lunes, 13 de julio de 2015

Cine: Clouds of Sils-María de Olvier Assayas (2014)

La serpiente de Majola
Nietzsche eligió Sils-Maria en Suiza para pasar allí los veranos. Es un pequeño pueblo en el valle alpino de Engadina, en Suiza, que durante el siglo XIX empezó a alcanzar fama por ser destino turístico para enfermos de tuberculosis. No está mal el sitio para tratar de curarse de otros males del alma. El valle es muy cerrado y en el distrito de Maloja se produce un fenómeno muy curioso, ya filmado en 1924: la serpiente de Maloja. El viento arrastra un espeso mar de nubes por el estrecho valle y se dice que es un pronóstico de mal tiempo.


Maloja Snake es también el título de la obra de teatro que consagró a la joven actriz María Enders (Juliette Binoche), hace ya más de 20 años. En la obra, María interpretaba a Sigrid una joven sin escrúpulos que enamora a su jefa, Helena, una mujer en la madurez que termina suicidándose por el abandono de Sigrid. Ahora María ya tiene más de 40 años, está viviendo un divorcio tormentoso y empieza a ser consciente del paso del tiempo. Además, el autor de la obra, que fue su gran amigo y mentor, acaba de morir. Willhelm Melchior estuvo preparando durante años una continuación de esa obra, que ya no podrá terminar. Un director más joven está pensando en poner en escena de nuevo Maloja Snake y quiere contar con María, pero esta vez interpretando a la acabada Helena.

María no está segura de querer participar en este proyecto. Al fin y al cabo, ahora tendría que interpretar a una mujer acabada, después de haber sido la joven que la impulsa al suicidio. Y le da miedo. Pero Valentine, insiste en que sería un buen proyecto. María depende totalmente de su asistente personal, Valentine, interpretada por Kirsten Stewart. Es su secretaria, su confidente, quien le ayuda a preparar sus personajes, quien mantiene a raya a la prensa, quien le aconseja sobre qué vestir, qué decir, qué papeles interpretar. La admira y al mismo tiempo su convivencia con ella es tensa. Es muy competente y concienzuda. Pero siempre está a punto de estallar; los novios no le duran mucho tiempo y no sabemos por qué. Existe una atracción entre ellas que el director solamente insinúa.

El tercer vértice del triángulo es una joven y conflictiva estrella de Hollywood; es todo lo opuesto a una actriz de método como María Enders. Jo-Ann Ellis (Chlöe Grace Moretz) empieza a destacar en su profesión, pero sobre todo por ser protagonista en la prensa del corazón y del escándalo y en las redes sociales: por sus problemas con el alcohol y por sus novios y también la mayor parte de las veces por comentarios sacados de contexto. Sin embargo, a ella parece darle igual y sólo le importa su carrera como actriz. Al mismo tiempo, en su vida personal está viviendo una situación similar a la que vive Sigrid en la obra de teatro, Majola Snake. Se ha enamorado de un escritor mayor que ella y casado. En cierta manera, ha sido responsable del intento de suicidio de la esposa de este último amante.

Planteado así parece que el triángulo entre las tres mujeres sería crucial en el desarrollo de la trama. Pero yo me quedé con la sensación de que nada es lo que parece en esta película. La tensión sexual lésbica en ningún momento de la película se llega a desarrollar. Otra línea narrativa clara en ella es el paso del tiempo y cómo debemos enfrentarnos a la vejez cuando todavía nos sentimos jóvenes. Sin embargo, María Enders no vive este paso del tiempo de manera amarga sino en plenitud y muy serena. El hecho de perder protagonismo en la prensa en favor de actrices más jóvenes no le importa en absoluto, es algo que agradece y de lo que se ríe.



María se refugia en Sils-María (como los enfermos del XIX) para preparar la obra de teatro. Al final, ha aceptado interpretar el papel de Helena, a pesar de que le daba miedo hacerlo. Y son magníficas las escenas en que prepara el personaje con la ayuda de Valentine: como parte del juego que el director nos propone, en determinados momentos no sabemos si son Helena y Sigrid las que hablan, sufren y se reprochan o son María y Valentine. Personajes y actrices que los interpretan forman un juego de reflejos que distorsiona la realidad. En Sils-María pasan cosas que la serpiente de nubes se encarga de limpiar. La vida es aceptar el paso del tiempo y darse cuenta de que cuando el tiempo pasa, tú todavía estás ahí, un ratito más. 


La música muy bien elegida: desde Kowalski de Primal Scream que provoca vértigo y mareo al melancólico Canon de Pachelbel; la doliente emoción del Xerxes de Haendel y la turbulencia del Concierto nº2 de Rachmaninov.

Dirección y guion: Olivier Assayas
Fotografía: Yorick le Saux


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