A mí me da pereza Woody Allen. Es algo que no puedo evitar.
Me parece que su aureola de director de cine intelectual e independiente es un
poco inmerecida. Y aunque disfruté mucho con Medianoche en París, no me pasa lo mismo con el resto de películas.
Si las veo en DVD las dejo a mitad.
Fui a ver Magia a la
luz de la luna porque iba muy bien acompañada y porque el protagonista es
Colin Firth; si no no me hubiese molestado en ir. Salí del cine con peor sensación
de la que esperaba. El guion es totalmente previsible y excepto 5 minutos de
conversación entre Colin Firth y su tía Vanessa, interpretada por Eileen Atkins,
carece completamente de chispa, ironía o dobles intenciones.
Ha querido hacer una comedia elegante y romántica, al estilo
de las de 1930 y 1940; pero no tiene ningún sentido en 2014 copiar un género de
comedia trepidante, al estilo de la screwball y hacerlo soso. Se salva la
música, mucho jazz y charlestón, el vestuario y la ambientación y sobre todo la
fotografía, preciosa, de Darius Khondji, que ya fotografió Seven (1995) y también Medianoche
en París (2011). Las interpretaciones de los actores son excelentes pero la
película en sí tiene poca energía y poco que decir.
Stanley Crawford (Colin Firth), es el reputado mago “chino”
Wei Ling Soo. En realidad es inglés, gruñón, flemático y hace gala de su racionalidad,
inteligencia y petulancia. Sophie Baker (Emma Stone), es una joven americana, pizpireta
y dicharachera, pobre y con un don (ficticio) para conectar con los otros
mundos, posibles o no. Se conocen cuando a Stanley le encargan desenmascarar
las artimañas de la médium y evitar que time a una familia de la alta sociedad
que está de vacaciones en la Costa Azul francesa.
Poco más pasa en la película. No hay drama, no hay ironía,
no hay crítica. Romanticismo ñoño y burgués. Un enredo simple y con final
feliz, ambientado con una luz dorada de eterno atardecer primaveral. Además,
para incidir más en los tópicos de la película nos presenta esta combinación
tan grimosa entre cincuentón frío, racional y británico y americana veinteañera y espontánea, que más parece reflejar la situación sentimental del director y de su actual pareja.
Y una cosa que se me pasó, una breve aparición como cantante
de cabaret de Ute Lemper, actriz y cantante alemana muy especial. En cuanto a la
magia, desaparece con el elefante a los 5 minutos de película y la luna ni
siquiera se presenta. Película totalmente prescindible.
Director y guionista: Woody Allen
Fotografía: Darius Khondji
Intérpretes: Colin Firth, Emma Stone, Eileen Atkins, Marcia
Gay Harden
Vestuario: Sonia Grande
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