miércoles, 1 de marzo de 2023

Obra de teatro: Bodas de sangre de Federico García Lorca (1931)

El autor.-
Federico García Lorca nació en Fuente vaqueros, Granada en 1898 y fue asesinado en agosto de 1936, recién comenzada la Guerra Civil. Su cuerpo todavía no ha sido encontrado. Sigue en una cuneta para vergüenza de todos. Se le asocia a la Generación del 27. Otras obras de teatro: Yerma (1934), Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935), La casa de Bernarda Alba (1936). Poesía: Poema del cante jondo (1921), Romancero gitano (1928) y Sonetos del Amor Oscuro (1936). 

Mi opinión.-
Sigo en mi empeño de aprender a leer teatro. Creo que la mejor estrategia es leer de corrido la obra y después releerla poniéndole interpretación. Aunque sea una interpretación mínima.

En esta obra, como en Cierva acosada de Alfonsa de la Torre, el autor parte de un hecho real; lo embellece, lo simboliza y lo eleva a la condición de poesía eterna, lo cual tendría su peligro si el autor no fuese Federico García Lorca. Esta tragedia en verso, como suele ser renombrada, fue escrita en 1931 y estrenada en teatro en 1933. Ya muy pronto, en 1938, se hizo una versión cinematográfica protagonizada por Margarita Xirgu que me encantaría localizar y poder visionar en pantalla grande. Junto con Yerma y La casa de Bernarda Alba constituye la Trilogía rural de Lorca.

En el teatro de Lorca llama mucho la atención la utilización de las flores y de los objetos cotidianos como símbolos de la tragedia que se cierne sobre los protagonistas. En el transcurso de esta obra, además, se percibe cómo el último acto es mucho más simbólico y poético que los primeros dominados por una opción más realista.

Así destaca la luna como mala influencia, luna sola, luna mala, triste luna, la que “llena de jazmines la sangre”; la que habla con la mendiga que es la muerte. Y por contraposición, la luz que es fecunda y que hace producir a la tierra y que provee de trigo a los humanos. La flor de azahar, al mismo tiempo símbolo de pureza y fertilidad, es lo que lleva la novia en su corona y el novio en el ojal del traje. Además, es el novio quien debe ofrecerlo a la novia y es la novia quien debe colocarlo en el ojal. Y el caballo, el galope del caballo como símbolo de pasión sexual.

Dejando aparte todos estos símbolos, Bodas de sangre también es ejemplo de una realidad más prosaica aunque expresada poéticamente. La rigidez de un orden social basado en el dinero y la propiedad de la tierra; la honra de toda la familia depositada en la virginidad de las mujeres y consecuentemente el valor de una mujer por su capacidad para parir; la resolución de los conflictos a través de la violencia y la muerte; el luto, las lágrimas y el aislamiento para las mujeres que sobreviven a sus muertos; y el ostracismo para la mujer que desafíe el orden social garantizado por la severidad de las madres. Cómo no pensar en las mujeres afganas de hoy, valoradas como ganado. 

En fin, una verdadera tragedia griega y que ha sido adaptada muchísimas veces. En el teatro y el cine, incluso, creo que hay una ópera. Aparte de las versiones teatrales que he visto, yo me quedo con la película de Paula Ortiz, La novia, estrenada hace unos años. En esta película algo que me llamó mucho la atención fue la diadema de la novia porque parece una corona de espinas, aunque lleve el azahar, la flor de azahar.


Bodas de sangre 
Federico García Lorca
Espasa-Calpe


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