La autora.-
Ana María Matute fue una escritora de gran prestigio,
calificada como la mejor novelista de la posguerra. Era miembro de la Real
Academia Española y también Premio Cervantes. A los 5 años escribió su primer
cuento y a los 17 ya recibe su primer contrato, de 3.000 pesetas en 1942, de
una editorial. Después de varios años sin poder escribir, retomó su pasión por
la literatura, precisamente escribiendo Olvidado
Rey Gudú. Otras obras suyas son: Pequeño teatro, Paraíso inhabitado, Los
soldados lloran de noche. La Torre vigía y Aranmanoth, forman la trilogía sobre la Edad media junto con Olvidado Rey Gudú.
Mi opinión.-
Una de las características que más me impresiona de la
literatura de Ana María Matute es que es una literatura que se despliega, que
se despereza en múltiples matices de texturas, colores y olores. En ningún otro
escritor me parece tan evidente como en ella esa inclinación hacia lo sensorial.
Este es el mapa del reino de Olar |
Olvidado Rey Gudú
es la segunda obra de su trilogía sobre la Edad Media, pero son obras
totalmente independientes que pueden leerse en cualquier orden. Comparten, eso
sí, el mismo ambiente medieval teñido por la magia, lo inexplicable y lo
terrible, dando un gran protagonismo a los niños, o al mundo imaginario de los
niños que todavía no han llegado. En este Edad Media transterrada se pasean, por la vida de los humanos, las
ondinas y las brujas, los piratas y las hordas, los trasgos y los hechiceros.
Lo desconocido se hace cotidiano, y no por ello pierde su magia. Se manifiesta para los que conocen los secretos y también para los que quieren ver.
Quizá el Trasgo del Sur |
La historia que se narra es la de la expansión del reino de
Olar y de su dinastía de gobernantes, desde el primer Conde de Olar al último
rey, Gudú. Olar es un territorio pequeño pero todos sus gobernantes se dejan
llevan por el afán de expansión. Se trata de una dinastía de reyes guerreros y
eso supone su gloria y también su perdición. Siempre tratan de ir más allá, de
conquistar lo desconocido y de someter tierras y pueblos. Se suceden las
mezquindades, las trampas y las traiciones. Olar, Sikrosio, Volodioso y Gudú
llevan en sus hombros el peso de la guerra, pero es la reina Ardid quien ejerce
el gobierno.
La reina Ardid podría parecerse a ella |
Ardid es un personaje femenino muy fuerte y poderoso no sólo
porque sea reina y regente durante las ausencias de su hijo Gudú. A pesar de llevar
la astucia hasta en su nombre, pretende utilizar la ciencia y los más profundos
conocimientos para gobernar; pero en su empeño se cruzará el deseo de venganza
y la venganza será frenada por el amor, por su amor hacia Volodioso. Pasados los años todo ello será determinante
para que el reino termine cayendo en el olvido.
La dinastía de Olar |
Al fin, el amor es considerado, en esta novela, como un
sentimiento demasiado peligroso y que debe ser erradicado de la vida de un rey;
pero, al mismo tiempo, las consecuencias de extirparlo de esa manera tan tajante de las vidas humanas se mostrarán como algo mucho peor.
El joven rey Gudú |
El estilo de Ana María Matute es muy personal y lírico, tan
poético como cruel, y aunque puede encuadrarse dentro de la tradición del
realismo fantástico, no está exento de humor e ironía. Además elegir un narrador
omnisciente, le da a la narración halos de nostalgia y cálida evocación. Esta
novela no fue fácil de escribir. En primer lugar, por la situación anímica de
la escritora y en segundo, por su extensión y por el número y variedad de
personajes. Todos ellos muy sólidos y bien definidos, atrapados y arrastrados por una vida
que, a menudo, no comprenden.
Esta novela también es un viaje hacia la vejez, el olvido y la
desaparición. Otros dirían que es una pérdida de la inocencia o quizá otra interpretación
que a mí me parece más simple. Que sin amor estamos abocados al olvido. No creo que
sea así. Creo que al final de la novela, de este cuento de hadas, se llega a disfrutar de la verdadera inocencia; una inocencia que invariablemente está teñida de
amargura. Por otra parte, sin amor y con amor, la mayoría de la humanidad
siempre está abocada al olvido, pocos son los que trascienden su vida
individual y pasan a formar parte de la vida de la humanidad. Políticos, reyes,
hombres de ciencia, criminales y recientemente también algunas mujeres
sobresalientes, son seres cuyo recuerdo es inmortal. Para el resto, el olvido. Y
esto es lo más amargo. “¿Por qué es tan
ciego, y tan indescifrable el mundo al que nos trajeron? ¿Quién nos dejó caer
en este mundo, tan mudo, impío y desolador? Triste es el mundo, tristes sus criaturas.
Y sólo de tan frágil materia está hecha la vida: de imposibles recuperaciones,
de imposibles regresos y de imposibles comienzos.”
Olvidado Rey Gudú
Ana María Matute
Ed. Espasa Narrativa
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