viernes, 29 de mayo de 2015

Novela: La mala luz de Carlos Castán (2013)

El autor.- Carlos Castán, cincuentañero, profesor de filosofía en un instituto de Huesca y escritor muy apreciado por sus cuentos. Premio Vargas Llosa NH de relatos en 2010. Sus libros de cuentos son: Frío de vivir, Museo de la soledad o Sólo de lo perdido.

Sinopsis.- Jacobo ha sido asesinado, pero no importa. En esta novela lo importante es el enfrentamiento de un personaje consigo mismo; asomarse al abismo. Jacobo y el narrador son dos personajes solitarios. Comparten conversaciones y el amor por la literatura hasta que el miedo de Jacobo se instala entre ellos.

Mi opinión.-
La mala luz es literatura de angustia existencial. Profunda y desgarrada. Carlos Castán es un escritor muy apreciado como cuentista y esta es su primera novela. Es una literatura muy detallada, a veces farragosa y que sirve para llegar a la intimidad sofocada bajo lo superfluo.

Lo verdaderamente terrible son los años perdidos por venir. No se puede decir de manera más angustiosa que, casi la mayor parte de nuestro tiempo vital es mera repetición de estupideces que ni nos llevan a ningún sitio ni le sirven al resto de la humanidad para aprender y hacerse más sabio. Antes de que lleguen esos momentos futuros, ya sabemos que los hemos vivido y mucho más terrible, ya sabemos que nos van a aburrir mortalmente, por repetitivos.

Es un homenaje a la literatura fatal y suicida de Celan. Kavafis o Marguerite Duras también circulan por allí y Cesare Pavese y la literatura existencialista de mediados del siglo XX. Es un homenaje también a los libros que nos hacen ser como somos y que quedan como hitos en nuestra biografía, compañeros ya inseparables. París, Madrid y Zaragoza son sus escenarios aparentes, porque el verdadero escenario es él y su vida angustiosa y vacía. Desde su fotografía de niño en una plaza con palomas cerca de una iglesia, hasta su desesperanza actual de hombre fugitivo y solo.


El único momento en que la novela pierde intensidad es en la historia romántica con mujer fatal. Un asunto un poco manido.  Y es que ningún hombre puede perderse si no quiere y, para perderse, le vale tanto una mujer fatal como una monja ursulina. No me interesa tampoco el asesinato que, a mi juicio, el autor utiliza únicamente para ponernos en guardia y sentir el acecho, no de los asesinos, sino del tiempo que pasa inexorablemente. Porque el misterio no es quien ha asesinado a Jacobo, sino arrastrar a veces una vida, aburrida o feliz lo mismo da.

Estoy en la casilla de las tibias y la calavera, no recuerdo cuántos turnos me toca permanecer sin jugar. Parece que tenemos control sobre nuestra vida, pero ¿es eso cierto? Yo llevo unos cuatros años sin trabajar porque hay gente que decide que no sirvo o que el mercado no requiere de mis servicios o que no tengo las competencias adecuadas o la edad adecuada. Igual esa gente, que está tan lejos de mí y que no me conoce, decide sobre mi vida más que yo.

No es fácil de leer pero por la profundidad de sus frases, excelentemente construidas, merece la pena el esfuerzo, sobre todo cuando se siente amor por la literatura. 

La mala luz 
Editorial Destino 

martes, 26 de mayo de 2015

Serie TV: True Detective de Cary Fukunaga (2014) - Temporada 1/03

Episodio 3: 
The locked room

La pista del repentino fervor religioso de Dora les lleva hasta una iglesia ambulante regentada por un clérigo protestante. El predicador es un exalcohólico que vende esperanza e ilusión pero sin ningún fundamento. Los fieles, de bajo nivel intelectual, viven una religiosidad emocional, un espectáculo de puro pensamiento mágico. Desde su punto de vista que podría llamar nihilista pesimista, Cohle observa como el predicador absorbe los temores de los fieles y pone de manifiesto la pobreza, la obesidad y una cierta tendencia de sus seguidores a creer en cuentos de hadas.

Hart nuevamente es el contrapunto de hombre normal para Cohle. No juzga a sus semejantes por su obesidad o por su pobreza, pero todavía no sabemos si es por humanidad o simple indiferencia. Para el desarrollo de la investigación recogen en esta iglesia nuevas pistas.

Además en este capítulo, se profundiza en la descripción del carácter de Hart. Aparentemente más estable y tranquilo que Cohle, pero con una gran frustración y rabia interior. También tiene más protagonismo Maggie, la mujer de Hart. Un personaje muy necesario para la catarsis entre los dos protagonistas pero que a mí no me resulta especialmente atractivo. Está descrito desde un tradicional punto de vista masculino, como la sufriente-esposa-perfecta-a-punto-de-estallar-y-que-sólo-quiere-comunicación-emocional. Es guapa y tiene un tipazo que cualquiera querría disfrutar; mantiene también una relación conflictiva con su madre. Creo que trabaja, pero no estoy muy segura y por lo demás siempre está esperando en casa a que Hart llegue (de trabajar o de haber estado de putas), monísima, poniendo morritos y con ganas de comunicación. Además está empezando a sintonizar con Cohle y Hart lo nota; se anuncia el conflicto.

Por supuesto, una de esas noches, hablan y acaban follando apasionadamente. En la conversación surge lo habitual, el desgaste de la convivencia, la falta de sexo en el matrimonio, la crisis de los 40, no tener tiempo para ellos mismos. Lo habitual. En realidad, Hart es un hombre perdido. Necesita obedecer normas para poder vivir en paz; necesita una familia, pero no necesita verla muy a menudo; necesita tener amantes para sacudirse la frustración antes de volver a casa, a jugar a ser el papá perfecto. Siente mucha responsabilidad por su paternidad y se presenta como un padre cariñoso para sus hijas, pero en cierta manera esa relación está bloqueada; posiblemente porque las niñas estén creciendo y no sepa cómo relacionarse con ellas.

Rust Cohle, al contrario de Hart, acepta ser malo; acepta la maldad en el mundo y aprovecha sus noches de insomnio para repasar casos antiguos. Allí encuentra un caso parecido que hace unos años pasó desapercibido y nuevas pistas: la escuela Light of Way y otro nombre, un tal Ledoux. Detenido varias veces por asuntos de drogas y asalto sexual.


En el interrogatorio que se desarrolla años después del asesinato de Dora Lange, Cohle recuerda como él mismo miraba y remiraba las fotos de las mujeres muertas. Llegó a creer que en el último segundo de su vida y después de todo el sufrimiento de la agresión o la violación, esas mujeres aceptaban felizmente la muerte porque habían entendido que su existencia había sido un mero sueño inútil; siempre el mismo sueño repetido. El sueño de creer que alguna vez habían existido y que habían sido personas. Un sueño que se produce dentro de la habitación cerrada que es nuestra consciencia. Las mujeres, y Cohle también, comprendían que al final del sueño, siempre nos está esperando un monstruo. 



jueves, 21 de mayo de 2015

Serie TV: True Detective de Cary Fukunaga (2014) - Temporada 1/02


Episodio 2: 
Seeing Things

Cohle y Hart siguen la investigación policial sobre el asesinato de Dora Lange. Van conociendo a la chica a través de personas que la conocieron: su madre, una amiga, compañeras prostitutas. Descubren un perfil casi habitual en estos casos: abusos sexuales en la infancia, quizá por parte de su padre, fracaso escolar, drogas y alcohol, un matrimonio temprano con un hombre no muy recomendable. Pero además quienes la conocieron recuerdan que, en los últimos meses, había empezado a asistir a la iglesia. No les dijo a cuál.  

Dora Lange muerta
A través de esos personajes encuentran el hilo para recomponer la historia de esta mujer joven asesinada, carnaza y presa fácil para un asesino especial. Reconstruyen su vida con los fragmentos que otros les cuentan. Dora vivía en un campamento para prostitutas en medio del bosque: barro, suciedad, caravanas inmundas. Se relacionaba en ese campamento con otras mujeres en su misma situación bajo la dirección de una madame. Allí encuentran su diario y es la primera vez que se menciona en la serie al Rey de Amarillo y a la ciudad de Carcosa. En su diario encontraran un folleto sobre una iglesia. Suficiente para seguir con la pista.

Pero además, durante todo este episodio, conocemos mejor a los protagonistas y su vida emocional. Tanto la vida emocional de Hart como la de Cohle están marcadas por su relación con mujeres. Cohle ha sido abandonado por todas las mujeres de su vida: su madre, su hija que murió y su esposa que no pudo soportar los reproches por la muerte de la hija. Todo ello le llevó a la adicción a las drogas y a un psiquiátrico. Entre alucinaciones, reconoce que “agota a los demás” con su dramática intensidad vital.

Marty Hart, aparentemente tiene una vida más normal. Sin embargo, en este capítulo afloran sus infidelidades y sus problemas matrimoniales. Tiene una esposa guapísima, dos niñas pequeñas a las que adora y un alto concepto de la vida familiar. Sin embargo necesita ir con otras mujeres y alardear de ello delante de sus colegas de taberna. Pero, a pesar de esto, demuestra preocupación por una joven prostituta que ni siquiera tiene los 18 años y que ya ha tenido que huir de los abusos sexuales de su tío. Hart es un hombre dominado por sus miedos y con una gran tensión que todavía no sabemos de dónde sale. Para él, el sexo es divertido pero no es diversión, es una especie de terapia para alejar toda la agonía que le produce estar viviendo entre drogadictos, niñas prostitutas y demás seres abandonados por la vida. Necesita de alguna manera desprenderse de todo eso antes de volver a su hogar feliz y se le ocurre hacerlo a través del sexo con mujeres jóvenes, pero no prostitutas. Lo hace por el bien de su familia, para no invadir su hogar con toda esa porquería que ve en su trabajo y que le sobrepasa. Es una manera de autojustificarse. 

Las hijas de Hart recrean con sus muñecos violencia sexual
Pero en su casa no encuentra la paz que busca. Su esposa, joven y guapa, se deja llevar por la autocompasión y le recrimina sus ausencias; él bebe y no puede comunicarse con ella. Sus hijas dibujan y simulan con sus muñecas y muñecos escenas de sexo y violaciones en grupo. Si Hart pone tanto empeño en proteger a sus hijas de la maldad del mundo, ¿cómo pueden acceder dos niñas tan pequeñas a esa información? Por mucho que se esfuerce, el entorno de violencia contra otras niñas y otras mujeres jóvenes, se filtra en sus vidas supuestamente perfectas. La investigación sobre el asesinato no avanza lo suficientemente rápido y las autoridades interfieren. Cohle sospecha de este interés que no considera gratuito. Siguen la pista de la iglesia hasta encontrar el edificio quemado y medio en ruinas desde hace unos meses. Pero en una pared encuentran la representación de una mujer en la misma posición en la que habían encontrado el cadáver de Dora Lange. 


La iglesia

martes, 19 de mayo de 2015

Cine: No confíes en nadie de Rowan Joffé (2014)

El planteamiento de esta película es siniestro. ¿Qué puedes hacer si cada vez que te despiertas no sabes nada acerca de ti misma, de tu vida, de tu familia? Aterrador. Pues eso es lo que sufre Christine (Nicole Kidman) todos los días, como consecuencia, aparentemente, de un accidente. Para su tranquilidad cuenta con la entrega y el amor absolutos e incondicionales de Ben, su marido (Colin Firth). Aunque a veces las cosas no son lo que parecen. 

Desde el principio hay indicios de que las cosas no son así, pero hay que estar muy atenta sino se escapan: ¿por qué vive una mujer amnésica aislada del mundo en una casa fuera de la ciudad? Es cierto que el guion es un poco tramposo y eso le quita emoción a la película. El trío lo completa el psiquiatra (Mark Strong) que, a escondidas, atiende a Christine. Así hay un poco más de dinamismo, pues las sospechas (todavía no sabemos exactamente de qué) van alternándose entre los dos hombres.

El director en lugar de optar por profundizar en la angustia que puede provocarle a cualquiera no recordar nada de su vida durante años, se dedica a mosquearnos pasándoles la pelota de la sospecha a los dos hombres que están pendientes de Christine y por eso es tramposa, porque cualquiera de los dos, en realidad, podría ser el causante de sus males y cualquiera de los dos podría estar intentando que no recordara.

Gran parte del atractivo de la película está en el trío protagonista, aunque ni Colin Firth ni Nicole Kidman estén en sus mejores papeles. Su relación resulta fría. Nicole Kidman no trasmite la angustia de la falta de memoria, ni la desorientación de tener que recordar cada día todo. Y Colin Firth, aunque hay ciertas miradas suyas y una capacidad de violencia contenida que podrían paralizar a cualquiera, tampoco consigue su propósito. La película no da para mucho más. 


Intérpretes: Nicole Kidman, Mark Strong, Colin Firth

viernes, 15 de mayo de 2015

Serie TV: True Detective de Cary Fukunaga (2014) - Temporada 1/01

En 1995

Episodio 1.
The Long Bright Dark. 

True Detective, es la serie de HBO sensación de la temporada. Hace casi un año que se estrenó en España, aunque yo la he podido ahora que se está emitiendo en abierto. Así puedo dar mi opinión sin estar tan influida por el resto. Me gusta muchísimo y espero impaciente la segunda temporada. Es muy intensa y turbia. Aunque el final es demasiado correcto, aun así me parece muy buena. Sin duda La isla mínima (el peliculón español de este año) se ha inspirado en ella: la imagen, el color amarillo decrépito, el sur empobrecido y sus miserias.

Se puede utilizar el género policíaco para muchas cosas: retrato de una sociedad, investigación criminal o mucho peor para dar imágenes estereotipadas de mujeres fatales. Pero yo creo que es más adecuado para rascar en la miseria moral del ser humano, en sus miedos y ansiedades. En esta serie también se puede hacer un análisis de la masculinidad. Dos policías, ambiguos y contradictorios, tienen que resolver un caso donde se mezclan ritos pseudoreligiosos, miseria, lascivia y abuso de poder.


Cabecera de la serie

La acción abarca 15 años: desde que tienen conocimiento del primer crimen hasta que consiguen resolver el asunto, pero la narración no sigue el tiempo lineal. Hay continuos saltos en el tiempo, entre tres momentos principales y el eje que los une es la investigación del asesinato de Dora Lange, en Erath, Luisiana. Es una joven prostituta, a la que nadie había echado de menos. La encuentran en medio del campo, arrodillada frente a un gran árbol, desnuda y con signos de haber sido torturada, con una corona de espinas y la cornamenta de un ciervo en la cabeza. La escenografía del crimen hace pensar en que es un asesinato ritual y que no es el primero que se produce ni será el último. Es el año 1995 y los detectives Rust Cohle y Marty Hart, Matthew McConaughey y Woody Harrelson, apenas llevan 3 meses trabajando juntos.

Este primer capítulo presenta ya claramente las diferencias entre los dos personajes. Ya es tradicional en las películas y series de policías que se enfrenten dos personajes con caracteres opuestos, pero en estos la oposición es incluso metafísica. Cohle es un, sin duda, un personaje a la deriva y Hart,ya veremos cómo se da a conocer. 

Cohle en 2012
Cohle reconoce que no tiene suficiente valor para suicidarse y se define como un pesimista filosófico; alguien que no bebe pero se emborracha; alguien que no duerme pero siempre sueña. Para él el ser humano no es más que una consciencia surgida y separada de la naturaleza, pero que ha adquirido demasiada importancia, aunque en realidad sólo sea mera acumulación sin orden de sensaciones, experiencias y sentimientos y que no debería existir separada de su origen. Su discurso existencial es algo así como caminar hacia la extinción debería ser el destino de todo ser humano sensato. Es un hombre consumido por dentro, por las drogas y por su angustia personal que le lleva a ver todo lo que hay de malo en el mundo. Tiene alucinaciones y no sólo por su trayectoria de yonqui; por su especial situación emocional quizá sea el único que pueda ver que el diablo siempre está por ahí. 

Su compañero, Marty Hart, no sabe cómo tratarlo. Hart es un hombre sencillo, casado y con dos hijas pequeñas y que lleva una vida aparentemente idílica; amante del orden y las buenas costumbres, después veremos que también abusa del alcohol y es compulsivamente infiel. Un casi paleto. Aunque se define a sí mismo como un tipo normal con un par de huevos, tiene miedo del paso del tiempo, de la pérdida del pelo y de la pérdida de virilidad.

Hart en 2012
En el año 2012, los dos policías hace tiempo que ya no trabajan juntos y se descubre que el caso de Dora Lange se había cerrado en falso. En ese momento los dos son convocados por separado para una investigación policial, aunque ninguno de ellos trabaja ya para la policía. Hart es un próspero hombre de negocios que tiene una empresa de seguridad; divorciado y con una relación dificultosa con sus hijas adolescentes. Cohle trabaja donde puede, se emborracha y fuma. Durante los interrogatorios, cada uno, en planos medios frontales, cuenta su historia y recuerdan cómo eran y lo que les pasó. Se colocan frente a la cámara como en un confesionario. Han pasado los años y parecen ser el mismo hombre pero que ha sufrido cosas diferentes. Cohle sabe que el ser humano es miseria en estado puro y que pocas veces la luz vence a la oscuridad; Hart cree que la vida es rosa pero que a él le ha tocado la parte mala. Han editado un libro de lecturas no obligatorias que, por supuesto, ya me he comprado.




Director: Cary Fukunaga
Guionista: Nic Pizzolato
Banda sonora: T Bone Burnett

Tema principal: Far from any road de The Handsome Family

miércoles, 13 de mayo de 2015

Teatro: El mercader de Venecia de Shakespeare (2014)

Shakespeare escribió El mercader de Venecia en 1598. Bloom, prestigioso crítico literario en su libro Shakespeare. La invención de lo humano, clasifica esta obra como “alta comedia” y no titubea a la hora de calificarla como antisemita. Además yo creo que se lamenta de alguna manera de que no se interprete a Shylock con toda la carga del estereotipo negativo de “el judío”. Deberíamos ser capaces de poder manifestar abiertamente la importancia que tienen los estereotipos para nuestra convivencia como humanos, porque al fin y al cabo, son los primeros atajos que utilizamos para conocer quién es el otro, para “malentender” quién es el otro; pero esto no significaría que no pudiéramos traspasar esa barrera y realmente dedicarnos a conocer a las personas que hay debajo de los estereotipos. Si pudiéramos conseguir esto, no sería necesario disculpar que una obra magistral como ésta pueda ser considerada antisemita.

Shylock, Antonio y Porcia


Pero desde otra lectura, El mercader de Venecia es una clara muestra de la picardía y el ingenio de las mujeres; de cómo imbuir un nuevo espíritu en las leyes y las normas de los hombres para salir airosas de una situación complicada.

En la obra hay tres personajes principales: Antonio, el mercader, representa el buen cristiano, cumplidor de las leyes, con éxito profesional y con un rigor moral digno de un inquisidor; desprecia e insultas a los judíos porque se enriquecen con las desgracias ajenas. Shylock el judío, está acostumbrado a la violencia de Antonio; no se avergüenza de ganar dinero como prestamista, pero, durante muchos años, ha alimentado un gran odio y resentimiento contra todos aquellos que le desprecian, especialmente Antonio. Tiene ahora la oportunidad de vengarse de todos ellos y no está dispuesto a renunciar a ella. Sin embargo sus deseos de venganza al final se volverán contra él y se verá obligado a convertirse al cristianismo bajo amenaza de pena de muerte. No puede haber una tortura diaria más sofisticada que arrebatarle a alguien una dimensión de su identidad tan profunda como la religiosa.

Isabel Rodes como Porcia
El tercer personaje es Porcia. La bella y perspicaz Porcia, para salvar de la muerte a Antonio, muy querido amigo de su marido, urde un inteligente y audaz plan que ejecutará a la perfección y que además servirá como triquiñuela para enamorar todavía más a su marido. Por lo demás la obra se completa también con las cuitas, enredos y finales felices de otras parejas de enamorados.

La adaptación de la compañía Noviembre Teatro me ha parecido muy fresca y dinámica. Muy adecuada también al momento actual en que los banqueros, bancarios, usureros y prestamistas varios, nos han estafado de esta manera tan evidente, además culpándonos a nosotros de su codicia. Magnífico vestuario y escenario sobrio pero colmado con la presencia e interpretación de los actores. Especialmente Arturo Querejeta da vida a un Shylock sufriente como un perro apaleado a quien le llega la hora de la venganza y la crueldad. 



También hay algo que no me ha gustado nada, aunque reconozco que tiene su mérito. En la obra original uno de los pretendientes de Porcia es el Príncipe de Aragón y en esta adaptación lo han incluido como el típico aragonés baturro, que me produce una cierta urticaria y no puedo soportar. Aunque reconozco que está muy bien interpretado y que al público de Zaragoza le encantó. 



Compañía: Noviembre Teatro 
Dirección: Eduardo Vasco
Adaptación: Yolanda Pallín
Escenografía: Carolina González 
Vestuario: Lorenzo Caprile. 
Intérpretes: Arturo Querejeta, Francesco Carril, Isabel Rodes, Francisco Rojas, Fernando Sendino, Rafael Ortíz, Héctor Carballo, Cristina Adua, Lorena López, Jorge Bedoya. 

jueves, 7 de mayo de 2015

Cine: Big Eyes de Tim Burton (2014)

Se dice por ahí que Tim Burton ha perdido su genialidad y que va en busca de algo nuevo que contar, pero que no encuentra el estilo. Big Eyes es su última película. No sé si este es el giro que quiere dar a su carrera, porque resulta ser una biopic, convencional y nada fantástica. Es la historia de Margaret y Walter Keane, ambos pintores de caracteres absolutamente contrarios. 


Margaret (Amy Adams) es una joven divorciada con una hija pequeña que se ha escapado de su casa y de su asfixiante primer marido. Es una mujer tímida, insegura y que no tiene ningún tipo de apoyo familiar. Son los años 1950 en Estados Unidos. Todavía no está bien visto que una mujer tome sus propias decisiones. Además, aunque en la película no se dice nada, de la interpretación de Amy Adams podemos deducir que su primer marido era bastante abusivo. Se traslada a San Francisco para buscar trabajo como ilustradora y allí conoce a Walter (Christopher Waltz), un pintor que derrocha encanto, simpatía y mentira; un seductor empedernido y maravilloso, pero no por ello menos abusivo que su primer marido.

En sus primeros meses de matrimonio, ambos se dedican a pintar y a intentar vender sus pinturas. Margaret empieza a tener un considerable éxito, pero utilizando ciertas triquiñuelas, aparentemente inofensivas, él decide firmar los cuadros de ella: niños y niñas de ojos grandes e inmensa tristeza y abandono. Él tiene un gran talento para el marketing y las relaciones públicas, lo cual no hace más que encerrar y hundir a Margaret cada vez más; encerrada en su atelier se dedica a pintar a sus criaturas, en una especie de esclavitud simbólica que sólo puede expresar a través de sus personajes.

Esto de que un marido usurpe la obra de su esposa no es la primera vez que pasa. En España, que yo sepa, también hubo un caso parecido pero entre escritores. María de la O de Lejárraga, (1874-1974), escribía novelas y obras de teatro costumbristas y permitía, más o menos obligada, que las firmase su marido. Lo extraño de este caso es que María de Lejárraga era feminista y estaba afiliada al Partido Socialista, pero aun así prefería que sus obras las firmase otro. No sé si era o no una solución acertada para un momento en que las obras firmadas por un hombre se vendían mejor.

María de Lejárraga
Otro caso que conozco, aunque este es más difícil de comprobar, es el de Robert Capa y Gerda Taro, fotógrafos muy conocidos, de la época del reporterismo de guerra más romántico. De ellos se dice que intercambiaban sus cámaras cuando estaban trabajando de manera que sería difícil decir quién hizo qué fotos. Gerda Taro murió durante la Guerra Civil Español y Robert Capa siguió fotografiando guerras hasta morir en Vietnam en 1954. No se duda de la calidad del trabajo de ninguno de ellos, pero existen sospechas de que no todas las fotos firmadas por Robert Capa están hechas por él.

Seguro que hay más casos. Muchos de ellos pueden explicarse no sólo por el abuso del hombre sobre la mujer, sino que es posible que las mujeres decidieran racionalmente que su obra firmada por un hombre se vendería mejor. Más recientemente están los ejemplos de escritoras que “camuflan” su nombre de mujer detrás de unas asépticas iniciales, por si acaso los editores tienen miedo de publicar sus obras. P.D. James, gran escritora de novela negra del siglo XX, es Phyllis Dorothy y J.K. Rowling es simplemente Joanna. Pero también es cierto que existe lo que Luis Bonino, psicoterapeuta y especialista en cambio masculino para la igualdad, llama micromachismos. Espacios de dominación masculina en la vida cotidiana, a veces explícita y mucha más veces oculta, simbólica, pero igual de efectiva que la violencia retrógrada y el control patriarcal. 

Evidentemente, el matrimonio de los Keane terminó en divorcio, pero antes Margaret le demandó para recuperar la autoría de su obra. Le retó a pintar un cuadro ante un tribunal y Walter fue incapaz de dar una pincelada. Se demostró que había sido un fraude y desapareció de la vida de Margaret y del foco mediático que tanto le gustaba. Margaret continuó pintando y hoy con casi 90 años todavía vive en California. 

Gerda Taro y Robert Capa