lunes, 25 de febrero de 2013

Cine: Amour


Esta es la primera película que veo de Haneke y por lo que he leído, el señor da un poco de miedo. Definen su cine como violento e incluso sádico. Aparentemente nada de esto está en Amor. Aparentemente.

Conmovedora ha sido el adjetivo que más he visto aplicado a esta película. No sé si yo la definiría así; pero sí que te mantiene durante todo el metraje con el corazón en un puño. No sólo por mostrar crudamente la decadencia física de los protagonistas, sino también porque en el fondo, en el fondo del corazón, en ese ambiente apacible de burguesía francesa culta, intuyes que habrá una reacción violenta. 

Desde el principio, me pareció muy inquietante. Desde una de las primeras escenas, un plano general, largo en el tiempo, tomado desde el escenario de un teatro y que enfoca directamente a los asistentes a un concierto, entre los que están los protagonistas, pero donde el objetivo de las miradas del público es observarnos a nosotros. No sé muy bien qué es, pero sí que resulta incómodo.

Toda la película se desarrolla en el cálido apartamento parisino del matrimonio anciano. Somos testigos de su complicidad de años, todavía de su jovialidad, de su preparación intelectual y de sus gestos de cariño. Todo esto, durante años, ha creado una red tan tupida que no permiten a nadie entrar en su intimidad, ni siquiera a su hija. Ni siquiera cuando el declive comienza. A lo largo de su vida parece que han construido una jaula perfecta; una jaula donde las palomas querrían vivir. Todo herméticamente cerrado.

La enfermedad que sufre ella, un proceso degenerativo que les sacude inesperadamente y que trastorna sus apacibles vidas, sirve para que Georges (Jean-Louis Trintignant) asuma la total responsabilidad sobre su vida y la de Anne (Emmanuelle Riva). Darle de comer y soportar sus vómitos; su incapacidad para controlar esfínteres; gruñidos de dolor y de impotencia. Todo lo soporta con una total abnegación, sin inmutarse, sin sentirse desbordado en ningún momento, sin pedir ni aceptar ayuda. 

Es una película pensada para hacer sufrir al espectador; aunque tengo que reconocer que yo he sentido cierto rechazo a la hora de simpatizar con los personajes. Muy cultos, muy amables, muy fríos y reservados; que se relacionan con los demás desde la distancia y también desde una cierta superioridad. En definitiva, dos ancianos arrogantes que llegan a tratar a los porteros de la finca (creo que de origen español) con displicencia y frialdad, cuando éstos sólo tratan de demostrarles su admiración y solidaridad. 

Este planteamiento que podría derivar en un sentimentalismo pastoso es convenientemente dosificado por Haneke con sobriedad y lucidez. Es una historia sencilla, de cómo una pareja decide vivir sus últimos días; pero a mí me queda una duda. Él se adjudica el derecho de decidir sobre la vida de su mujer, un derecho que en realidad no tiene. Damos por hecho que por amor se puede hacer todo, aunque vaya en contra de la voluntad del otro. Partimos de la base de que la decisión de Georges está inspirada por el amor y de que Anne estaría de acuerdo con ella, pero ¿y si no fuera así?

Suponemos que durante el largo camino de vida que han recorrido juntos, han hablado de cómo llegar al final, pero si Anne mantuviese la facultad de comunicarse ¿hubiera preferido otro final? Esto es lo que me resulta más inquietante: otorgarle al amor, ese poder absoluto sobre la vida y la muerte de una persona, de una mujer. 




T, mi madrina, murió el 4 de febrero a las 19.10 horas. Y yo estaba con ella. 

Amour
Director: Michael Haneke
Intérpretes: Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva
Música: Schubert, Beethoven y Bach
Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2012 y candidata a 5 Oscars (¡suerte!)

2 comentarios:

  1. Mar, estoy contigo en todo con respecto a los sentimintos q despierta esta pelicula. Pero con resoecto a lo mas dramatico q es quitar su vida y la del ser querido, creo re ordar q ella le hace prometer q no la llevara jamas al hospital y el q al parecer ha seguido y admirado esta mujer durante toda la vida juntos no es capaz de encuentrar otra solucion...

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  2. Es posible, es posible. El amor, qué extraño! Nos vemos pronto.

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