ¿un asesino en serie real retase a un detective de ficción? Y si ¿se reprodujesen exactamente los crímenes del siglo XIX a principios del XXI? Y si ¿en lugar del Londres victoriano la trama se desarrollase en una ciudad española del norte? Todas esas preguntas se resuelven en esta novela de casi 700 páginas, que he terminado en un fin de semana. Hacía mucho tiempo que no me leía una novela en un fin de semana.



Sergio Olmos es un escritor de éxito que intenta escribir una novela sobre los años perdidos de Sherlock Holmes. Se adivina fácilmente la resonancia fonética, pero no todo es tan evidente en esta novela que mantiene el suspense hasta la última página, mejor dicho hasta la última línea. Sergio perteneció en su juventud a un Club de estudiantes dedicado a venerar la obra de Conan Doyle y secundariamente también la de Jack el Destripador. Sergio no está satisfecho con su vida pero no sabe exactamente porqué las cosas no van como él quiere; no es consciente de su egoísmo, su soberbia y su desdén hacia los otros. Ha vivido la traición de su novia y todavía le duele. Clara, además de robarle una novela que tenía casi terminada, publicarla como suya y ganar un premio literario, se ha ido con uno de sus antiguos amigos.



El nuevo Jack ha decidido cometer nuevos crímenes y como escenario ha elegido la ciudad donde nació Sergio y entre sus nuevas víctimas, pobres mujeres inmigrantes, prostitutas ocasionales. Para Sergio volver a su ciudad supondrá abrir viejas heridas y reencontrarse con un pasado en el que tampoco se comportó muy bien. Le ayudarán a cazar al asesino un viejo amigo, el doctor Guazo y su hermano, Marcos Olmos, más resonancias fonéticas. Pero además, todo el Círculo Sherlock se encontrará al mismo tiempo en esa ciudad; de manera que todos sospecharán de todos.



La novela atrapa aunque reconozco que las casi 700 páginas se podían haber aligerado. En casi cada página, hay referencias y notas a pie de página sobre el canon holmesiano y también sobre los asesinatos de prostitutas de Whitechapel. A veces resulta pesado, pero por otra parte también se puede tener como libro de consulta cuando se esté leyendo alguna de las aventuras de Holmes y Watson. Es una novela enigma, pero también de relaciones personales y de crónica socioeconómica. Repasa la situación de los inmigrantes, el rechazo de los vecinos biempensantes y el oportunismo de los políticos. Se nota que el autor domina el género de suspense y la trama está bien urdida; la ambientación y los escenarios también me han gustado mucho. El Londres victoriano de niebla y contaminación ha sido sustituido por una ciudad del norte española (que no se precisa), donde domina el frío y la lluvia desapacible. Además va dejando pistas para que los lectores podamos elucubrar y anticiparnos al asesino. Yo adiviné quien era e intuí sus motivos, pero no del todo. Muy recomendable.



Una cosa tonta se me ocurriría preguntarle al autor, casi todos los personajes masculinos son viudos o han sido abandonados por sus parejas, ¿por qué?



Las violetas del Círculo Sherlock
Mariano F. Urresti

Ed. DEBOLS!LLO

jueves, 21 de julio de 2016

Exposición de Fotografía: Retratos de Papel de Chema Conesa

Dentro del Festival PhotoEspaña 2016, en La Lonja de Zaragoza, se puede visitar la exposición de Chema Conesa, Retratos de Papel. Se puede encontrar a todos y todas las ilustres de España, de diferentes ámbitos y desde los años 1980. Políticos, escritoras, deportistas, toreros, actores y actrices, cantantes también. Retratos brillantes, frescos, con una espontaneidad muy calculada. Con una puesta en escena a veces sencilla y otras sofisticada, que refleja una parte importante de la personalidad del retratado.

Emma Suárez

Así el paisaje vasco aparece como una prolongación de Arzallus. En su retrato, el político está sentado, dando la espalda al espectador y mirando hacia el horizonte parece que estuviera pensando “algún día todo esto será mío”. También hay un retrato muy especial de las manos de Miguel Delibes, escribiendo. En su mano están las dos alianzas de matrimonio, la suya y la de su mujer, Ángeles de Castro. Antes era costumbre, cuando una persona enviudaba llevar la alianza del muerto para perpetuar de alguna manera el compromiso de matrimonio más allá de la muerte. Los hombres solían llevar las alianzas de sus mujeres en el dedo meñique.

Miguel Delibes

Otra de las fotos que más me ha gustado es una de tres escritoras guapísimas. Ana María Matute, Carmen Martín Gaite y Josefina Aldecoa, en actitudes completamente diferentes que muestran sus personalidades. La ironía de Matute, la alegría de Martín Gaite y la gravedad de Aldecoa combinan perfectamente, frente a la puerta de la clase de lo que parece un colegio de los años 1950.

Troupe Almodóvar

Y las fotos divertidísimas de la troupe Almodóvar y Emma Suárez e Icíar Bollaín o Penélope Cruz. A veces elige fondos neutros como en el retrato del escultor Eduardo Chillada, una pared de piedra y otras, un fondo urbano como en el caso del pintor hiperrealista Antonio López. De cualquier de las dos maneras sitúa a los personajes ante un elemento que define su personalidad. 

Antonio López
Eduardo Chillida

Hay otras que llevan una puesta en escena mucho más elaborada como los retratos de Pilar Miró, Areilza o Punset.

Pilar Miró

Conesa empezó su carrera profesional como fotógrafo y periodista a finales de los años 1970 y durante muchos años trabajó para El País y El mundo. La mayoría de estas fotografías están pensadas para ser publicadas en las revistas del domingo, como complemento para una entrevista en profundidad del retratado. Me gustaría haber conservado alguno de esos dominicales. Conesa se quejaba de que siempre le daban poco tiempo para hacer la foto (ha habido siempre poco respeto para el trabajo del fotógrafo). No sé cómo lo hacía pero en ese poco tiempo conseguía que el entrevistado se dejase seducir por la cámara y le contara sus secretos.

Eduard Punset


Hay una serie también de retratos en primer plano en blanco y negro impresionante por la sencillez de la composición y la profundidad de las miradas, como el de Pilar Bardem. Una exposición para no perdérsela.




Retratos de Papel 
Chema Conesa
La Lonja - Plaza del Pilar s/n - Zaragoza
del 20 de mayo al 4 de septiembre 

lunes, 18 de julio de 2016

Cine: West Beirut de Ziad Doueiri (1998)

El 13 de abril de 1975 se produjo un atentado en Beirut que se considera el inicio de la guerra civil. Una guerra civil que duraría 15 años y que los libaneses nunca han llamado guerra. Simplemente, son los événements. Ese día una milicia falangista mató a 27 civiles palestinos desarmados que circulaban en un autobús. 

Después de la Primera Guerra Mundial, el Líbano y Siria quedaron bajo mandato francés por encargo de la Sociedad de Naciones y no alcanzaron su independencia hasta 1943. A partir de entonces la República Libanesa ha mantenido un equilibrio precario entre las distintas confesiones, cristianas, musulmanas y drusa. Se le llamó entonces la Suiza de Próximo Oriente. Sin embargo, como consecuencia del enfrentamiento palestino-israelí, el volumen de refugiados palestinos alteró el equilibrio del país. Cada vez más los cristianos se consideraron amenazados y toda la prosperidad del país estalló aquel día de 1975.



Dos adolescentes musulmanes, Tarek y Omar, viven la violencia y la guerra sin saber cómo deben hacerlo. Además se enamoran los dos de la misma chica, May. Y además resulta ser una chica cristiana. Tarek y Omar van a un instituto, francés. En él los alumnos formados en fila deben cantar todos los días “La marsellesa” y agradecer a Francia la educación que reciben. Tarek en un acto de rebeldía adolescente se pondrá a cantar al mismo tiempo el himno libanés (por supuesto en árabe). Tarek pertenece a una familia de clase media. Su madre es abogada y lleva minifalda.



Cuando se suspenden las clases los adolescentes se dedican a fumar, a espiar en los escotes de las chicas y a escuchar música disco. También se meten en líos. No se sabe cómo Tarek termina en un burdel famoso de la capital y descubre que para cruzar la mítica línea verde, la calle Damasco en Beirut que separaba a los contendientes, en el este los cristianos y el oeste los musulmanes, sólo tienen que colgar un sujetador en la antena del coche.



El director ha partido de recuerdos de su adolescencia, antes de abandonar el Líbano con su familia, y combina las imágenes de ficción con otras reales de la guerra. Consigue así dramatizar la historia de los adolescentes sin incluir los vaivenes y el contexto político que desencadenó esa tragedia. Cuando yo estuve en el Líbano, habían pasado 10 años desde el final de la guerra y todavía se podían encontrar edificios y calles totalmente carcomidos por la metralla. En 15 años de enfrentamientos mucha gente no quiso salir de Beirut. Se impusieron la obligación de resistir a una guerra que se libraba todos los días y calle por calle, con francotiradores que no distinguían entre unos y otros. Todos enemigos de todos.



Una película muy hermosa que trata de sanar las heridas y recuperar la inocencia para superar la posguerra. Obtuvo el Premio de la juventud en el festival de Valladolid y el Premio FIPRESCI del festival de Toronto de 1998. 


Dirección y guion: Ziad Doueri
Música: Stewart Copeland
Fotografía: Ricardo Jacques Gale 
Intérpretes: Rami Doueiri, Mohammad Chamas, Rola Al-Amin, Carmen Loubbos


jueves, 14 de julio de 2016

Cine: Domicilio conyugal de François Truffaut (1970)

Jean-Pierre Léaud es un actor francés que colaboró principalmente con dos directores de cine de culto: Truffaut y Goddard. A los 13 años hizo su primera película con Truffaut Los cuatrocientos golpes, interpretando al protagonista Antoine Doinel e intermitentemente, durante 20 años y tres películas más, encarnó la evolución del mismo personaje. Truffaut también fue el guionista de esta tetralogía autobiográfica. 

La tercera película de este ciclo es Domicilio conyugal. En ella, Antoine acaba de casarse con su novia de toda la vida. Guapa, inteligente, joven e ingenua, profesora de música y violinista. Antoine se dedica a teñir y vender flores secas hasta que por casualidad, entra a trabajar en una multinacional americana. Su éxito profesional, sin embargo, no hace que madure ni siente la cabeza. Aparece como un hombre caprichoso, inestable, abusador emocional y pedorro. Además va a tener su primer hijo y también su primera amante que le dejará porque es un hombre insufrible, mortalmente aburrido e indeciso. ¡Lástima que su mujer no haga lo mismo!



Esta película es un clásico al que no le voy a discutir su valor. Fue innovadora en su momento y se destinó a sacudir las conciencias de la burguesía biempensante. Pero es de esas pelis que me agobia por lo cargante de su personaje principal. Un hombrecillo atribulado con su propia estupidez pero que se las arregla para gobernar la vida de los demás, especialmente mujeres. Y es posible que el director criticase mucho las actitudes de cierta clase social, pero se quedó corto en la crítica de las actitudes manipuladoras de (casi) todos los hombres.



Hay dos escenas para incluir en la historia del cine y que me parecen insuperables. Una de ellas es la del imitador de Jacques Tati y la otra cuando la esposa de Doinel se disfraza de geisha para dar a entender a su marido que conoce su adulterio. Magistrales.



Pero al final la película es la historia de una nueva parejita de pequeños burgueses destinados irremediablemente a convertirse en burgueses mediocres. Aunque rodada en 1970 no hay ni una pizca de contexto sociopolítico. Los personajes viven una vida cómoda protegidos por sus vecinos y por sus familias y el único incidente que deben resolver (y resuelven como pequeños burgueses) es el conato de adulterio de Antoine.



Woody Allen, otro director de cine que no soporto, reconoce que Truffaut ha sido una inspiración para los cineastas de su generación. Desde luego Antoine Doinel podría pasar por un personaje de los que interpreta y dirige (magistralmente) el propio Allen: acomodaticio, quejoso y soplagaitas. 


Dirección: François Truffaut
Guión: François Truffaut, Claude de Givray, Bernard Revon
Música: Antoine Duhamel
Fotografía: Néstor Almendros
Intérpretes: Jean-Pierre Léaud, Claude Jade, Hiroko Berghauer

lunes, 11 de julio de 2016

Exposición de Fotografía: Polifonías de Rafael Navarro

Rafael Navarro ha sido el primer fotógrafo galardonado con el Premio Aragón Goya en 2013, que reconoce una trayectoria artística destacada y que ha sido relacionado casi siempre con la pintura. Desde los años 1970 se ha dedicado a la fotografía, principalmente en blanco y negro y la ha considerado el medio de expresión más adecuado para explorar su mundo interior, con total libertad. En los últimos años también ha empezado a utilizar la fotografía digital en color. 



Yo prefiero sus fotografías en blanco y negro. Siempre me ha gustado más la fotografía en blanco y negro porque me parece más cálida, paradójicamente más carnal, dónde se puede apreciar mucho mejor la textura de los materiales.



Antonio Ansón en El ciclo oferente, prólogo de un libro dedicado a la fotografía de Rafael Navarro, habla sobre la distancia como concepto fotográfico. Para mí, acercarse a la modelo y fragmentar su cuerpo con el encuadre y con la luz, pasar de lo concreto a lo abstracto, supone que cada uno de los espectadores pueda dar forma a un nuevo significado; elegir un punto de vista más lejano, sin embargo, siempre es priorizar la historia que el fotógrafo cuenta, antes que elaborar una propia. En esta exposición, tenemos ejemplos de estas dos perspectivas, una más abstracta y otra más narrativa. Y ambas son manejadas con la misma destreza por Rafael Navarro. 





En esta exposición se muestra la trayectoria de Rafael Navarro. Su coherencia a través de los años y su deseo de continuar explorando las posibilidades expresivas de la fotografía: desde los dípticos de los años 1970, donde dos imágenes, aparentemente opuestas crean un nuevo significado, hasta las últimas fotografías digitales, todo es búsqueda.



Ella. Seguimos las imágenes de izquierda a derecha y desvelamos el misterio, de la materia inerte a la piel de una mujer; vamos desde lo inorgánico y además oculto hacia la vida expuesta. Con el Díptico 8, sentimos la inquietud de ver un mundo desapacible, inhóspito y habitado por hierbajos, pero lo vemos desde el marco de unas ventanas viejas de una habitación tan desolada como el exterior; quizá, por ello, queramos imitar la actitud de la mujer que se tapa los ojos con el brazo.

Ella

Sugerir, intuir y sentir de una manera personal. Quedan pocos días para que termine la exposición y es muy recomendable. 

Díptico 8


IAACC Pablo Serrano 
Paseo María Agustín 20 - Zaragoza 
Hasta el 17 de julio de 2016 


jueves, 7 de julio de 2016

Cine: Yerma de Pilar Távora (1998)

Después del éxito de La novia de Paula Ortiz, basada en Bodas de Sangre de Lorca, he aprovechado para volver a ver Yerma, también adaptada al cine por otra mujer, Pilar Távora en 1998. La principal diferencia es que La novia es una recreación aunque respetando el texto, una interpretación de la tragedia de Lorca y en Yerma, y Pilar Távora tuvo más en cuenta la literalidad de la tragedia. 

Yerma (Aitana Sánchez Gijón) es una joven casada que sólo desea tener hijos. Para ella, los hijos son el trabajo de la mujer y la alegría de su casa y no tenerlos es el mayor fracaso. Sin ellos una mujer no es nada. Quiere a su marido y se entrega a él con la esperanza de ser fértil. Cada año que pasa Yerma se consume en su infertilidad. La vieja pagana, interpretada por Irene Papas, le hace sospechar que, en realidad, es su marido (Juan Diego) el causante de la infertilidad. 



Pero el sentido de la lealtad y la honradez de Yerma le impiden recurrir a otro hombre, aunque en el pueblo comienzan a correr rumores. También los espectadores sabemos que el marido es el estéril. Tiene poco interés en Yerma, es un hombre amargado y consumido. Es un hombre cobarde que sabe pero no quiere confesar.



Con el paso de los años, sin embargo, vemos que Yerma sigue exigiendo a su marido unas relaciones que él no quiere tener. Le reprocha el poco uso que hace de las sábanas, Cada noche, cuando me acuesto, encuentro mi cama más nueva, más reluciente, como si estuviera recién traída de la ciudad. Y lo único que se le ocurre a él es ponerle a Yerma, como guardianas, a sus hermanas solteras. Tan resecas como él.



La naturaleza apasionada de Yerma se consume en su amargura. Pero es una mujer valiente que no duda en recurrir a cualquier remedio para conseguir a su hijo, aunque sea un hijo para sufrir. Acude a las conjuradoras del pueblo, para despertar con antiguos ritos en un cementerio, su fertilidad. Pero tampoco resulta. Cada vez Yerma está más triste y más amargada, más alienada y homicida. Para intentar alegrarla, su marido le ofrece ir a la romería del santo. Allí se consumará la tragedia.   



A pesar de las buenas interpretaciones, esta película resulta muy fría. Mantiene un excesivo realismo que debería haber compensado mejor con las escenas oníricas. Lorca escribió tres poemas trágicos sobre mujeres andaluzas violentadas, Bodas de Sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Pero en esta adaptación el lirismo del texto se ha perdido; supongo que en favor del lirismo de las imágenes, pero aun así no es suficiente. 



Dirección y Guion: Pilar Távora (Federico García Lorca) 
Música: Vicente Sanchís
Fotografía: Acacio de Almeida
Intérpretes: Aitana Sánchez-Gijón, Juan Diego, Irene Papas, María Galiana

lunes, 4 de julio de 2016

Crónica: La Gran Guerra de Joe Sacco

El autor.-
No sé si calificar a Joe Sacco como novelista gráfico, autor de cómics o incluso ensayista gráfico. Después de graduarse en la universidad empezó a trabajar como periodista, pero escribir le resultaba aburrido. Después se pasó al cómic; pero hasta que no publicó Palestina: en la franja de Gaza, no encontró su propio estilo para relatar sus experiencias como periodista en un conflicto. Después también publicó Gorazde: zona protegida sobre la guerra civil en Bosnia. Basándose en las entrevistas y fotografías que toma en las zonas en conflicto escribe y dibuja crónica periodística. 


Mi opinión.-
La gran guerra no se puede considerar crónica periodística porque el autor ni siquiera había nacido cuando se produjo la Batalla del Somme. El 1 de julio de 2016 se cumplieron los 100 años del comienzo de esta cruenta batalla de la Primera Guerra Mundial: británicos y franceses contra alemanes. Entonces todavía se la llamaba la Gran Guerra porque nadie podía imaginar que habría una segunda. Más de un millón de hombres muertos, heridos o desaparecidos. Alrededor de 600.000 británicos y franceses y más de 400.000 alemanes.



Fueron 141 días de batalla, de guerra de trincheras, bombardeos y lucha cuerpo a cuerpo a lo largo del curso del Somme. Se había pensado para distraer a los alemanes y aliviar la presión sobre el frente de Verdún. El 19 de noviembre, después de tantos estragos por ambas partes, se decidió dar por terminada la batalla y proseguir la guerra después del invierno. Queda claro que nadie ganó en aquel momento; hubo avances y retrocesos por ambos bandos sin que llegaran a consolidarse.



Ese primer día de la batalla es el que Joe Sacco ha recreado en su libro-mural. Una ilustración muy detallada de 7,3 metros, desplegable, que puede guardarse en un estuche, con un pequeño ensayo de Adam Hochchild sobre la batalla y una guía con anotaciones; el autor ha querido dejar la ilustración sin texto para provocar todavía más desasosiego.



Joe Sacco ha dibujado a cientos de miles de soldados británicos sin querer individualizarlos, pero al mismo tiempo cada uno de ellos muestra su propia personalidad bajo el casco que le hace ser igual a cada uno de sus compañeros. Así vemos unos que van a la guerra cantando, felices; los que se ocupan de los animales; quienes conducen los carros; una mujer, quizá una campesina francesa; un soldado que mea contra una pared medio derruida y otro que vomita apoyándose en un árbol; empieza a anochecer pero la batalla no para. Después los bombardeos, los heridos y los muertos.



Cada soldado es perfectamente reemplazable para eso que se suele llamar la máquina de guerra. Fue de las primeras batallas en las que los soldados se enfrentaban a una muerte industrializada, con un poder mortífero mucho mayor que en las guerras anteriores. Tanques, bombas, explosivos, gas, ametralladoras, fusiles con bayonetas, tenían una dimensión que antes no se había alcanzado. Sólo en el primer día, más de 20.000 británicos muertos o heridos.




Ahora que Reino Unido ha decidido abandonar la Unión Europea es imprescindible recordar que esta Unión, económica y mercantilista, neoliberal e imperfecta, se creó para superar las heridas de la II Guerra Mundial y de tantas otras guerras, sufridas por franceses y alemanes, en los siglos XIX y XX. Y que antes de abandonarla deberíamos esforzarnos todos en hacer que fuera mejor. Sin embargo, también hay que reconocer a Reino Unido el derroche de vidas que sufrió para defender a Francia y al resto de Europa. El libro de Joe Sacco es conmovedor.