jueves, 12 de febrero de 2015

Novela: La Torre Vigía de Ana María Matute (1971)

La autora.-
Ana María Matute ha muerto recientemente. Era miembro de la Real Academia Española y también Premio Cervantes, Premio Nadal, Premio Planeta y candidata al Premio Nobel. Una autora respetada por todos, sin embargo durante unos años no pudo escribir debido a una enfermedad. Su reencuentro con la literatura se produjo con Olvidado Rey Gudú (la segunda sobre la Edad Media). Otras obras suyas son: Pequeño teatro, Paraíso inhabitado, Los soldados lloran de noche y Aranmanoth, la novela que cierra su trilogía sobre la Edad media. 

Sinopsis.-
De la infancia a la adolescencia, el protagonista relata sus vivencias, lo que no comprende, lo que le fascina y lo que le asusta.

Mi opinión.-
La torre vigía, es la primera novela que forma la trilogía sobre la Edad Media escribió la autora. Se trata de una Edad Media mística, alejada de una narración histórica y también de las aventuras con dragones, elfos y hadas; sin embargo, sí que hay un ambiente de misterio, de poderosas fuerzas naturales invisibles que rigen los destinos humanos y que se manifiestan periódicamente. El conflicto entre la luz y las tinieblas, el castigo divino y la brutalidad humana, lo desconocido y lo inexplicable están siempre presentes y el protagonista parece destinado a desvelarlos.

Es significativo que nunca se diga su nombre y que el resto de los personajes tampoco le llamen con él. En general, hablan poco, se tratan poco y eso nos da una imagen de la rudeza de la vida allí. Él es un joven abandonado por todos; el último hijo, engendrado ya en la vejez, de un antiguo caballero perteneciente a la nobleza más baja. Su madre le ha dejado para irse a vivir a un convento y sus tres hermanos mayores le odian y le injurian a la menor oportunidad, aunque sin motivo aparente. Como no tiene fortuna su padre le envía al castillo de su señor para que sea instruido como escudero. 

Aunque el libro no sigue una línea narrativa usual, es la historia contada en primera persona de este muchacho, desde los 6 años, cuando empieza a tener conciencia, a los 15 en que es armado caballero. Su lucha por la supervivencia, sus aprendizajes y el íntimo reconocimiento de tener una especial sensibilidad y un destino excepcional. Y también trata especialmente de cómo aceptamos la jerarquía, el orden y la disciplina, sin reflexionar sobre ello, adaptándonos para sobrevivir. 

Para recrear ese mundo, la autora utiliza un lenguaje muy recargado. En ocasiones parece que “pinta” en lugar de escribir, por el detalle y la fuerza con los que describe colores, olores y sensaciones. El viento o los vientos durante toda la narración tienen presencia visual para el protagonista (“Entonces vi el viento”, “El viento inmóvil que yo distinguí claramente”), el fuego, el rio y los olores son coordenadas para situar a los personajes en ausencia del tiempo y del espacio.

El niño vive en el castillo de su señor y su estancia allí parece un ascenso puesto que su señor le tiene en gran estima y se ocupa personalmente de su formación, pero también supone para el protagonista el reencuentro con la decadencia y la decrepitud que ya había vivido en casa de su padre. Viejos caballeros y soldados vencidos por el paso del tiempo, borrachos y faltos de toda esperanza.

Es una novela de lectura difícil a veces, barroca y recargada, con mucho cuerpo; con descripciones muy poéticas y elegantes. Y sobre todo resulta interesante por abordar la “novela de caballería” por parte de una escritora del siglo XX. Voy a continuar con el segundo de la trilogía. 



La Torre Vigía 
Ana María Matute

Ed. Destino Booket

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