Méliés nació en París en 1861 y es reconocido como uno de
los pioneros del cine, especialmente en lo que se refiere a cine fantástico y
efectos especiales. Fue de los primeros en utilizar la doble exposición y el stop trick. Había sido mago e
ilusionista, pero consideraba que el cine debía ser mucho más que una sucesión
de trucos de magia más propios del teatro de variedades. Experimentó también
con el uso de robots y autómatas.
Llegó a construir su propio estudio cinematográfico, del que
en esta exposición se puede contemplar una maqueta y en 1900 fundó también el
primer sindicato de cineastas. Ya después de la Primera Guerra Mundial su cine
deja de interesar y empieza su decadencia. En 1925 se casó con una actriz que había
trabajado con él y regentaron juntos una tienda de juguetes y chucherías. Después
los surrealistas le considerarían un autor de culto y para minorías. Sigue
siendo una influencia clara en los cineastas del siglo XX, por ejemplo en El mago de Oz de Víctor Fleming y
recientemente, en 2011, Martin Scorsese le ha recordado en La invención de Hugo.
La exposición comienza con las influencias que tuvo Méliés.
Ya en el siglo XVIII era frecuente que nobles y aristócratas se divirtieran en
verano proyectando sombras e imágenes (más o menos truculentas) en los jardines
de sus mansiones. Las fantasmagorías eran trucos ópticos muy elaborados que
entusiasmaron a los franceses que habían vivido la Revolución Francesa. Sería
que para espantar el horror de la guillotina debían hacer que un esqueleto con
guadaña provocase carcajadas.
Y también hay un par de praxinoscopios para que el público
pueda ver qué fácil es crear la ilusión del movimiento de una imagen, una vez
que tienes unos cuantos espejos colocados en el ángulo correcto.
Se pueden contemplar también fotografías, dibujos y grabados,
maquetas, objetos y decorados que utilizó en sus películas e incluso una capa
de mago (que el mismo Merlín hubiese vestido gustoso) que Méliés utilizó en sus
películas; pieza esencial de la exposición es el autómata hilo conductor de la
película La invención de Hugo.
Méliés fue un hombre muy imaginativo y curioso. Segundo de
Chomón (turolense nacido en 1871) otro pionero del cine, también trabajó con él
y juntos experimentaron con la energía eléctrica cuando se consideraba casi un
invento del diablo. Sin embargo, los hermanos Lumière no le tuvieron en mucha estima porque consideraban que el cine debía ser algo más serio: cine
documental frente a cine de evasión y divertimento. Este es un debate que
todavía no ha terminado.
Una exposición muy recomendable. Didáctica y muy divertida,
también para ir con niños. Se ha llevado a cabo con la colaboración de la Cinémathèque Française.
CaixaForum Zaragoza
Avda. Anselmo Clavé, 4.
Del 4 de febrero al 8 de mayo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deja tu comentario