Ya he comentado que estas dos trilogías son autobiográficas. En el primer episodio de esta saga, La gran fortuna, Harriet Pringle, la protagonista, llega a Rumanía acompañando a su reciente marido, Guy, destinado en el British Council (como el marido de la autora). Allí se encontrará con una realidad totalmente diferente y, especialmente turbulenta, debido a la propia idiosincrasia del país y también a los inicios de la invasión alemana. En ese contexto Harriet llevará a cabo un proceso de crecimiento, tanto personal como de individuo perteneciente a un colectivo, cuyo punto de partida será el racismo y el clasismo de una británica remilgada que, sin embargo, empezará a aceptar que el Imperio Británico ya no existe. Por supuesto, este proceso no será fácil y aunque no conocemos su desenlace puesto que se narra en el resto de novelas, intuimos que la relación con su marido y otros hombres será fundamental. Para mí, éste es el principal problema de esta novela, que no puede leerse aisladamente. Puede que sea porque en este libro inicia la presentación de personajes, muy detallados física y emocionalmente y que, por ello quizá resulten abrumadores; y también porque las situaciones que viven estos personajes, a veces, resultan un poco estrafalarias.
Por lo que he leído de la autora, ella se preocupó siempre de retratar lo más fielmente posible la decadencia del Imperio Británico y también los desastres del colonialismo, del racismo y de la guerra, así como la ceguera y frivolidad de los expatriados británicos convencidos todavía de su superioridad, individual y colectiva. Así, se hace en este libro donde los británicos parecen vivir en una especie de burbuja de confort, sin apenas relacionarse con la población autóctona. La autora es la única que mantiene un punto de vista un poco más flexible y adaptable a las circunstancias, mostrando una galería de personajes pero intentando que el lector o lectora no se vea condicionado por la opinión de Harriet.
En esta novela hay un personaje que destaca por encima de todos y que, yo creo que personifica también la decadencia de Europa, no sólo la del Imperio Británico. El príncipe Yakimov es un hombre de mediana edad, de buena familia, hijo de un ruso exiliado y de una inglesa, pero que ya no tiene dinero y se dedica a vivir a costa de los demás. Es especialista en dar sablazos y desaparecer, pero nunca desaparece totalmente. Tiene una gran capacidad para reinventarse y volver a timar a los mismos de siempre. Es un personaje muy interesante pero que resulta profundamente antipático.
La vida de Harriet en Rumanía se reduce a cenas, copas y otras invitaciones con sus compatriotas expatriados y a una cierta relación y curiosidad por la población autóctona. Aunque los rumanos de clase alta casi desprecian a los británicos y se inclinan hacia el nazismo, aquéllos se siguen considerando superiores y demostrándolo, especial y cruelmente, en sus relaciones con los rumanos de clase baja, descritos como holgazanes o infantilizados o gente de poco fiar. Pero además, también para los rumanos los judíos (rumanos) son ladrones y para los judíos los rumanos son vagos. Estas dinámicas entre las distintas clases sociales y las distintas etnias quedan muy bien reflejadas en la novela, resaltándose el clasismo de unos frente al racismo de los otros como caldo de cultivo idóneo para la consolidación del nazismo. A mí se me ha hecho difícil esta novela, por estos matices racistas, aunque reconozco que como retrato de una parte de la realidad europea de esa época tiene una gran validez. Espero que sigan traduciendo las otras cinco novelas para hacerme una idea más acertada de Olivia Manning.
En los años 1980, se hizo una adaptación a serie de TV protagonizada por Emma Thompson y Kenneth Branagh, que he podido ver en Youtube, con cierta calidad de imagen y sonido e, incluso con subtítulos. No sólo está dedicada a la estancia de los protagonistas en Rumanía, sino que les acompañamos en su periplo huyendo de la guerra por Grecia, Egipto y Siria. Se repiten las mismas situaciones y algunos de los personajes, pero también surgen otros nuevos. Todos ellos siguen manteniendo su punto estrafalario (la culminación de ese absurdo sería la muerte de Yakimov) y parece que la amargura de la guerra no les llegue. En la serie, también se puede apreciar mucho mejor la evolución de la relación entre Harriet y Guy.
Olivia Manning
Trad. Eduardo Jordá
Libros del Asteroide
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