jueves, 24 de noviembre de 2016

Exposición de fotografía: Bruce Davidson (2016)

Bruce Davidson se define como un fotógrafo humanista. Durante el convulso siglo XX y lo que llevamos del XXI ha tenido suficientes oportunidades para demostrar su compromiso con la realidad humana. En sus series temáticas de fotografías encontramos documentados la vida cotidiana y también los acontecimientos más relevantes del siglo siempre como pequeñas historias.


La exposición de la Fundación Mapfre ofrece un recorrido cronológico por sus trabajos más relevantes. A pesar de que abarca la mayor parte de su carrera fotográfica, mostrando su evolución técnica, se mantiene su profundo compromiso ético con la lucha del ser humano por su dignidad.



Empezó a tomar fotografías cuando era un niño y decidió ser un fotógrafo cuando terminó la universidad. Destinado en París después durante la II Guerra Mundial, allí conoció a Cartier-Bresson, que se convirtió en su mentor. En 1958, ya como fotógrafo freelance profesional se incorporó a la Agencia Magnum.


Si bien al principio se dudaba de la calidad artística de su trabajo, considerado meramente documental, su dedicación al detalle, su apuesta radical por la dignidad humana y la melancolía expresada en sus fotografías han hecho que su trabajo se revalorizase con el tiempo. Sus fotografías resultan muy dramáticas, oscuras y a veces incluso violentas, pero siempre en ellas queda algo de esperanza.


Empieza la exposición con la serie de 1955 sobre los Wall, una pareja de ancianos de Arizona. Bruce Davidson afirma que con ellos aprendió una gran lección para su vida, aprendió a tener paciencia. Esta pareja accedió a ser fotografiada durante los fines de semana y en esas tomas, Davidson captó la inmensa paciencia y ternura que se dedicaban continuamente. Queda así documentada la narración de una pequeña historia, la vida e intimidad de dos ancianos representativos del modo de vida de un tiempo y un lugar concretos, pero universal.


En 1958 realizó una serie de fotografías sobre el Circo Clyde. Para ello se unió al circo durante unas semanas, pero en lugar de centrarse en el espectáculo de luces, color y lentejuelas, prefirió la intimidad de los artistas y especialmente de un enano que trabajaba como payaso. Se llamaba Jimmy Armstrong. Dada la diferencia de estatura entre fotógrafo y fotografiado el punto de vista resalta todavía más la pequeñez del payaso pero sin restarle un ápice de su dignidad. Según ha declarado Davidson, con esa cercanía quería acceder al yo interior del payaso, aunque como consecuencia de ello quedase fotografiada su soledad, su cansancio y una inmensa melancolía.


En los años 1960 también documentó las manifestaciones a favor de los derechos civiles de las minorías en Estados Unidos y en contra de la segregación racial. Estas series, por su temática evidente, contrastan con la tranquilidad de las fotografías tomadas en Central Park, pero al mismo tiempo, tienen un fondo común: la constatación de que las cosas estaban cambiando. Dentro de las fotografías tomadas en Central Park hay una que destaca especialmente: una pareja interracial de adolescentes abrazándose pone de manifiesto que las cosas ya habían cambiado aunque las leyes no lo supieran.


También realizó reportajes fuera de Estados Unidos y entre ellos se desplazó a España para cubrir el rodaje de una película que no conozco, Mando perdido de 1966. Tomó una serie de fotografías en el sur, en Málaga y Almería. En ellas aparecen niños pobres, desnudos y llenos de mocos, pícaros y alegres al mismo tiempo. 




Una exposición para no perderse.



Fundación Mapfre
C/ Bárbara de Braganza, 13 - Madrid 

Del 22 de septiembre de 2016 al 15 de enero de 2017

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