Santiago Roncagliolo es un escritor peruano con una trayectoria consolidada y también ha escrito en prensa y ha sido guionista de cine. Recibió el Premio Alfaguara en 2006 por su novela Abril rojo. Otras obras suyas: La cuarta espada, Memorias de una dama, El amante uruguayo; trilogía de historias reales, más o menos noveladas.
Por un problema familiar decide posponer sus estudios un año y viajar a Lima para conocer a su familia paterna y cuidar de su abuela enferma. En Lima no sólo se encuentra con una sociedad y un país diferentes a Estados Unidos sino con graves secretos de familia que no llegará descifrar ni mostrará al lector totalmente. Sí que, desde las primeras páginas, nos describe a una familia muy conservadora, muy preocupada por las apariencias y muy religiosa.
Todos los personajes con los que Jimmy se encuentra a partir de entonces le ofrecen una visión fragmentaria y totalmente desconocida de su padre. Sebastián salió huyendo de ese ambiente y podemos imaginarnos porqué. Dejó atrás todo, incluida una pequeña biblioteca de adolescente y joven que da escalofríos. Aparte de los libros de aventuras propios de un niño y adolescente, sus lecturas habituales eran Camino de Escrivá de Balaguer, Los protocolos de los sabios de Sion o las obras completas de José Antonio Primo de Rivera. Vemos ya de qué pie cojeaba, ¿no?
Uno de los puntos centrales de la novela es el análisis de parte de la sociedad peruana en un momento histórico concreto. Los años 1960-1970 fueron cruciales en Hispanoamérica. Las clases altas amenazados sus privilegios desde gobiernos que, entonces, parecía de extrema izquierda, con políticas de expropiación a favor de los pobres y, en cierta medida, apoyados en la Teología de la Liberación que también ponía a la Iglesia católica al servicio de los más desfavorecidos. Hay que reconocer que el autor ha sido muy hábil enraizando la historia de este padre y su hijo dentro de la macrohistoria de Perú. Pero se ha quedado en la superficie.
La novela está dividida en cuatro capítulos: Padre, Hijo, Espíritu Santo y Amén. En Padre conocemos la vida en Estados Unidos de Sebastián, el padre de Jimmy. Su matrimonio fracasado, su paternidad emocionalmente lejana, un trabajo mediocre y la presencia constante de la religión. En Hijo conoceremos la infancia y la juventud de este mismo personaje, para entender algunas cosas. Perteneciente a la clase alta, educado en los mejores colegios pero con una mancha de origen: el encarcelamiento de su padre por relaciones con el narco. En Espíritu Santo veremos su relación con Sodalicio, una comunidad cristiana y los motivos que le impulsan a dejar Perú. Y en Amén, está la vuelta a Estados Unidos de Jimmy, a un hogar que ya no existe y también el reencuentro con su padre que queda truncado por el final abrupto de la novela. Otra razón por la que pienso que el autor no ha querido profundizar en las heridas que la novela le ofrecía.
He mencionado ya a Sodalicio y ésta institución se puede considerar una de las reacciones de la sociedad peruana que se consideraba amenazada. Sodalicio de Vida Cristiana se fundó en 1971. Es una sociedad de vida apostólica para laicos y clérigos que, sin hacer votos, se consagran a una vivencia integral de la fe. Éste era el presupuesto teórico; en la práctica resultó ser una empresa marcada por los escándalos financieros y los abusos sexuales y psicológicos contra niños y adolescentes. Estaba diseñada como una falange, como una fraternidad que excluía a las mujeres (mucho más radical que el OPUS) y con un líder carismático, con algún tipo de trastorno psicológico. Por supuesto, Sodalicio tiene contactos políticos con la extrema derecha fascista. Lo curioso de este caso es que, cuando las víctimas comenzaron a denunciar y a pesar de las advertencias del Vaticano, Sodalicio no se disolvió y, a día de hoy, sigue existiendo. Aquí un reportaje de RTVE, Los pecados de Sodalicio.
Sin embargo, todo este planteamiento no hace que la novela
sea emocionante y el autor, que se define como un escritor de novelas de
terror, de terror cotidiano, pasa por todos los episodios de una manera
bastante aséptica y además engañosa. Deja entrever que Sebastián, el padre de
Jimmy, fuese una de las víctimas del líder de Sodalicio, para después señalarle
como victimario, para después no dejar claro ninguna de las dos cosas. Va
dejando pistas falsas que en un momento se desmontan. Desde el punto de vista
formal, resulta una novela monótona, como ya he dicho, planteada casi casi para
ser adaptada al cine o a la TV, con diálogos y personajes muy estereotipados,
con escenas muy previsibles y que, al final, deja de interesar a pesar de su
tono de thriller o de investigación policíaca. No obstante, me ha resultado
interesante que, en el centro de los varios conflictos que se analizan en la
novela siempre existe una infancia vivida con miedo y con resentimiento,
tóxicamente y queda clara así la gran repercusión que tiene en cómo desarrollamos
después nuestra vida los adultos. Pero aun así, no la recomiendo.
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