miércoles, 16 de septiembre de 2020

Novela: La vegetariana de Han Kang (2005)

La autora.-
Han Kang nació en Corea del Sur en 1970 y ha adquirido fama internacional desde 2016, cuando recibió el Premio Man Booker Internacional por esta novela. Ha trabajado como periodista y ahora es profesora de creación literaria. También ha escrito ensayo aunque su producción mayor sean cuentos. Otras obras suyas: El venado negro, Viene el muchacho  y Pelea de aliento. 

Mi opinión.-
El origen de esta novela está en el cuento La mancha mongólica, publicado por la autora en 2005 y que obtuvo también el prestigioso premio Yi Sang. Posteriormente Kang añadió otros dos cuentos, La vegetariana y Los árboles en llamas, relacionados con el mismo hecho, y así se construyó una novela que puede funcionar también como libro de relatos. Es una estructura muy interesante porque aporta diferentes puntos de vista y diferentes maneras de vivir la misma situación.

En este caso, se trata de la decisión de Yeonghye de no volver a comer carne. Algo que, en un país como Corea del Sur, casi es considerado una herejía y que produce una grave conmoción en su entorno más próximo. El primer cuento tiene como protagonista al marido de la vegetariana. Un joven mediocre y ambicioso que proyecta su mediocridad en Yeonghye. La descripción que hace de ella no podría haberla mejorado ni el peor enemigo de la mujer. La considera vulgar, anodina, sosa, fea. La candidata a esposa ideal porque es manejable y poco respondona; poco atractiva para otros hombres pero receptiva y complaciente para las necesidades de su marido, sexuales y de intendencia hogareña. Es decir que, además de follársela cuando le apetece, Yeonghye prepara la comida, lava y plancha la ropa y limpia la vivienda casi sin hacer ruido.

Este hombre tan egoísta y ausente emocionalmente podría ser el prototipo de marido de las sociedades orientales, y también de algunas occidentales. Un hombre dedicado a su trabajo, a hacerle la pelota al jefe y a medrar económicamente, sin importarle nada más. Un hombre que, cuando su mujer presenta síntomas claros de trastorno mental, sólo se le ocurre divorciarse de ella.

En el segundo cuento, La mancha mongólica, también es el protagonista otro hombre. El cuñado y amante de Yeonghye. Un pintor a la deriva; abrumado por el éxito profesional de su mujer, la hermana de la vegetariana. Yeonghye está en un momento de máxima vulnerabilidad. Repudiada por su marido e invadida por su trastorno mental. Aun así el cuñado no tiene ningún reparo en aprovechar la situación para intentar pintar la obra de su vida y, para ello, utilizar la fragilidad de la vegetariana. Considerarla únicamente un lienzo, aunque sea un lienzo sexualmente utilizable.

Las consecuencias de esta deriva también acaban en divorcio. La hermana de la vegetariana descubre la “aventura” de su marido y le reprocha haberse aprovechado de la falta de claridad mental de su hermana. Creo que le duele más ese abuso emocional que la mera aventura sexual. De todas maneras, Yeonghye termina en un manicomio y a cargo de su hermana porque el resto de su familia también la ha repudiado.

La hermana es la única que se preocupa por ella y que hace frente a sus gastos. A través de ella conocemos un poco cómo ha sido la infancia de Yeonghye. Una niña delicada e impresionable, en un ambiente áspero y, a veces, violento; el mismo ambiente en el que también se crió la hermana de la vegetariana.

Es la única voz de mujer que hay en la novela. Porque, a pesar de que podíamos pensar que en La vegetariana la protagonista es una mujer, no es así. Los protagonistas de la vida de esta mujer han sido hombres. Y hombres que la han abandonado. Sólo su hermana se ha mostrado leal con ella. Yeonghye no es la protagonista de su vida ni tampoco ha ejercido su libertad, decidiendo dejar de comer carne (y después todo lo demás). No ha podido ni siquiera ejercer su libertad en el único reducto que le queda, su propio cuerpo, puesto que la enfermedad mental le ha robado esa posibilidad. Podemos considerarla como novela feminista desde el momento en que critica el silencio para la voz de las mujeres; además es un análisis de masculinidades. Sin embargo, la autora también decide silenciar la voz de Yeonghye. ¿Por qué?

Quizá el aspecto que más me ha enfadado en la novela sea la romantización de una enfermedad mental que se manifiesta como anorexia. Considerar que ese trastorno es una rebeldía personal nos hace retroceder en el tiempo hasta el siglo XIX y su literatura romántica, más que perniciosa para algunas mujeres. Precisamente lo primero que una enfermedad mental le roba a una persona es su capacidad de decidir. No confundamos. Aun así una lectura muy recomendable en una edición muy bonita que incluye prólogo y entrevista con la traductora. 

           

La vegetariana
Han Kang
Traducción Sunme Yoon
Editorial Rata


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