La autora.-
Ana María Matute fue calificada como la mejor novelista de
la posguerra. Era miembro de la Real Academia Española y también fue Premio
Cervantes. A los 5 años escribió su primer cuento y a los 17 ya firmó su
primer contrato, de 3.000 pesetas en 1942. La torre vigía, Olvidado Rey Gudú y Aranmanoth conforman su trilogía
medieval. Otras obras suyas son: Demonios familiares, Paraíso inhabitado, Primera Memoria y una gran cantidad de cuentos con la infancia como
protagonista.
Mi opinión.-
He terminado este verano la trilogía medieval de Ana María
Matute pero, afortunadamente, todavía me quedan muchas obras de esta gran
autora. En esta breve novela se repiten temas que ya trató en las anteriores:
la familia, la educación, la adolescencia. Pero será porque se termina la
trilogía o no sé por qué yo me quedo sólo con uno de ellos. La sensación de que
esa Edad Media, reflejada en estas tres novelas, indefectiblemente desaparecerá
en cuanto desaparezcan sus personajes. Es una sensación extraña.
De alguna manera, los tres personajes principales han sido abruptamente
desalojados de la comodidad de su infancia. Orso vivía apaciblemente con su
padre ausente pero, llegada la edad, tendrá que irse al castillo del Conde para
iniciar su aprendizaje como caballero. Aranmanoth, un hijo no deseado de Orso,
será expulsado del mundo de las hadas al que pertenece su madre para
reafirmarse como criatura humana. Windumanoth, tercer vértice del triángulo
fatal, cumplirá el deseo de su padre y será entregada en matrimonio a Orso,
bastante mayor que ella y a quien no reconocerá como marido, sino como
sustituto de su padre.
Aranmanoth y Windumanoth se dan a conocer como niños
inocentes. Sin embargo, las constantes ausencias de Orso y el paso del tiempo
les abocarán al amor prohibido. Igual que en Olvidado Rey Gudú, el amor se manifiesta como una fuerza poderosa y
peligrosísima, El corazón es como un lobo
hambriento. El corazón es un depredador (pg. 126). Ninguno de ellos quería
desairar a su padre y esposo pero lo hacen y, a pesar de que Orso tampoco
hubiese querido castigarles por su osadía, deberá hacerlo porque el Conde,
representante del orden social, la autoridad y la jerarquía, se lo ordena.
Orso es un personaje muy interesante que debería haber sido
desarrollado con más intensidad. Conocemos un poco de su infancia, ese período
en que vivía en el mundo de las mujeres
y que, con muy pocas ganas, debe de sustituir por el mundo de los hombres. Aparte de un encuentro fugaz con un hada, cuando
engendra a Aranmanoth, no se le conocen amores. Su vida ha transcurrido siempre
de guerra en guerra por su vasallaje respecto al Conde. Es un personaje que
respeta el orden social y que nunca se hubiera atrevido a quebrarlo. Es un hombre
obediente y resignado a su suerte.
Por el contrario, Aranmanoth y Windumanoth sí que desafían
el orden social, pero lo hacen involuntariamente, sin apenas darse cuenta.
Crecen y, al mismo tiempo, sus sentimientos crecen y cambian con ellos. Aunque
más que crecer desearían volver a la infancia, volver a la seguridad del mundo de las mujeres. Ese mundo, que
creen poder recobrar, está en el Sur de donde proviene Windumanoth y hacia allí
emprenden su huida. Es una narración muy intensa, muy bien construida. Ana María
Matute tenía una habilidad especial o una dedicación especial para describir
paisajes, colores y ambientes. Esa recreación de una época mágica, con personajes
que buscan su sitio sin hallarlo. Y es ese mundo mágico, lo que desequilibra
todavía más a los personajes. Es la unión de lo fantástico y lo mágico, pero
recreados de una forma muy realista, lo que produce más angustia. Muy
recomendable.
Aranmanoth
Ana María Matute
Ed. Booket
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