Tenía muchas ganas de ver esta película. Tanto por el personaje
como por la directora. Haifaa al-Mansour es una directora saudí que se ha hecho
famosa por la película La bicicleta
verde, en la que trataba del sueño de una niña saudí, tener una bicicleta
verde, desafiando las convenciones sociales de su país. Lo que tienen en común
ambas películas son las luchas feministas de unas mujeres jóvenes para
conseguir ser tratadas como ciudadanas más, una de ellas a principios del siglo
XIX y la otra a principios del siglo XXI. Vamos avanzando.
Mary Shelley responde
también a este planteamiento y la película ha sido criticada por esto. Por estar
excesivamente centrada en la condición de mujer de Mary Shelley. No entiendo
estas críticas. A la hora de plantearse una biografía no puede prescindirse de
la condición de mujer u hombre del biografiado. Porque pertenecer a uno u otro
género condicionan la vida desde el primer momento. Así pues, es imprescindible
resaltar que Mary Shelley se enfrentó a problemas que no hubiese tenido si no
hubiera sido mujer. ¿Está claro?
Sin embargo, sí que es cierto que la película se dedica a
los primeros años de su juventud y de descubrimiento de la vida que están muy influidos por la idea del amor romántico. Entonces se
enamoró y se casó con Percy B. Shelley, un conocido poeta romántico, borracho,
drogadicto y pendenciero, casado y con dos hijos pero de familia noble y adinerada
que, harta de sus desmanes, un día dejó de darle dinero. La película trata de
sus primeros años en común y termina con la publicación de manera anónima de Frankenstein, porque poniendo de
manifiesto la autoría de una mujer no se habría vendido.
El principal problema para mí es que finalizar la película
ahí no le hace justicia a la figura de Mary Shelley. Durante toda su vida,
después de viuda, siguió trabajando, escribiendo sus propias obras y editando las
de su marido. Fueron 30 años. Fue una ensayista reconocida, apasionada de la
literatura italiana y española. Estudió español para poder leer el Quijote y
escribió, entre otras, una biografía comparada de Cervantes y Lope de Vega.
Al final, la escritura de Frankenstein, aunque ha pasado a la historia de la literatura
universal, parece un poco anecdótica. Una escaramuza de juventud, de la que
Mary Shelley nunca renegaría pero que ha contribuido a oscurecer el resto de su
obra. Y esta película no ayuda, en nada, a rescatar esa obra. Sí que muestra
una Mary Shelley, jovencísima, pero con un gran carácter. A pesar de que Mary se
deje llevar por la pasión en su juventud y tolere engaños, adulterios, y falta
de dinero. A pesar de que sufra abortos y las muertes de tres de sus cuatro
hijos, su fortaleza, intensificada por el recuerdo de su madre, la salvará de
esa deriva, como así fue.
Pero también pienso que pudo llevar adelante su carrera
porque a los 25 años ya era viuda. No se quiso volver a casar a pesar de que en
aquella época eran frecuentes y convenientes los segundos y terceros
matrimonios.
Godwin, el padre de Mary Shelley, describe en una frase lo
que Mary puede esperar de un marido como Shelley: ama a la humanidad y es capaz de abandonar a su hija. Incoherente, egoísta
e inmaduro. Es precisamente el personaje de Godwin el que más me ha sorprendido.
Está dotado de una gran templanza. Él sabe por experiencia propia lo que ocurre
con una mujer que desafía el orden social y trata de advertir a su hija de lo
que sufrió su madre. La anima constantemente a que escriba y a que encuentre su
propia voz y deje de imitar a otros escritores. La protege frente a la
animadversión de su madrastra pero no puede impedir que viva su vida y cometa
sus propios errores. Siempre se muestra como un padre atento.
La película resulta
correcta pero también previsible y un poco monótona y larga. Algunos personajes,
lord Byron especialmente, son demasiado caricaturescos. La imagen que se
proporciona de estos artistas románticos es demasiado sesgada. Libertinos,
decadentes, de buenas familias pero viviendo en la ruina, como adolescentes
pedorros o como un antecedente de los hippies pijos. Yo esperaba de una directora saudí que aportase una visión diferente de
un personaje universal occidental pero en este caso, desde luego, no ha sido
así. Es una película hollywoodiense más, hecha para el gran público y
aprovechando el tirón actual del feminismo. Yo, como película que indaga sobre la relación entre autores y sus obras, prefiero Remando al viento de Gonzalo Suárez.
Dirección: Haifaa al-Mansour
Guion: Emma Jensen, Haifaa al-Mansour
Música: Amelia Warner
Fotografía: David Ungaro
Intérpretes: Elle Fanning, Douglas Booth, Bel Powley, Maisie Williams, Tom Sturridge.
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