Varios personajes, representantes de la alta burguesía
mexicana, sin ninguna causa aparente, se quedan atrapados en el salón de una
gran casa. Han sido invitados a cenar a casa de los Nóbile después de una
representación de ópera, pero terminada la cena son incapaces de salir de la
habitación. Algunos se conocen, otros son nuevos en ese ambiente; hay unos
hermanos incestuosos, una pareja de enamorados, otros adúlteros, una enferma
terminal enamorada de su médico, otro invitado que morirá en la casa.
Unos caballeros y señoras muy peripuestos, pero que sin
embargo tendrán que habilitar un armario como retrete, sin perder la
compostura. Pasarán días y días. Se agotará la comida y no tendrán ni siquiera
agua para beber. Se dedicarán al chismorreo y a la supervivencia, sufrirán
alucinaciones y también llegará el momento en que se pongan violentos y busquen
un chivo expiatorio para romper el maleficio. Ese es el punto de partida de
toda la angustia de la película. Algo desconocido y absurdo que les impide
salir.
Luis Buñuel dirigió El Ángel Exterminador en el año 1962,
cuando estaba viviendo su exilio en México. Buñuel había estudiado con los
jesuitas en Zaragoza y siempre arrastró un gran sentido de la culpa y el
pecado. No podía concebir la existencia de un Dios bueno y omnipotente,
teniendo en cuenta la existencia del mal en el mundo. Le parecía que si Dios
podía consentir las maldades del mundo debía ser por su carácter
esencialmente sádico. Era muy avanzado intelectualmente, pero sin embargo tenía un sentido muy anticuado de la religión. Contradicciones humanas.
En esta película es dónde menos se nota su anticlericalismo;
tampoco es una crítica social o política porque el autor no ofrece alternativas
de redención a los personajes. Es una película más surrealista; entendiendo que
el surrealismo no debe ser simbólico ni crítico. Por estar conectado con el
mundo de los sueños y del subconsciente está abierto a la interpretación
subjetiva de cada cual.
Yo creo que más que una crítica a una clase concreta es una
crítica esperpéntica al gregarismo humano. En este caso, ha señalado como
objetivo la alta burguesía, pero lo que critica no es su riqueza o su esnobismo.
Sitúa en la acción a personas, de una u otra condición, burgueses o criados, que
se sienten obligados a hacer o dejar de hacer cosas sin saber por qué. Rutina,
inercia, adoctrinamiento. Pero no tienen la más mínima intención de averiguar
sus razones.
Por eso, los corderos aparecen durante toda la película y
por eso también el director incluye repeticiones de varias escenas (que en
algunas copias se consideraron un error y que fueron suprimidas). Pero él las
incluyó conscientemente, porque la vida es repetitiva y absurda. Y las
repeticiones no tienen otro objeto que resaltar nuestro carácter borreguil.
Desde este punto de vista, Buñuel estaría contento de ver a
tanta gente pensar en los significados de una película, cuando él mismo no se
había propuesto darle ninguno, sino que cada espectador debía pensar lo que
quisiera, sin tener miedo a imaginar. Para él cualquier interpretación personal
de la película sería coherente.
Creo que esa era su intención. Que los espectadores nos
demos cuenta de lo borreguiles que somos. Y reírse de nosotros porque estamos
haciendo cábalas sobre los significados ocultos de la película. A ver si
acabamos dándonos cuenta de que El Ángel Exterminador no existe.
Director: Luis Buñuel
Guion: Luis Buñuel y Luis Alcoriza
Fotografía: Gabriel Figueroa
Intérpretes: Silvia Pinal, Claudio Brook, Enrique Rambal,
José Baviera, Augusto Benedico.
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