jueves, 31 de octubre de 2019

Cine: El crack cero de José Luis Garci (2019)


Reconozco que, frecuentemente, el cine de José Luis Garci me puede. Me resulta demasiado intenso, demasiado afectado, demasiado lento y demasiado emocional. Pero esta regla se rompe con la trilogía El crack. De alguna manera, en estas tres películas Garci consigue controlarse a sí mismo, dibujar unos personajes creíbles y humanos y, sobre todo, colocar a Madrid en el centro de la trama. La ciudad fotografiada como una dama nocturna y atrayente.


Recuerdo en los años 1980, el exitazo que tuvieron las dos primeras partes de esta trilogía y supongo que esta tercera no andará a la zaga. Para mí tiene, además de un buen guion y unas extraordinarias interpretaciones, el encanto de la nostalgia.

Conocemos en El crack cero al joven Germán Areta que acaba de abandonar la policía para establecerse por su cuenta y sabremos porqué se vuelve tan silencioso, porqué le gusta más oír que hablar; pues, porque en el silencio no se puede mentir. La acción se desarrolla con una estructura muy sencilla: Areta recibe un encargo, inicia la investigación y la mierda le salpica sin que pueda evitarlo, otra vez.


Tengo que decir también que el final es demasiado manido y que Garci y Javier Muñoz se lo tenían que haber currado más; que es un apaño en el guion que parece que se sostiene únicamente con pegamento. Vamos que no tiene ningún sentido. Y respecto a las interpretaciones, la que menos me ha gustado es la de Macarena Gómez que no consigue rezumar todo el veneno que lleva dentro. Pero el resto son magistrales, empezando por la maravillosa Luisa Gavasa y terminando con la breve aparición de Cayetana Guillén Cuervo. En medio de las dos, Patricia Vico que representa a la nueva mujer española de los años 1970, sus profundos ojos revelan el sufrimiento de un matrimonio insatisfactorio y el deseo por encontrar una vida más plena. Esas mujeres que empezaban a ser libres sin saberlo todavía.


Nada que objetar a Carlos Santos como Germán Areta joven; nada que añorar de la interpretación del gran Alfredo Landa, Carlos Santos sale airoso de las comparaciones. Este Areta joven tiene, lógicamente, una mayor vitalidad, pero ya muestra las características fundamentales de su personalidad amargada por las circunstancias pero sólida y acogedora aunque, también, implacable y con un alto sentido del deber moral.


Pero ya he dicho antes que la protagonista absoluta e inesperada es Madrid y sus sugerentes noches. Una ciudad en un blanco y negro luminoso y cautivador que podría sobreponerse y dejar atrás una época gris, invernal y dura cerrada, definitivamente, con la muerte de Franco. Es un Madrid local, pueblerino y castizo, con partidas de mus, gallinejas y chatos de vino; pero, por la autenticidad de sus personajes, se convierte en un Madrid universal e intemporal. Cine negro clásico. Imprescindible.


Dirección: José Luis Garci
Guion: José Luis Garci y Javier Muñoz
Fotografía: Luis Ángel Pérez
Música: Jesús Gluck
Intérpretes: Carlos Santos, Miguel Ángel Muñoz, Luisa Gavasa, Patricia Vico, Pedro Casablanc

lunes, 28 de octubre de 2019

Narrativa: El expediente de mi madre de András Forgách (2014)


El autor.-
András Forgách es un reconocido escritor y artista plástico húngaro. Perteneció a los movimientos contraculturales que se oponían al régimen comunista de las décadas 1970 y 1980. Esta es la primera obra suya que se traduce al castellano. Otras obras suyas son: Zehuze


Mi opinión.-
Este libro, reportaje, novela o autoficción, surge de un hecho real. Un hecho que para el autor ha supuesto un gran trauma. Siendo ya adulto descubrió, le notificaron, que existían unos expedientes gubernamentales sobre su madre, de la época en que Hungría pertenecía a los países satélites de la URSS. Por entonces, el autor había escrito la historia de su familia en una novela de 700 páginas. Tuvo que destruirla puesto que sus investigaciones comparadas con el expediente gubernamental sobre su madre resultaban ser mentira. Años de trabajo, a la basura y una profunda conmoción.

Bruria
Parte del problema que me suscita la literatura del este y del centro de Europa es mi propio desconocimiento sobre la historia y la evolución política de estos países, más allá de su periódico soviético. Creo que por eso me cuesta mucho apreciarla. Me pasó ya con el libro de Magda Szabó, La puerta. En este libro, el autor se enfrenta a la cruda verdad. No sólo se entera de que su madre era una ferviente stalinista y que espió para el gobierno títere húngaro, sino que fue capaz de espiar a su propia familia. A sus hijos, a sus hermanos, a su padre. Aunque fuese un espionaje muy casero, muy cotidiano y ciertamente cutre. 


En realidad, El expediente de mi madre son tres libros en uno y eso a mí me despista mucho; aunque estoy convencida de que el autor ha querido que experimentemos la misma confusión que experimentó él. La primera parte, podíamos definirla como autoficción. A partir de los documentos que Forgách descubre sobre la actividad de su madre, reconstruye determinadas escenas de su vida y entiende situaciones que vivió cuando era niño y adolescente. Escribe de manera plomiza la vida gris en una sociedad gris, durante 40 años de opresión de un régimen dictatorial. Es una literatura seca y dura, como aquella época que vivió. Descubre a sus padres como realmente eran y después del impacto, de la negación y de la rabia, llega a entenderles.

Budapest, años 1960
La segunda parte es un largo y desgarrado poema. Es lo primero que escribió en cuanto conoció el expediente de su madre. En este poema también, a partir de documentos, reescribe la historia de amor de sus padres. Documentos no sólo oficiales, sino también cartas e informes de los propios interesados. Para terminar, el autor se esfuerza en documentar cómo surgió este libro y cuál fue la repercusión emocional que el descubrimiento de este expediente y el conocimiento de las actividades de su madre tuvo en su vida. Esta estructura resulta muy extraña pero, como he dicho antes, creo que evoca la propia confusión que sintió el escritor.

El autor con su madre en los años 1980
Y es que los padres, al espiar a sus hijos pretendían, de alguna manera, reclutarlos para la causa comunista. Marcel había nacido en Europa y había sobrevivido a la II Guerra Mundial pero se había quedado sin familia; después emigró a Israel y conoció a Bruria. Ella, sin embargo, pertenecía a la “aristocracia intelectual” del nuevo estado de Israel. Ambos eran comunistas convencidos y fervientes antisionistas. El comunismo era su ideología, su patria y su religión y por su causa lo daban todo, incluida su propia familia.


Resulta muy interesante también en este libro, conocer cómo el estado definía las distintas tareas que debían tener los espías y los clasificaba según el rendimiento que podían dar. Tenía muy claro que no podían pedirse peras al olmo. Otra cosa muy curiosa son los informes sobre las retribuciones que debían recibir. Consideraban que algunos espías no debían de recibir dinero. Estos espías, los más adeptos al régimen, los comunistas convencidos, podían sentirse ofendidos si se cuestionaba su fidelidad y se trataba de recompensar con dinero. Para otros era más apropiado recibir regalos o visados para viajar al extranjero y que pudiesen estudiar (y espiar) allí, bien ellos o sus hijos; otros recibían un puesto de trabajo o un ascenso. Lo tenían todo perfectamente definido y calculado, al menos en este nivel. El nivel del espionaje casero.

Los espías
Y debía resultar también abrumador y agobiante para quienes recibían los informes de espionaje tener que leerlos y releerlos para buscar, en los mínimos detalles, cualquier indicio de conspiraciones. Una labor para volverse paranoico. Sin duda.





El expediente de mi madre
András Forgách

Traducción: Teresa Ruiz Rosas

Ed. Anagrama

jueves, 24 de octubre de 2019

Cine: Mientras dure la guerra de Alejandro Amenábar (2019)


Mientras dure la guerra. Nunca cuatro palabras han tenido la trascendencia histórica que tuvieron éstas. El 28 de septiembre de 1936 los altos mandos militares del ejército sublevado nombraron a Franco como Jefe del Gobierno del Estado, mientras dure la guerra. Pero el posterior día 30 cuando se publicó el Decreto correspondiente, ¿casualmente? ¿por error?, se habían suprimido esas cuatro palabras perpetuando, de esta manera, al dictador en la jefatura de gobierno y del estado hasta su muerte en 1975.


Amenábar ha intentado abordar en esta película la confusión y el desconcierto de una figura intelectual de talla internacional como fue Unamuno en esos primeros meses de desorden y arbitrariedad de la Guerra Civil. Unamuno tuvo una personalidad muy compleja, como le corresponde a un gran intelectual. Tuvo simpatías por tendencias políticas que resultaron estar en contradicción, pero eso quiere decir que algo bueno tendrían cada una de ellas.


Sufrió dudas religiosas durante toda su vida porque no aceptaba la idea de un dios severo e inflexible como le habían enseñado, sino que llegó a tener la necesidad de un dios que actuase con amor de madre. Fue un personaje muy avanzado y que estudiamos poco en los colegios e institutos españoles. Una figura que debe ser recuperada.

La soledad del intelectual crítico

Se ha acusado a Amenábar de que en esta película se sitúa en la equidistancia entre los dos contendientes. No creo que sea así, sino que la película trata de reflejar los primeros meses de la sublevación cuando no existían certezas sobre cómo iba a ser el levantamiento. España había tenido una extensa tradición de pronunciamientos militares durante el siglo XIX que, una vez estabilizada la situación social, se encargaban de devolverlo a las autoridades civiles. Algunos militares creyeron que esta vez también sería así. Gran error.


Sin embargo, Franco tenía otras expectativas. La principal de ellas era perpetuarse en el poder. Cabanellas, interpretado por TitoValverde, presidía la Junta de Defensa Nacional y nunca estuvo de acuerdo con el nombramiento de Franco. Le conocía bien desde la intervención de ambos en África y le definía de una manera muy gráfica Franquito, el cuquito, siempre va a lo suyito. Y es que cuando Franco cogía lo que le interesaba no lo soltaba nunca. Lo mismo hizo con España, para nuestra desgracia.


Las interpretaciones de los tres protagonistas principales son soberbias. Karra Elejalde es Unamuno y sabe expresar con sus miradas la duda, el terror, la incredulidad ante la barbarie y, también, la esperanza de no haberse equivocado al apoyar el golpe de estado. Unamuno había sido un ferviente republicano pero se había desengañado al ver la deriva autoritaria de unos gobiernos inestables. En momentos diferentes, fue ensalzado por ambos bandos, pero al ver que era igualmente crítico con unos y con otros, los dos bandos le denostaron. Supongo que esa es la postura ideal para un intelectual, no casarse con nadie, pero siendo un intelectual anciano no dudo de que sintiese mucho dolor y de que esa situación adelantase su muerte a los 72 años, el 31 de diciembre de 1936. Así no tuvo que vivir el horror de la guerra.


Eduard Fernández pone toda su capacidad de histrionismo interpretando a Millán-Astray que debía de ser un personaje, de por sí, muy histriónico. Estaba acostumbrando a arengar a las masas, especialmente a las de sus legionarios. No me extraña que fuese así. Le faltaba un ojo, le faltaba un brazo y sufrió graves heridas en una pierna y el pecho. Hoy sería todo un motivador.


Pero el que más me ha sorprendido es un actor que no conocía. Santi Prego interpreta a Franco y resulta aterrador, maquiavélico pero silencioso como una serpiente. Al principio de la película, dos enviados alemanes definen perfectamente la manera de actuar del caudillo. No decía nada, ponía sonrisa de bobo y seguía afianzando sus ambiciones. Y el actor consigue expresarlo sin apenas pestañear. Con esa mirada de aparente sencillez que escondía la crueldad más perfecta.


Es una película que nadie debería perderse. Y lo más amargo de todo es que el Venceréis, pero no convenceréis se podía haber aplicado a cualquiera de los dos bandos. Y así estamos.


Dirección: Alejandro Amenábar
Guion: Alejandro Amenábar y Alejandro Hernández
Música: Alejandro Amenábar
Fotografía: Alex Catalán
Intérpretes: Karra Elejalde, Eduard Fernández, Santi Prego, Patricia López, Inma Cuevas, Nathalie Poza.


lunes, 21 de octubre de 2019

Testimonio: Vestidas para un baile en la nieve de Monika Zgustova (2017)


La autora.-
Monika Zgustova es escritora y traductora principalmente del checo y del ruso al castellano y al catalán; también es columnista en prensa. Su autor más traducido es Bohumil Hrabal de quien escribió también una documentada biografía. Aunque nació en Praga, desde los años 1980 vive en España y ha obtenido la nacionalidad española. Otras obras suyas: Las rosas de Stalin, Los frutos amargos del jardín de las delicias. 

Mi opinión.-
Vestidas para un baile en la nieve es un libro testimonial. Nace de la necesidad de dar voz a las mujeres, doblemente silenciadas, encarceladas en gulags durante la época de Stalin. Zgustova se entrevistó con ellas a finales de los años 2000 y para cuando el libro se publicó algunas de ellas habían muerto.

Siberia
Todas mostraron una gran disposición para recordar y dejar testimonio aunque fuese breve. Para que nadie tuviera la tentación de olvidar. Entre sus recuerdos se colaban también las vidas de otros personajes que también habían sufrido la represión stalinista. La autora tiene el acierto de unir a cada uno de sus personajes con un arquetipo de la mitología: La mujer de Lot, Judith del siglo XX. Son epítetos que tienen que ver con cada una de sus particulares historias.

Lubyanka, sede y prisión de la KGB
Aunque sean historias particulares comparten rasgos comunes fruto de la historia destructiva que se desarrolló durante esos años. Eran jóvenes mujeres, estudiantes. Colaboradoras, hijas, hermanas o novias de algún perseguido que sufrieron su mismo destino; a veces, sólo por ser judías. Todas consideran que la experiencia del gulag las ayudó a apreciar mejor la vida, aunque una de ellas dice alto y claro que aquélla fue la experiencia más negativa de su vida y que no lo merecía.


Todas coinciden también en subrayar que la belleza, la literatura, la música y la poesía les ayudaron a sobrevivir y que cualquier de esas disciplinas, sin duda, les concedió un mayor número de años de vida que a quienes no podían disfrutar de ellas. Algunas de ellas se siguieron sintiendo fervientes comunistas y no dudaron en calificar al régimen stalinista como dictatorial y traidor a su pueblo. Después de haber vivido aquella represión tampoco son muy benevolentes con el régimen de Putin.


Bajo el régimen stalinista se hizo realidad la distopía de Ray Bradbury, Farenheit 451, y frente a la censura o el fuego destinados a los libros peligrosos, surgió la Samizdat, la copia y distribución clandestina de literatura prohibida, a veces, hecha artesanalmente y con gran riesgo para la vida. Pero Stalin murió y la literatura recuperó su sitio.

Publicación Samizdat
Las acusaciones, los procesos que sufrieron y las condenas también son bastante parecidos. Irrumpían en sus casas y se las llevaban sin que, apenas, pudieran coger algo de ropa. Esa es la razón del título. Después el hambre, el abuso, el frío, los harapos, la imposibilidad de huir y los trabajos forzados. Al final, cumplida la condena o por la muerte de Stalin, la liberación y la reinserción en una sociedad que ya no conocían. Las suspicacias de sus vecinos al enterarse de que vivían cerca de expresidiarias y las secuelas en su precaria salud.

Localización de los gulags en la antigua URSS

En este libro hay nueve testimonios. Ignoro como la autora habrá seleccionado a estas nueve mujeres, pero me parece muy significativo que sólo una de ellas reconozca el ambiente de abusos y agresiones sexuales que sufrieron. Demasiado pudor y demasiada vergüenza para reconocerlo. Abusos y agresiones que no se producían por parte de los carceleros sino de sus mismos compañeros de cautiverio. Terror.

Zayara cuenta como otro de los prisioneros prefirió llevarse un violín al gulag y tocó el allegro molto appassionato del Concierto para violín de Mendelsshon

Un libro muy recomendable para que la microhistoria de las mujeres prisioneras tenga su sitio junto a la microhistoria de los hombres más conocida a través de las experiencias de Boris Pasternak o Alexander Solzhenitsyn. Y porque la mayoría de mujeres y hombres que pasaron por esa experiencia todavía no han sido rehabilitados.


Ellas son:
·         Zayara Vesiólaya, la mujer de Lot.
·         Susanna Pechuro, Penélope encarcelada.
·         Ela Markman, Judith del siglo XX.
·         Elena Korybut-Daszkiewicz, Minerva en las minas.
·         Valentina Ievleva, Psique encarcelada.
·         Natalia Gorbanévskaya, Antígona frente al Kremlin.
·         Janina Misik, Ulises en Siberia.
·         Galia Safónova, Ariadna hija del laberinto.
·         Irina Emeliánova, Eurídice en los infiernos.


Vestidas para un baile en la nieve
Monika Zgustova

Ed. Galaxia Guttenberg

jueves, 17 de octubre de 2019

Iglesias en la Hoya de Huesca. Verano 2019


La Hoya de Huesca es la zona intermedia entre el valle del Ebro y el Pirineo. Empieza con una llanura dedicada al cultivo de cereal y va ganando altura hasta llegar a la sierra de Guara. Es una comarca muy extensa pero, en esta ocasión, sólo me he dedicado a visitar el llamado reino de los Mallos.

Los Mallos de Agüero

Durante la Edad Media fue frontera entre los territorios cristianos y los musulmanes. La convivencia no fue fácil y ejemplo de ello es la arquitectura románica pensada con una finalidad militar y de defensa, tal y como sucede en el castillo de Loarre, utilizado también como monasterio y que se merece un post para él solo.

Guara, el gigante dormido

También es tierra de leyendas. Una de ellas explica la formación de la sierra de Guara. Gratal y Gabardiella eran dos gigantes que se amaban y que se unían a través de las montañas. Pero Gratal era viejo y Gabardón, el padre de Gabardiella, no aprobaba esta unión. Gabardón buscó a su amigo Guara, otro gigante, y le pidió ayuda para impedir este matrimonio. Así que Guara separó a los amantes con un golpe de su cayado, creando así el cauce del río Flumen en el que la desconsolada Gabardiella lloró la pérdida de Gratal. Gratal, aunque no pudo recuperar a su amada, se vengó y mató a Guara aprovechando que éste estaba dormido. Todavía se puede distinguir su silueta en la sierra.

Los ábsides de la Iglesia de Santiago. Agüero
Empezamos la visita en la Iglesia de Santiago de Agüero. Un edificio situado en un alto antes de llegar al pueblo y que quedó sin concluir o, mejor dicho, se terminó precipitadamente, como si se hubiese terminado el dinero y las cuadrillas de trabajadores experimentados hubieran dejado paso a otros más zaborreros. Se inició en la segunda mitad del siglo XII y tiene planta basilical con tres naves que terminan en ábsides semicirculares. Es en el ábside central, y tanto en la parte exterior como en la interior, donde se puede ver un friso de apenas 15 centímetros con escenas de la vida de Cristo y decoración vegetal. Una de ellas es especialmente sorprendente. Son las imágenes de los reyes magos, acostados en una cama y despertados por un ángel sonriente para que inicien el camino hacia Belén. En el exterior, parece existir una de las primeras representaciones del grial siendo bendecido por la mano de Dios omnipotente.

El altar mayor
Su construcción se ha relacionado con la Catedral de Santo Domingo de la Calzada; aunque posteriormente sería el Maestro de Agüero o maestro de San Juan de la Peña el encargado de las obras y la decoración, hasta que definitivamente se decidiese la finalización precipitada de la iglesia. Este templo también destaca por ser el que más marcas de cantero mantiene todavía. Y en el exterior de manera poco visible hay un pequeño relieve del diablo. En la portada también puede distinguirse, en un capitel, el músico y la bailarina lujuriosa. En las jambas de la puerta, dos monstruos acompañados por un hombre y una mujer, parecen significar la luz y la oscuridad y el tímpano está dedicado a la Adoración de los Reyes Magos.  

Detalles de los frisos interior y exterior


Si la iglesia se hubiese terminado hubiera tenido unas proporciones enormes para dar servicio al pueblo; por esto se cree que formaba parte de un monasterio que no se llegó a realizar para que los monjes de San Juan de la Peña se acercasen al valle del Ebro como nuevo centro de poder. Parece ser que en 1170, el abad de San Juan de la Peña que también se llamaba Juan fue destituido por el Papa, porque malbaratar los bienes de la iglesia y expulsado del reino de Aragón.

Detalle de la bailarina

Por otra parte, García Omedes piensa que quizá se tratase de edificar un monasterio suntuoso para que el rey Ramiro II el Monje se retirase, una vez traspasado el trono a su hija Petronila. Pero una vez muerto el rey, el conde Ramón Berenguer IV, esposo de Petronila, habría paralizado el proyecto (los catalanes, ya se sabe). También es posible que la reina Berta mandase construir esta iglesia para honrar y enterrar a su esposo, Pedro I; puesto que él le había concedido el Reino de los Mallos en caso de enviudar. El pueblo de Agüero está a los pies de los Mallos. Los mallos son preciosas e imponentes formaciones rocosas, verticales y con sus cimas redondeadas, que generalmente aparecen separados unos de otros.

Marcas de cantero

La segunda visita fue la Colegiata de Santa María la Mayor de Bolea. Sólo viendo su torre desde el pueblo se puede entender que fuese una zona fronteriza, puesto que su robustez da impresión de fortaleza inexpugnable. Bolea fue primero un asentamiento ibero posteriormente ocupado por los romanos y los árabes que la llamaron Buluya. Durante el siglo XI sufrió repetidos intentos de reconquista hasta que en el año 1101, el rey Pedro I de Aragón tuvo éxito. De la fortaleza árabe todavía quedan restos en el torreón y las murallas; pero la construcción actual del siglo XVI, se asienta sobre la primitiva iglesia románica de la que quedan restos en la cripta, que no pudimos visitar.

La torre de la Colegiata
Tiene planta de salón con tres naves y bóvedas estrelladas de crucería. En su interior destacan tres retablos de diferentes épocas y el órgano que ha sido recientemente restaurado. El retablo mayor de 1503 está dedicado a Nuestra Señora de la Asunción. Está compuesto de tablas pintadas al temple y de tallas en madera policromada; aunque su estructura es gótica, el estilo de las tablas puede enmarcarse en el primer renacimiento, con influencia flamenca en su colorido e italiana en el uso de la perspectiva y la iluminación.
Retablo de la Asunción y detalle



El retablo de San Vicente no fue recubierto con pan de oro y así su factura puede apreciarse mejor. Además yo lo prefiero sin tantos oropeles. Hay otro retablo también muy curioso. Se trata del de San Sebastián también de 1503. Se nos fijamos con detenimiento veremos que los rostros de todos los santos son muy parecidos. Es posible que el artista no tuviera más recursos y que copiase siempre los mismos modelos; otra teoría es que los comitentes del retablo encargaron expresamente que las pinturas y esculturas se pareciesen lo más posible a las del retablo principal.

Retablo de San Vicente y detalle de San Lorenzo


Retablo de San Sebastián
El retablo de Santiago se ha atribuido al taller de Damián Forment y actualmente parece que Gabriel Joli también intervino en su factura. La escultura central de Santiago es de alabastro policromado. Esto es lo que puede verse desde la Colegiata. No extraña, pues, su función militar puesto que puedes ver venir al enemigo incluso antes de que se haya puesto en marcha.

Retablo de Santiago
En Bolea se sigue poniendo en puertas y ventanas la flor del cardo o flor del sol para espantar a las brujas. En realidad se trata de entretenerlas, puesto que no pueden resistir la tentación de ponerse a contar sus espinas durante toda la noche hasta que vuelve a salir el sol y tienen que huir sin haber podido entrar en la casa.

La flor de cardo, como un sol

La última iglesia visitada fue la de San Esteban de Loarre. En su origen, el pueblo de Loarre se situó en la ladera junto al castillo y protegido por su propia muralla. Todavía queda la torre de su iglesia. Pero durante el siglo XVI, cuando se abandonó definitivamente el castillo la población se trasladó al Burgo de San Esteban cambiando su nombre por el de Loarre. El edificio actual es del siglo XVIII, aunque la torre es de la primitiva iglesia del siglo XVI, y tiene una única nave rectangular con cinco tramos. En sus contrafuertes se ubican las distintas capillas.

La torre
Conserva en una urna de cristal las tallas de San Pedro, que estuvo en la iglesia del mismo nombre del castillo, y de la Virgen, del siglo XII y que pertenecieron al castillo. La talla de la virgen ha sido restaurada. También guarda las reliquias de San Esteban y de San Demetrio; éste último es origen también de una leyenda.

Tallas y relicario
Se dice que unos cristianos trasladaban en una mula las reliquias de San Demetrio, martirizado en Serbia y que nadie quería darles aposento. Incluso los habitantes de Jaca cegaron al animal para que su camino fuese más tortuoso. Así que llegando a las proximidades de Loarre la mula tropezó en una mata de romero y cayó muerta. San Demetrio maldijo a la planta y por eso nunca volvió a crecer romero en la sierra de Loarre.

Pinturas
En la iglesia hay una capilla dedicada a San Demetrio con yesería profusamente barroca y muy difícil de restaurar. En la capilla gótica donde se conservan las reliquias hay unas pinturas en grisalla muy interesantes que narran la vida del santo y que se conservaron porque la capilla estuvo tapiada mucho tiempo. También el órgano ha sido recientemente restaurado. Hay que visitar la Hoya de Huesca.

Capilla de San Demetrio


lunes, 14 de octubre de 2019

Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena. Zaragoza, 2019.


Las primeras noticias que hacen referencia a esta parroquia son muy cercanas a la fecha de la reconquista de Zaragoza por parte de Alfonso el Batallador. Ya en 1126 se la nombra como Santa María Magdalena, aunque no se trata del templo actual, que es de 1437 en estilo mudéjar y, además, con una gran reforma interior barroca.



Mantiene la estructura de iglesia-fortaleza por su proximidad con la muralla medieval de la ciudad. En la actual portada principal se sitúa una escultura del siglo XV en alabastro de María Magdalena muy estropeada y atribuida a Gil Morlanes. En 1670, la iglesia se encontraba bastante deteriorada y la torre había sido alcanzada por un rayo, así que se inició la reforma barroca. Se respetó la estructura original de nave única con tres tramos y unas capillas poco profundas en el espacio de los contrafuertes, pero la decoración y sobre todo la orientación de la iglesia cambiaron, abriéndose la actual portada de piedra negra de Calatorao en lo que antes era el ábside poligonal de siete lados.



En los siglos XIV y XV ya se habla del estudio lindante con la parroquia y de la presencia de los estudiantes y maestros en las proximidades. Así, a finales del siglo XVI con la creación de la universidad de Zaragoza pasó a convertirse en la parroquia de los estudiantes y se cree que por eso se cambió su orientación hacia la universidad, para facilitar la entrada de los estudiantes en el templo.




La torre es de planta cuadrada, similar a las turolenses, y está construida como los alminares almohades, dos torres concéntricas conteniendo la escalera y en el espacio de la torre interior se habilitaban estancias que se utilizarían como almacenes. Tiene tres cuerpos, los dos últimos son los más decorados con arcos mixtilíneos, rombos y cerámica. En el siglo XVII se le añadió un chapitel barroco que desapareció con la reforma de 1970. A mí me gusta más así.


De la reforma barroca destaca el retablo del altar mayor, detrás del cual sigue estando el órgano. La escena central tiene como protagonista a María Magdalena, en el momento de su glorificación. El retablo está realizado en mármoles y en su cúspide hay una escultura del arcángel San Miguel.



En los muros laterales de la iglesia se colocaron esculturas barrocas de santos ascetas, según la moda iniciada por los jesuitas. Son esculturas muy expresivas; san Simeón parece que esté bailando sevillanas. Me llamó la atención especialmente la de Santa María Egipcíaca, a la que confundí con María Magdalena puesto que está representada de manera muy parecida a la magdalena penitente, con una calavera y una túnica de arpillera.



Curiosamente se venera la tibia de Santo Tomás Cantuariense o Santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, mártir del siglo XII venerado por las iglesias católica y anglicana. Su martirio está relacionado con las disputas entre el rey inglés, y su deseo de someter a la iglesia a su poder, y el Papa y su deseo de mantener una jurisdicción independiente. Parece que, voluntaria o involuntariamente, el rey animó a ciertos caballeros a asesinar a este díscolo arzobispo más proclive al poder del Papa. En cualquier caso, en esta iglesia desde principios del siglo XIV, hubo una cofradía formada por ingleses que veneraba a este santo y a su tibia.


Otro santo muy venerado en la parroquia es San Mamés, patrón de los pastores. En su capilla se conserva una escultura yacente representando su martirio. Mamés de Capadocia había nacido en la cárcel ya que sus padres estaban allí por ser cristianos, posteriormente martirizados también. El niño terminó pastoreando ovejas, pero las persecuciones no cesaron. Cuando le enviaron unos leones para que se lo comieran él supo apaciguarlos, así que los romanos un poco hartos ya del niño, le clavaron un tridente en el abdomen y él se refugió en una cueva para morir. Esa es la escena que se conserva en esta capilla y la talla de madera es tan realista que muestra los intestinos fuera de su cavidad. En esta parroquia se conserva el cráneo del santo en un relicario.



Ha sido una visita muy interesante. La parroquia de Santa María Magdalena ha estado cerrada muchos años para ser reacondicionada. Al parecer tenía muchos problemas de humedad. Durante estas obras han aparecido los enterramientos habituales en las parroquias y se ha decidido dejarlos donde estaban para que sigan su sueño eterno. R.I.P.



Y las vistas, ¿qué? Desde la Torre Mudéjar, el cimborrio de La Seo.