miércoles, 22 de agosto de 2018

Música: Rachmáninov y Beethoven. Auditorio de Zaragoza. Mayo 2018


Ya hace unos meses que terminó la XXIV Temporada de Conciertos de Primavera en el Auditorio de Zaragoza y la hecho de menos. En verano, no tengo previsto (a no ser que alguien me invite) ir a ningún otro concierto. 


En éste, el programa era muy atractivo. Beethoven y  Rachmáninov, el inicio y el final de la música romántica; ambos excelentes compositores, pianistas y directores de orquesta. Rachmáninov nació en Rusia en 1873 y comenzó sus estudios de música cuando todavía era niño. Después de la Revolución Rusa se instaló definitivamente en Estados Unidos, donde ya era un músico famoso.

Concierto para piano y orquesta nº 2

Fue siempre muy perfeccionista y exigente consigo mismo y quizá fue esto lo que le condujo a una fuerte depresión, cuando su obra no fue bien recibida por el público. Después de una grave crisis compuso su pieza más famosa, el Concierto para piano y orquesta número 2 que hace ya bastantes años también escuché en el Auditorio. Me pareció conmovedor, sutil e intenso al mismo tiempo. Desde entonces he procurado conocer mucho más su obra.

Concierto para piano nº 3, en Re m, Op. 3

En esta ocasión la Orquesta de Cadaqués dirigida por Vladimir Ashkenazi interpretó el Concierto para piano nº 3, en Re m, Op. 3 y el solista fue Denis Kozhukhin, al que ya había visto en un concierto dedicado a músicos rusos, en el mes de marzo. El Concierto nº 3 tiene fama de ser de los más exigentes para un pianista y fue el mismo Rachmaninov quien lo interpretó el día de su estreno, en 1909. Para mí, sin embargo, no tiene la expresividad, la nostalgia ni la melancolía teñida de furia del Concierto nº 2.


La segunda parte del concierto se dedicó a la Sinfonía nº 6 en Fa, Op. 68 “Pastoral” de Beethoven. La crítica considera que esta obra inicia la transición del autor del clasicismo sereno al romanticismo más desatado. Sus primeras notas transportan a un mundo bucólico y tranquilo que se verá sorprendido por una tempestad, para resurgir posteriormente. La obra fue compuesta en 1808 y se estrenó ese mismo año. Por entonces, Napoleón se paseaba por Europa ganando batallas. Aunque Beethoven había sentido cierta simpatía por Napoleón, porque combatía el absolutismo monárquico, dejó de creer en él cuando se coronó emperador.

Sinfonía nº 6 en Fa, Op. 68 “Pastoral”

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