miércoles, 16 de mayo de 2018

Cine: Isla de perros de Wes Anderson (2018)


Isla de perros se ha filmado en stop-motion, es decir que se trata de fotografiar muñecos a los que, artesanalmente, se va dotando de movimiento. Así fotograma a fotograma se va componiendo la película. En este caso, más de 130.000 fotogramas y 1.000 marionetas. Segundo de Chomón y Georges Méliès también utilizaron la stop-motion aunque seguramente no la llamaban así. 

El director Wes Anderson ya había utilizado esta técnica en Fantástico Sr.Fox  que yo no he visto, todavía. Lo que más me llama la atención en este director es la puesta en escena tan simétrica y centrada respecto de la pantalla, apenas sin profundidad. Los personajes se situarían casi en un escenario teatral y el espectador asistiría a la función desde un punto de vista central.


Es una puesta en escena que puede parecer muy sencilla y que casi da la sensación de ser para una película infantil, pero el contenido, el argumento de la película desmiente totalmente esta apariencia. En Isla de perros asistimos al intento de aniquilación planificada de un grupo de seres vivientes, inocentes, acusados de padecer y propagar una enfermedad mortal.


Así, los que eran compañeros de vida de los seres humanos, los fieles perros, son confinados en una isla que antes se llamaba Basura y que, a partir de entonces, comienza a llamarse Isla de perros. ¿Por qué alguien haría algo así? El motivo es tan tan tan simple que puede parecer tonto. Pues porque prefiere a los gatos.


Como es lógico los perros se unen para sobrevivir y la salvación vendrá de parte de la juventud que todavía no ha sido contaminada por esa locura tan habitual en los adultos que les impulsa a aniquilar al que es diferente. La película tiene sus momentos de humor, por ejemplo, cuando un grupo de aterrados e indestructibles perros alfa votan constantemente para tomar una decisión y también su intensidad dramática, cuando creemos que el protagonista está muerto o cuando el científico que tiene la cura para los perros es asesinado. Hay espacio también para el romance y las voces susurrantes.


Y también tiene sus fallos. Especialmente, relegar a las perras y a las mujeres a ser simples comparsas de los perros y los hombres. A estas alturas esto ya es imperdonable. ¡Qué poco les interesa nuestra vida a los hombres!


A pesar de esto yo recomiendo la película. Visualmente es muy atractiva y resulta sorprendente; la banda sonora es lo suficientemente insistente para crear una atmósfera de peligro constante. Si es posible, hay que verla en versión original para disfrutar de la interpretación de Bryan Cranston, Edward Norton, Scarlett Johansson o Jeff Goldblum.



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