lunes, 20 de febrero de 2017

Cine: Don Quijote de la Mancha de Rafael Gil (1947)

Aprovechando la conmemoración del quinto centenario de las muertes de Cervantes y Shakespeare, la Filmoteca de Zaragoza ha programado un ciclo de adaptaciones de sus obras. Por lo que toca a Cervantes casi todo el ciclo se dedica a las adaptaciones del Quijote. La primera de todas ellas es la que en 1947 se rodó en España siendo su director Rafael Gil. 

Se trata de una superproducción de CIFESA, Compañía Industrial de Film Español, S.A., durante su tiempo de esplendor, rodada en estudio y también en exteriores con diversas localizaciones en La Mancha. Un gran vestuario y dirección artística, la interpretación de los actores más importantes de la época, una buena fotografía en blanco y negro, que recuerda a las ilustraciones de Gustavo Doré y la música compuesta expresamente por Ernesto Halffter, discípulo de Manuel de Falla. Aunque también he de decir que, por momentos, resulta apabullante.




El director, y también escritor, Rafael Gil ya había adaptado otras obras literarias para el cine, pero sin duda, este fue su proyecto más ambicioso. Condensar en 137 minutos las dos partes del Quijote no es una tarea a la que todo el mundo se atreva. La adaptación se puede considerar de las más fieles a la obra de Cervantes.



La película tiene ritmo, esperanza, melancolía, humor, crueldad y gran parte de los enredos de la novela. El bálsamo de fierabrás, la aventura de los galeotes, los molinos (por supuesto), los crueles duques y el caballo clavileño, Sancho convertido en gobernador y su perspicacia y sentido de la justicia, para llegar al final, el arrepentimiento, la derrota y la conmovedora muerte de don Quijote.


Rafael Rivelles interpreta a don Quijote. Por entonces era un gran actor teatral que había conseguido mantener una compañía propia y que también se había trasladado a Hollywood para rodar La mujer X (1931) y El proceso de Mary Dugan (1931). Juan Calvo es Sancho, Sara Montiel es la sobrina de don Quijote y Fernando Rey el bachiller Sansón Carrasco. Manolo Morán como la Princesa Micomicona resulta excepcional. Dulcinea está ausente, como corresponde a cualquier ideal inalcanzable.


Vista hoy parece un poco acartonada, los actores casi demasiado enfáticos, pero aun así merece la pena verla. Historia del cine español. Del bueno.




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