La autora.-
Esther García Llovet nació en Málaga en 1963. Es licenciada
en psicología clínica y también estudió Dirección de cine. Ha sido guionista de
documentales, escribe novelas y cuentos. Coda, Submáquina y Mamut son sus otras
novelas.
La autora |
Sinopsis.-
Romo Esmiz es un personaje un poco turbio. Propietario de un
restaurante de moda, pero con una cierta tendencia a no pagar deudas y a
gorronear en las fiestas de amigos y desconocidos. Perica es una camarera salvadoreña
ilegal y tiene un hijo adolescente. Romo y Perica se conocen en un funeral.
Mi opinión.-
Lo primero que me ha sorprendido de este libro es que no
tiene unas coordenadas espacio-temporales definidas. Por ciertos indicios
podemos pensar que los personajes viven en una ciudad costera de Estados
Unidos, donde existe una cierta afluencia de inmigrantes ilegales. Respecto al
tiempo, podrían ser los años 80 o los 90 o los 2000. Nada se concreta en la
novela. Parece más bien que vivan en un presente eterno y repetitivo.
Además, se mezclan distintas tramas que quedan abiertas,
inconclusas y que tampoco tienen mucho que ver con la trama principal. Y es
otra cosa que me despista. La autora dice que la vida es así. Que presenta
desafíos, oportunidades, encrucijadas que después desaparecen sin dejar rastro
y sin relación aparente. Un cierto caos o desorden que nunca llega a tener una
explicación. Desde ese punto de vista, tiene toda la razón, pero a mí me causa
una cierta desazón. Supongo que es porque estamos acostumbrados a narraciones
lineales, cerradas y perfectamente pespunteadas.
Es una novela corta que empieza con un funeral y termina con
otro. Es una historia de amor, de enfermos de amor. Así que se juntan Eros
y Tánatos. Tánatos es Romo Esmiz, enfermo de amor por Perica, chanchullero, al
borde del delito y con mala prensa entre las mujeres. Cuando su nivel de
alcohol en sangre empieza a desbordarse, se aleja de la ciudad y se dedica a
matar animales pequeños, zorros, conejos, lo que se ponga a su alcance. Sin
ninguna justificación, porque la vida no tiene justificación.
Perica es una inmigrante ilegal. Es salvadoreña y trabaja de
camarera, sin embargo lo que en realidad le gusta es observar a la gente (y el
alcohol). Es socióloga y tiene un hijo adolescente al que le falta tiempo para
probar todas las drogas del mercado, pero controlando las dosis que se mete.
Perica es Eros. Lleva minivestidos de plástico y un diamante falso incrustado
en un diente, las uñas azules estropeadas y el pelo muy corto.
Desde su encuentro, Romo inicia una estrategia de
persecución para conseguir a Perica y Perica se entretiene esquivándole y
rompiéndole las pelotas. A mí esta combinación de mulata rompepelotas, sedosa y
arisca, desconfiada, me cansa un poco. Igual que el estereotipo de canalla
enamorado.
Sin embargo, me gusta mucho el estilo seco y poético que la
autora ha elegido.
Las crudas
Esther García Llovet
Esther García Llovet
Ediciones del Viento
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