Para The glorias, Taymor ha adaptado el libro autobiográfico de Gloria Steinem Mi vida en la carretera que reseñé hace unos meses. La adaptación es muy fiel al libro pero, además, la puesta en escena es muy interesante y el manejo del color de la imagen también. Utiliza los colores selectivamente para marcar las cuatro edades de las Glorias, incluyendo también parte de la imagen en blanco y negro para resaltar la irrealidad de los recuerdos.
Taymor hace coincidir en un mítico autobús Greyhound a cuatro glorias, a cuatro actrices interpretando distintas esas cuatro edades de Gloria Steinem. Deja para el final, la gran sorpresa de encontrar en el mismo autobús a la propia Gloria Steinem, camino de la Marcha de las mujeres en Washington de 2017, convocada con motivo de los comentarios machistas del máximo mandatario de Estados Unidos entonces. Aquél de cuyo nombre no quiero acordarme.
Kiera Armstrong interpreta a Steinem de niña. Una niña fascinada por su padre y por la capacidad de éste para buscarse la vida y meterse en líos. Cuando leí el libro me sorprendió la poca atención que prestaba Gloria Steinem a su hermana. Apenas mencionaba nada de su relación con ella. En la película pasa lo mismos. Supongo que influía mucho la diferencia de edad entre ellas, más de diez años. Pero, aun así, para nuestros patrones de conducta de familias mediterráneas es difícil de entender esa frialdad.
El papel de la joven Steinem está interpretado por Alicia Vikander. Ella es la estudiante universitaria que tiene que abortar en Londres antes de trasladarse a la India con una beca y también es la joven periodista que se incorpora al trabajo en Nueva York (a veces, sólo para preparar café), deseosa de imprimir su carácter en cada uno de los artículos que le encarguen y atreviéndose a trabajar de manera encubierta como chica Playboy para contar las vidas y las penosas condiciones laborales de esas mujeres. Aunque para sus compañeros de redacción esa brillante idea no es más que motivo de risas.
La adolescente Gloria es Lulu Wilson, quizá podríamos decir que es la más angustiada de las cuatro. Es la que descubre que su madre también trabajó de periodista pero que estaba obligada a firmar sus artículos con un pseudónimo masculino y además tuvo que dejar su trabajo en cuanto se casó con su marido irresponsable y seminómada. Esta Gloria tuvo que hacerse cargo de la vivienda y de su madre enferma, que terminaría internada a temporadas en un psiquiátrico, sin el apoyo ni de su padre ni de su hermana.
Pero el mayor peso de la película lo lleva, magníficamente, Julianne Moore interpretando a una madura Gloria Steinem, plenamente dedicada a su activismo social, fundando una nueva y mítica revista, Ms, y retomando la vida seminómada que había llevado de niña con su padre. De alguna manera, se completa así el círculo. Algunas nos estamos convirtiendo en el hombre que estábamos buscando. Es lo que una madura Steinem le suelta a un periodista que se atreve a ningunearla. Es la frase definitiva de la película. Maruja Torres, la gran periodista española, siempre ha dicho que el hombre de su vida era ella misma. Ahí estamos muchas.
Cuando las cuatro Glorias se reúnen en el autobús, es el momento de verbalizar sus miedos, sus frustraciones y sus culpas y también de darse ánimos y de escuchar sus confidencias, como si fueran mujeres diferentes, en lugar de la misma mujer en diferentes edades. Quizá sea ese el secreto de nuestras vidas y de nuestra felicidad. Aceptar que cambiamos tanto a lo largo de nuestra vida que podríamos ser consideradas mujeres y hombres diferentes. En esa irrealidad es donde toma relevancia la imagen en blanco y negro.
La joven Gloria vive con mucha culpabilidad haber ido a visitar a su padre demasiado tarde, cuando el accidente ya le había producido la muerte y no haberse enfrentado antes a los hombres abusivos. La Gloria adulta le da ánimos. También revive sus problemas para hablar en público y la superación hasta convertirse en una brillante oradora, capaz de convertirse en una bruja feminista malvada que le pone los puntos sobre las íes a un entrevistador cutre. Es un episodio un poco surrealista pero muy gráfico del hartazgo que sentimos las mujeres.
Se ha criticado mucho de esta película que es demasiado amable con el personaje, que “glorifica” demasiado a la protagonista, ensalza sus virtudes y oculta sus defectos. Es posible, no lo dudo. Cualquier biopic estadounidense tiene ese marchamo. Sin embargo, la vida de Gloria Steinem es muy interesante y nadie le puede negar que sea historia de la segunda mitad del siglo XX y, por supuesto, referente para los movimientos de mujeres. No hay que perdérsela. Y a ser posible debe verse en paralelo con la serie de televisión, Mrs America sobre el fracaso de la Enmienda para la Igualdad de Derechos, en la que también estuvo involucrada Gloria Steinem.
La película termina con la verdadera Gloria escribiendo
sobre la derrota de Hillary Clinton en las elecciones de 2016 por parte de aquél que no debe nombrarse. Dice Gloria
Steinem que la derrota de Hillary es parte de la próxima victoria porque para
las mujeres no se trata de más que de una carrera de relevos. Unas apoyándose en
las precedentes y sirviendo de apoyo a las siguientes. Estoy de acuerdo con
ella.
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