sábado, 26 de mayo de 2018

Novela: L'homme à l'envers de Fred Vargas (1999)

La autora.-
Escritora de novela policíaca, arqueozoóloga e historiadora; también es destacada ecologista. Tiene dos series policíacas principales; una de ellas protagonizada por el comisario Adamsberg y la otra por los tres evangelistas, historiadores y arqueólogos que se dedican a desvelar misterios. No he leído ninguna de estos últimos y me encantaría. También escribe ensayos de su especialidad profesional con su verdadero nombre, aunque ninguno de ellos ha sido publicado aquí: Frédérique Audoin-Rouzeau. Sus novelas también han sido adaptadas al cine. 


Serie del comisario Adamsberg: El hombre de los círculos azules, Huye rápido vete lejos, El ejército furioso y Tiempos de hielo.
Serie de los tres evangelistas: Que se levanten los muertos, Sin hogar ni lugar.


Escribí este post en 2016 y dije que leería una novela de los tres evangelistas. Todavía no he podido. Me falta tiempo. Fred Vargas es la nueva Princesa de Asturias de las letras 2018

Enhorabuena  


Mi opinión.-
Le loup-garou. El hombre-lobo es el hombre del revés porque tiene la piel hacia dentro. Abundan las tradiciones y leyendas sobre hombres-lobo en casi todos los países. Desde los hombres-lobo sanguinolentos de serie B hasta los emparentados o enfrentados a los vampiros en sagas para adolescentes, y como no, Lobezno, el magnífico y guapísimo Hugh Jackman, que en realidad sólo tiene de Lobezno el nombre. No me atraía la novela de Fred Vargas por esto, sino porque creí que estaba ambientada en el Pirineo francés. Al final resultó que no era así. La única relación con el Pirineo francés es que Adamsberg, el comisario protagonista de la serie (que en esta novela sale muy poco), es originario de allí, pero eso no tiene ninguna trascendencia en la trama. 

Se trata de la segunda novela dedicada a este comisario y desde mi punto de vista no está muy bien resuelta. Parece que la autora ha querido abarcar demasiado y después en las últimas páginas ha tenido que solucionar el misterio, recurriendo a hechos que ni siquiera habían sido insinuados mínimamente durante todo el libro. A mí, por lo menos, se me han escapado.

Son preciosos; injustamente perseguidos

Casi se puede decir que hay dos novelas. En primer lugar, la protagonizada por Lawrence el canadiense, estudioso del comportamiento de los osos Grizzlies, que se ha instalado en una zona rural de Francia, en el sudoeste frontera con Italia, cerca del Parque Nacional de Mercantour, para analizar a los lobos y que retrasa su regreso a Canadá porque se ha enamorado de Camille. La autora describe con todo detalle el paisaje y el asfixiante verano también. Lawrence está tan implicado con los lobos que actúa como si fuera uno más de la manada; atento a cualquier cambio en el paisaje. Huellas, briznas de hierba o pequeñas ramas y guijarros de la montaña, le sirven de pistas para localizar a los lobos, y muestra una compasión por el lobo viejo que ningún científico debería tener. Es un hombre silencioso, que se expresa con parquedad al hablar, haciéndose entender con medias palabras, muecas y signos. Pero una vez que este personaje está definido, la autora lo abandona sin más y se ciñe al trío formado por Camille, la novia de Lawrence y (casualmente) exnovia de Adamsberg, le Veilleux, el viejo pastor sabio y depositario de los saberes tradicionales y Soliman, el hijo adoptivo de una de las víctimas. Estos tres personajes se embarcan en una road-movie persiguiendo al hombre-lobo, pero de manera que todo resulta un poco artificial.

Parque Nacional de Mercantour

Como también es artificial la forma en que Adamsberg se hace cargo del caso hasta llegar a resolverlo. Aunque la novela, en general no me ha gustado, sí que tiene momentos de intensidad reveladores sobre el comportamiento humano. Por ejemplo, cómo recurrimos a los viejos mitos ante lo que momentáneamente nos resulta inexplicable, sean malignos hombres-lobo, vampiros o brujas, o sea la naturaleza como fuerza poderosa, incognoscible e incontrolable; para que al final, Adamsberg nos descubra corrientes venganzas familiares, ocultas durante años, por acontecimientos iniciados por las pasiones habituales: el amor, los celos o la envidia. Así, Lawrence dirá que cuando algo está fuera de lo común, la gente tendrá miedo y se sentirá perdida y se volverán contra los marginados y los quemarán.

Jean-Hugues Anglade como Adamsberg
Por lo demás, la novela también incide en la historia de amor intermitente durante toda la serie de Adamsberg y Camille. Aunque aparentemente no queda nada de la vieja relación entre ellos, se intuye que no pueden vivir uno sin otra. Camille supone un vórtice de atracción que Adamsberg no puede controlar. Es compositora y a veces también fontanera; es una descreída del romanticismo, opina que el amor te da alas para cortarte las piernas. Se ha instalado en un pequeño pueblo para escapar de algo;  quizá de ella misma o quizá de Adamsberg. 


Adamsberg ya aparece aquí como un hombre instintivo e imaginativo, compasivo pero firme, en cierta manera misterioso también. Es un hombre pensativo, tranquilo que necesita el murmullo de los otros alrededor para poder evadirse y pensar. Creo que el problema de esta novela es que es la segunda de la serie y que la autora todavía tenía que adquirir una cierta madurez, que dada su trayectoria posterior no dudo que tenga. La próxima novela que lea será una de la serie de los evangelistas. 



L'homme à l'envers
Fred Vargas

Ed. J'ai lu

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