La autora.-
Fátima Mernissi fue escritora y profesora de universidad. Destacada siempre por su pensamiento crítico que no le impedía ser
respetuosa con los demás. Pertenecía a una rica familia marroquí y pudo
estudiar en la Universidad de Marruecos y también en La Sorbona, Francia. Fue
Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2003, junto a Susan Sontag. Otras
obras suyas son: Marruecos a través de
sus mujeres, Las sultanas olvidadas, El hilo de Penélope: la labor de las
mujeres que tejen el futuro de Marruecos.
Mi opinión.-
Hace ya muchos años que empecé a seguir a escritoras
magrebíes porque me aportan una visión diferente de la realidad compartida por millones de mujeres. Es
cierto que es una visión no muy diferente de la nuestra, pero aun así es
enriquecedora. Además, como pasa en este libro creo que mantienen y fomentan un
talento especial para la escritura muy inspirada en la literatura oral. Son
contadoras.
Um Kalzum y Asmaham, divas de la canción árabe. Una clásica y otra más moderna
Sueños en el umbral podría
catalogarse como libro de memorias. Pero va mucho más allá de la experiencia
personal de una autora y da una perspectiva sociológica. Está ambientado en un momento crucial para
la historia de Marruecos. Mernissi nació en Fez en 1940 y la acción del libro
se sitúa cuando ella tiene entre 8 y 10 años. Marruecos había sido un sultanato independiente
pero desarticulado y que podría definirse hoy como estado fallido. Así que el
sultán decidió firmar el Tratado de Fez para que Francia estableciese allí un protectorado. Poco después Francia reconoció las posiciones de España en el norte dando lugar al
protectorado español con capital en Tetuán. Esta anómala situación duraría hasta 1958.
Mujeres de Argel. Delacroix. |
Es posible que las clases altas estuviesen encantadas con esta situación. Pero, comenzó a generarse una resistencia nacionalista contra ambos
protectorados que fue creciendo durante esos años. Así la resistencia rifeña
plantaría cara a España e incluso proclamó la República del Rif, unos años antes (de la que hoy no
se puede hablar en Marruecos). Para complicar un poco más las cosas, durante la
II Guerra Mundial, Marruecos fue ocupado por Alemania. Ciertamente, se produjo una situación muy extraña que no creo que se haya producido en otro país del mundo. Al final de todo obtuvo
su independencia y la dinastía alauí ha demostrado una capacidad de supervivencia asombrosa: fue la misma que ejerció el sultanato
centralizado, que firmó el protectorado con los franceses y que apoyó la
independencia y que sigue reinando. Hasta hoy. No lo entiendo.
Tetuán, capital del protectorado español |
Bueno todos estos avatares políticos son incluidos por la
autora en su relato. Es la escritura de una mujer adulta que recuerda su
infancia, en cierto modo, privilegiada y que rinde un homenaje a las mujeres analfabetas
pero sabias de su familia. Al mismo tiempo, que Marruecos experimentaba el
contacto directo con Occidente a través de los protectorados, las mujeres de su
familia hacían esfuerzos por cambiar las normas de vida dentro del harén. Sí, vivían en un harén.
Medina de Fez |
Una de sus abuelas era muy tradicional, a pesar de vivir en
la ciudad; la otra, era más lanzada y en su entorno rural procuraba tener
pequeñas libertades. Su madre quería estudiar y como no pudo hacerlo inoculó a
su hija el deseo de saber (y lo aprovechó muy bien). Sus primas estaban muy
ocupadas en tratamientos de belleza y en tratar de ligar a través de las
terrazas con los adolescentes de otras familias. Y durante todo el relato la autora recuerda sin parar el amor que su padre le tenía.
Lo que más sorprende de este libro es que la autora haya nacido
y vivido en un harén. Pero las cosas se vuelven más sencillas cuando describe
lo que es un harén. Partimos de un error, de un orientalismo trasnochado que
define un harén como lugar de esposas y concubinas para un musulmán. A finales
del siglo XIX, es posible que fuese así. Pero en 1940, las cosas ya habían cambiado y
el harén no era más que una familia extendida. Casi lo que los romanos llamaban
una familia gentilicia: adultos y niños que compartían un origen común y que
mantenían una serie de normas de convivencia. Nada exótico.
Abdel Wahab, otro cantante egipcio de la época. |
El libro es muy recomendable. Y la escritora todavía más.
Falleció hace unos 3 años, pero dejó una abundante literatura.
Sueños en el umbral
Traducción: Ángela Pérez
Muchnik Editores S.A.
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