martes, 22 de enero de 2013

Cine: El Hobbit: un viaje inesperado


Pasaré por alto la inevitable comparación con El señor de los Anillos. Ya comenté en mi post sobre la novela, que El Hobbit es una historia más sencilla, para público infantil; fantasía y aventuras sin el nivel de reflexión que tiene El señor de los Anillos. A mí me ha parecido una película muy divertida, que sabe mantener la tensión y las expectativas y que se entretiene mucho más que el libro detallando las aventuras a un ritmo trepidante, de tal manera que aún no han salido de una y ya se han metido en otra.

La adaptación de la novela es bastante fiel, aunque, si se cumple lo previsto, y se filma la trilogía de casi tres horas cada película, supongo que el director y los guionistas tendrán que incluir historias de los Apéndices. Creo que esto es lo que pasará con la trama del Nigromante que apenas aparece esbozada en la novela y que parece que en la segunda película será más extensa.

Vamos con las diferencias. El comienzo; en la película, el viejo Bilbo Bolsón (Ian Holm) y su sobrino Frodo (Elijah Wood) están esperando a los invitados a su fiesta de cumpleaños. Mientras llegan, Bilbo recuerda y empieza a escribir sus aventuras, empezando por el ataque del dragón Smaug al reino enano de Erebor y el robo del tesoro del rey. Entonces, Martin Freeman asume el papel de Bilbo Bolsón, sentado apaciblemente en la entrada de su agujero-hobbit y recibiendo la visita de Gandalf el Gris (Ian McKellen), que le propone una aventura.

También resultan muy diferentes respecto al libro los enanos, que aquí tienen aspectos más feroces, glotones, caricaturescos y rudos; excepto Fili y Kili, que son guapos, guapos. La película enfatiza la historia de los enanos exiliados, desterrados de su reino, luchando para recuperar su tierra devastada por Smaug, buscando justicia; y esta sí que es una gran diferencia respecto al libro, puesto que en la novela su principal motivo para iniciar la aventura es recuperar el tesoro. Es importante esta diferencia para entender la enemistad de enanos y elfos. En la novela se supone que los elfos no ayudan a los enanos precisamente porque su único interés es la codicia; sin embargo, la película resalta como motivo para la aventura recuperar el hogar perdido injustamente y esto hace que los elfos queden en mal lugar; como altivos, insolidarios y egoístas. 


Otra diferencia importante es la inclusión del personaje de la Dama Galadriel (Cate Blanchett), porque en la novela no aparece ningún personaje femenino. En esta aparición espectacular (con un vestido bordado con cristales Swarovski) de apenas unos minutos, Galadriel y Gandalf se comunican telepáticamente y con un breve roce de manos, sentimos una vinculación especial entre ellos y el presagio de nuevos peligros relacionados con el Nigromante … que conoceremos probablemente en la siguiente película. 


Pero para mí, el mejor momento de la película, sin duda, es el combate de acertijos del joven Bilbo (Martin Freeman) con Gollum (Andy Serkis): “Si Bolsón pierde... nos lo comemos entero”, amenaza Gollum. Creo que aquí comienza la transformación de Bilbo, pasa de su espontaneidad de joven hobbit a la piedad por la criatura consumida por la codicia y el anillo de poder, pero en cuyos ojos todavía a veces brilla algo de inocencia y el recuerdo de que una vez también fue un hobbit. [Nota: tengo que dedicarle un post a Gollum, me gustan los personajes de malos que sufren tanto.] 

Os recomiendo la película, que visualmente es espectacular, especialmente el combate de los gigantes de las montañas y si podéis en versión original, porque hay algo que no me ha gustado, que doblen la canción que los enanos cantan al principio. Eso le hace perder intensidad; sin embargo el resto de la banda sonora es muy apropiada y el final emocionante: 

“… creo que lo peor ya ha pasado”, dice Bilbo

Yo estoy esperando ya a que estrenen la segunda.




1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo contigo en todo, como siempre, incluso en la apreciación de los dos enanos. La pena es que haya que esperar casi un año para ver la segunda parte y medio más para el final, en fin, ya queda menos (como para San Fermín)

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