Esta es la primera película que veo del director François Ozon; me ha encantado y sobre todo, sorprendido por su capacidad para ir dosificando y alternando humor, fina ironía y suspense.
Un profesor de literatura francesa, escritor frustrado, propone a sus alumnos, algo tan sencillo como que escriban sobre su fin de semana. Las redacciones presentadas por los alumnos son desastrosas: sólo tienen tiempo e interés para comer pizza el sábado y no hacer nada el domingo. Excepto uno de ellos, Claude García, que demuestra un considerable talento para escribir y consigue intrigar al profesor, de tal manera, que éste se involucra en la narración.
Si alguien nos facilitase hurgar en la vida e intimidad de los demás, ver sin ser vistos sin ningún riesgo, ¿podríamos resistirnos? Esto es lo que Claude hace: elige a un compañero de clase, Rapha y acude cada tarde a su casa para ayudarle con las matemáticas, conoce a sus padres y se va inmiscuyendo en su vida, hasta resultar incómodo. Cada día escribe para el profesor las visitas a la casa, profundizando en la intimidad de la familia.
Así, el profesor puede asomarse a la vida de otro hogar burgués convencional, otra familia normal, aburrida, sin grandes alegrías ni conflictos, que será la materia prima con la que ambos, profesor y alumno, trabajarán. Una vez que el alumno se sitúa en el epicentro de ese hogar, será el profesor quien dará las indicaciones para construir un buen relato. A partir de entonces, ¿a quien seducirá, Claude? ¿a la madre burguesa de mirada perdida en el aburrimiento?, ¿al hijo adolescente con dudas sobre su sexualidad? O quizá el objeto de su seducción sea el mismo profesor. Todas las posibilidades son válidas a la hora de iniciar su creación.
Por supuesto, cuanto más va invadiendo Claude la intimidad de la familia, más dudas morales se le plantean al profesor, pero una vez embarcado en la aventura ya no podrá renunciar e incluso involucrará a su mujer (Kristin Scott-Thomas) que pasa por un momento laboral difícil.
Este planteamiento podría parecer abusivo o escabroso, pero no lo es, porque François Ozon, presenta esta invasión de la intimidad como un aprendizaje literario: el profesor sólo quiere enseñar y el alumno sólo quiere aprender a escribir. Todo con un sentido del humor agridulce, incluyendo una crítica hacia la literatura y a la vacuidad del arte contemporáneo.
La película es una mirada sobre la vida burguesa y sus preocupaciones: la pérdida del trabajo, el aburrimiento, la frustración, los deseos de cambio. Hace pensar en si los lazos que mantenemos con nuestras familias, parejas e hijos, son lo suficientemente fuertes para resistir algo aparentemente tan inocente, como la llegada de Claude. Sorprendentemente, la familia del profesor no es tan sólida como aparenta y, en una especie de carambola o efecto secundario o daño colateral, queda trastornada por la entrada de Claude en la vida de los Rapha.
Una de las cosas que más me ha gustado y que te mantiene en tensión es que nunca tenemos la seguridad de si lo que vemos es real o la materialización del relato que el alumno escribe. Algo que hace que la peli no sea totalmente "redonda" es el desenlace que resulta un poco blando, demasiado fácil; pero la última escena es todo un homenaje a La Ventana Indiscreta de Hitchcock.
Respecto a los actores, sólo conocía el trabajo de Kristin Scott-Thomas (Cuatro bodas y un funeral, El Paciente Inglés, Las hermanas Bolena), que está maravillosa interpretando a Jeanne, la esposa y confidente del Profesor Germain, atribulada porque va a perder su empleo como galerista de arte; Fabrice Luchini, actor consagrado en Francia en cine y teatro y varias veces nominado a los Premios César, interpreta magistralmente al Profesor Germain y Ernst Umhauer es el adolescente manipulador de mirada hambrienta y deseoso de aprender.
La banda sonora de Philippe Rombi y la fotografía de Jérôme Alméras, completan perfectamente el trabajo de François Ozon. Fue Concha de Oro en el último Festival de San Sebastián, a la mejor película y al mejor guión. Muy recomendable.
Dans la maison
Director: François Ozon (basado en obra de teatro de Juan Mayorga)
Intérpretes: Fabrice Luchini, Ernst Umhauer, Kristin Scott-Thomas, Emmanuelle Seignert
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