jueves, 16 de julio de 2015

Cine: A ciegas de Fernando Meirelles (2008)

Es una adaptación de la novela de José Saramago Ensayo sobre la ceguera. Sin motivo aparente, la gente de una ciudad occidental desarrollada, empieza a quedarse ciega, se ven inmersos en una especie de niebla blanca que les impide ver. Uno a uno van contagiándose, no sabemos cómo, ni tampoco sabemos por qué.

Las autoridades no hacen nada. No buscan el motivo, no buscan una cura. Simplemente aíslan a los afectados en edificios abandonados. Sólo se encargan de abastecerles con comida y agua; pero deberán ser ellos mismos quienes distribuyan las raciones e impongan las normas para poder vivir en ese encierro. Ahí empieza el problema.

Evidentemente, en una situación así, los seres humanos podrían elegir en empezar de cero e instaurar normas igualitarias y equitativas. La justicia y la ética por fin, después de milenios, se situarían por encima de todo. Pero resulta todo lo contrario. El nuevo orden es tan arbitrario como el antiguo y utiliza la violencia y el abuso de poder para imponerse. Lo de siempre.


Me produce una gran frustración esta película. Y mucha rabia también. Sólo una mujer, la mujer del médico (Julianne Moore) parece ser inmune a la infección que les produce la ceguera. Pero a pesar de esto decide ir con su marido ciego y compartir su encierro. Y decide no cambiar nada, no luchar contra el abuso (incluso sexual), no aprovechar la ventaja que le supone ser la única que sigue viendo. Creo que simboliza a la propia humanidad que ve (y que podría actuar y cambiar las cosas) pero decide no actuar (y dejarse llevar por la inercia). A mí me resulta muy irritante. Es como una mártir que no supiera hacer otra cosa que aceptar el martirio. Sin embargo, ahora podría ser la reina, la diosa que todo lo ve y renuncia a ello, por costumbre. No sé si esta novela está escrita para recordarnos a las mujeres (por si se nos olvida) que los hombres han decidido que debemos ser las grandes sufridoras por la causa de la humanidad. Pero a mí me llegaba a desquiciar.


Si es que lo que más sorprende es que una vez que está todo destruido empecemos a reconstruir lo mismo. Los mismos abusos, la misma estupidez, la misma codicia; gente luchando como perros por la comida. Otra vez la crueldad sin ningún motivo, otra vez las mujeres ejerciendo de vertedero de basuras para que los hombres ahoguen su frustración en ellas. Así que si la humanidad tiene la oportunidad de volver a empezar esta vida, ¿lo haríamos igual de mal otra vez? No me lo quiero creer. No quiero ser tan pesimista.

La película visualmente es efectista y resulta fría, el color que predomina es blanco cegador. La ceguera no es oscuridad; parece que es exceso de luz. Es parecido a lo que ahora vivimos con tantas fuentes de información. Tantas fuentes de información emitiendo a la vez sólo producen ruido que ni nos deja oír ni pensar (creo que lo dijo Umberto Eco). Pues la ceguera a las cosas de la vida, nos debería abrir la mirada hacia otras más profundas, pero en esta película no es así. Repetición y rutina. El eterno retorno del abuso y la miseria humanos. 



Intérpretes: Julianne Moore, Mark Ruffalo, Danny Glover, Alice Braga 
Fotografía: César Charlone
Música: Marco Antonio Guimaraes

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