lunes, 18 de julio de 2016

Cine: West Beirut de Ziad Doueiri (1998)

El 13 de abril de 1975 se produjo un atentado en Beirut que se considera el inicio de la guerra civil. Una guerra civil que duraría 15 años y que los libaneses nunca han llamado guerra. Simplemente, son los événements. Ese día una milicia falangista mató a 27 civiles palestinos desarmados que circulaban en un autobús. 

Después de la Primera Guerra Mundial, el Líbano y Siria quedaron bajo mandato francés por encargo de la Sociedad de Naciones y no alcanzaron su independencia hasta 1943. A partir de entonces la República Libanesa ha mantenido un equilibrio precario entre las distintas confesiones, cristianas, musulmanas y drusa. Se le llamó entonces la Suiza de Próximo Oriente. Sin embargo, como consecuencia del enfrentamiento palestino-israelí, el volumen de refugiados palestinos alteró el equilibrio del país. Cada vez más los cristianos se consideraron amenazados y toda la prosperidad del país estalló aquel día de 1975.



Dos adolescentes musulmanes, Tarek y Omar, viven la violencia y la guerra sin saber cómo deben hacerlo. Además se enamoran los dos de la misma chica, May. Y además resulta ser una chica cristiana. Tarek y Omar van a un instituto, francés. En él los alumnos formados en fila deben cantar todos los días “La marsellesa” y agradecer a Francia la educación que reciben. Tarek en un acto de rebeldía adolescente se pondrá a cantar al mismo tiempo el himno libanés (por supuesto en árabe). Tarek pertenece a una familia de clase media. Su madre es abogada y lleva minifalda.



Cuando se suspenden las clases los adolescentes se dedican a fumar, a espiar en los escotes de las chicas y a escuchar música disco. También se meten en líos. No se sabe cómo Tarek termina en un burdel famoso de la capital y descubre que para cruzar la mítica línea verde, la calle Damasco en Beirut que separaba a los contendientes, en el este los cristianos y el oeste los musulmanes, sólo tienen que colgar un sujetador en la antena del coche.



El director ha partido de recuerdos de su adolescencia, antes de abandonar el Líbano con su familia, y combina las imágenes de ficción con otras reales de la guerra. Consigue así dramatizar la historia de los adolescentes sin incluir los vaivenes y el contexto político que desencadenó esa tragedia. Cuando yo estuve en el Líbano, habían pasado 10 años desde el final de la guerra y todavía se podían encontrar edificios y calles totalmente carcomidos por la metralla. En 15 años de enfrentamientos mucha gente no quiso salir de Beirut. Se impusieron la obligación de resistir a una guerra que se libraba todos los días y calle por calle, con francotiradores que no distinguían entre unos y otros. Todos enemigos de todos.



Una película muy hermosa que trata de sanar las heridas y recuperar la inocencia para superar la posguerra. Obtuvo el Premio de la juventud en el festival de Valladolid y el Premio FIPRESCI del festival de Toronto de 1998. 


Dirección y guion: Ziad Doueri
Música: Stewart Copeland
Fotografía: Ricardo Jacques Gale 
Intérpretes: Rami Doueiri, Mohammad Chamas, Rola Al-Amin, Carmen Loubbos


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