No pudo haber sido un estreno más oportuno. Fue en enero de
1943, poco después del desembarco aliado en Casablanca. Esta era una película con
presupuesto normal y que no estaba destinada a convertirse en leyenda. Pero sí,
se convirtió en leyenda. Obtuvo tres premios óscar y ha sido éxito de público
durante años. Todavía emociona, aunque sigamos sin fijarnos en sus decorados de
cartón piedra. Es una conmovedora historia de refugiados que huyen porque ya no
pueden luchar más. Nunca, hasta los horrendos atentados de París de noviembre
de 2015, había sido la Marsellesa tan conmovedora, nunca había servido como himno
para todos los que buscan la libertad ¿Ha
sido un cañonazo o son los latidos de mi corazón?
Porque la historia sentimental de Ilsa y Rick es bastante
sencilla, el triángulo amoroso de toda la vida. Pero tiene esos toques de
cinismo, ironía y humor y, además, no nos podemos resistir a los ojos de Ingrid Bergman que se mueven entre la
desorientación y el anhelo absolutos. Aunque
al final el triángulo imposible se deshaga, … lo esencial se revela mientras el tiempo pasa.
En el microcosmos del café de Rick en Casablanca, aunque el
humo proporcione un aspecto de irrealidad, se vive al límite porque los nazis
se encargan de ir empujando a todos los que no son como ellos hacia el abismo
(o lo que es peor hacia la extinción). En el café las emociones se desbordan y el
tiempo se acaba. Pero aunque se sientan perseguidos y, a pesar de que la huida
es el último recurso, todavía se empeñan en resistir un poco más. Esa es la
vida en Casablanca. La posibilidad de resistir un poco más.
Murray Burnett y Joan Alison, después de volver de un viaje por Europa y sentirse conmovidos por la situación de los refugiados políticos, habían escrito una obra de
teatro que no había tenido mucho éxito en Broadway. Hoy la situación de los refugiados no nos conmueve porque la vemos
en directo, en los telediarios de las 15.00 horas, durante todos los días. La
televisión tiene ese poder anestesiante.
Volviendo a la película, todo el mundo sabe que el rodaje
fue un caos y que el guion cambiaba continuamente. Pero quizá sea eso lo que la
hizo excepcional. Parecerse tanto a la vida, donde nada está escrito; donde, en
circunstancias tan cambiantes, los sentimientos van y vuelven sin ningún orden.
En ese caos Rick (Humphrey Bogart) se reencuentra con Ilsa (Ingrid Bergman).
¡Qué mala suerte! El mundo se derrumba y
nosotros nos enamoramos. Pero, ¿qué otra cosa podrían pedir unos enamorados,
más que quedarse solos en el mundo para recomenzarlo de nuevo?
Sin embargo, Casablanca va más allá. Plantea también otro
dilema, esta vez ético. ¿Qué es el amor egoísta frente a la lucha por el
bienestar y la libertad de todos? Rick, el héroe perdedor, se desvanece entre
la bruma para continuar la lucha mientras su amada queda a salvo para siempre. Rick
y el capitán Renaud, otra vez don Quijote y Sancho… esto será el principio de una bonita amistad.
Director: Michael Curtiz
Guion: Julius J. Epstein, Phillip G. Epstein, Howard Kock (de Murray Burnett-Joan Allison)
Música: Máx Steiner
Fotografía: Arthur Edeson
Intérpretes: Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Paul Henreid, Claude Rains, Dooley Wilson
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