sábado, 22 de junio de 2013

Cine: El Gran Gatsby de Baz Lurhmann

Después de la temporada de exámenes y sobre todo de haber tenido el ordenador infectado con múltiples virus, vuelvo a retomar mis opiniones en este blog. 

El Gran Gatsby de Baz Lurhmann (Moulin Rouge, Australia) es una gran película. Excesiva visualmente, con colores muy saturados, escenas vertiginosas y barrocas y con una banda sonora muy potente, como suele hacer este director. A veces provoca una sensación de descontrol, que le va muy bien a la época de los locos años 20 y a su prisa por apurar la vida. 

No puedo compararla con la novela puesto que todavía no la he leído (otra más en la lista de lecturas pendientes) y tampoco puedo compararla con la versión anterior de Mía Farrow y Robert Redford, porque no la he visto nunca terminar. Sí que tengo el recuerdo, en esta versión anterior, de muchos tules, colores suaves, imágenes difuminadas y una eterna puesta de sol, un ambiente demasiado suaaaave y delicaaaado. 

Jay Gatsby (Leonardo di Caprio) es un joven emprendedor, que no se ha conformado con su destino. Ha aprovechado las oportunidades que la vida le ha ofrecido y ha ido escalando posiciones socialmente. Unos años antes de su ascenso social definitivo, conoce a Daisy (Carey Mulligan), perteneciente a la alta sociedad neoyorquina y, a partir de entonces, ambicionará mucho más. Querrá ser incluido en los círculos más selectos de su ciudad como un igual. Evidentemente, su historia de amor queda interrumpida hasta que años después, cuando ella ya está casada, se vuelven a encontrar.

Daisy es cobarde y pasiva, asustada por tener que tomar sus decisiones. Ella, casada con Tom Buchanan, tomaría en cuenta la posibilidad de escaparse con Gatsby, pero no la de vivir con él en su ambiente. Tendría una aventura exótica con él, pero no se atrevería a incluirle en su vida rutinaria, por miedo al rechazo de los suyos. Este personaje, en la película, resulta plano y previsible; es muy evidente que se trata de la “tontita guapa”, como ella misma se llama. Pero lo que no entiendo es como una mujer infantiloide, totalmente dependiente de su marido, es capaz de despertar una pasión tan duradera en Gatsby. Esa pasión que le lleva a considerar a Daisy como su destino y a llegar al máximo triunfo económico y social (por supuesto no por un camino muy decente) sólo por estar a su altura. 

Durante toda la película aparece un cartel publicitario de carretera, unos ojos vigilantes, que cumple una función muy simbólica. 

La acción está situada en los años 1920-1930, en un momento de estallido vital, de progreso sin límites y despreocupación. Aparentemente todo está permitido y todo es posible. Pero los “ojos” nos recuerdan que las normas siguen existiendo, que la tierra de las oportunidades es un mito y los mecanismos de cierre social se activan en cuanto el grupo dominante se siente amenazado. Gatsby se esfuerza por llegar a ser como ellos (incluso mejor) y por pertenecer a su grupo, pero es un esfuerzo inútil. El mundo le permite, le anima o le exige que cambie y triunfe, pero siempre que no pretenda ser como ellos. 

El tercer personaje importante de la película es el narrador, Nick Carraway (Tobey Maguire). Nick tiene algún parentesco con Daisy y Gatsby le invita a su fiesta, para poder restablecer la relación con ella. En los primeros minutos de la película, Nick está en una especie de sanatorio, y el médico le recomienda que escriba. Así que la historia que vemos ha sucedido años antes, son los recuerdos de Nick sobre la vida extraordinaria de Gatsby.

Lurhmann consigue trasladar a la pantalla esos ambientes fastuosos y excesivos, de los ricos y nuevos ricos de todas las épocas. No resulta chocante que para subrayar las grandes fiestas, el alcohol y la música utilice música actual, aunque a ritmo de jazz. Todo un ritual de celebración del presente, olvido del pasado y desatención para el futuro. Una derroche de vitalidad que a veces aturde. Toda una simbología que puede pasar desapercibida como esos ojos que siempre vigilan.

Algo negativo de la película, a veces son excesivos los efectos digitales. 




2 comentarios:

Por favor, deja tu comentario