Si tuviéramos que considerar géneros genuinamente propios del
cine estadounidense, yo creo que tendríamos que incluir las películas del oeste y los melodramones de amores
imposibles atravesados por enfermedades, adicciones o intervenciones en guerras
lejanas. Esta es la cuarta versión de uno de esos melodramones. Se ve que la fórmula funciona y que a los espectadores les gusta ver sufrir mucho. A mí sí me ha gustado esta película.
Sorprende la dirección de Bradley Cooper y también la
interpretación de la “novata” Lady Gaga a pesar de que pierde demasiado tiempo
en mohínes y morritos. Además, la peli tiene una excelente ambientación musical, inspirada
en la versión de 1976 pero rotundamente mejorada. Si hay que reprocharle algo es
el metraje tan excesivamente largo y que sea demasiado benevolente con la
industria de la música. Si pretendían actualizar un guion que tiene 80 años
podría haberse esforzado en mostrarnos cómo actúa hoy una megaindustria que, a veces,
fagocita a sus propios hijos.
Los primeros veinte minutos de la película sirven para
mostrarnos el estado ruinoso de Jackson Maine (Bradley Cooper), debido a sus
propias inseguridades, una infancia traumática, al abuso del alcohol y las
drogas y a un éxito no bien digerido. Sentimos, a través de la vacilación y el vértigo que nos muestra la cámara, el abismo al que se asoma. Le vemos deambulando con su chófer por la
ciudad, hasta encontrar un bar de drag queens, donde es recibido como la
estrella que es, a pesar de que la música country sea más propia de machotes que
de drags. Allí conoce a Ally (Lady Gaga) con una voz prodigiosa y un físico imponente
que no encaja con los criterios de la industria musical. Aquí el guion podría haber
sido más crítico respecto a la implacable inspección y a la desorbitada exigencia
que el aspecto físico de las mujeres sufre si quieren llegar a triunfar en el mundo del
espectáculo. Pero el guionista ha pasado de puntillas.
Ally tiene mucho talento para la música y Jackson no duda en
incluirla en su espectáculo. Aquí el guion se parece demasiado a Cenicienta y al
Príncipe Azul que cae irremediablemente prendado de ella después de un
encuentro fugaz, durante una noche en la que desaparecen el mundo y todos sus
problemas y todo empieza a ser más previsible. Jackson acentúa su declive y
Ally comienza a despuntar como estrella, pero el amor sigue allí, uniéndoles.
Hay personajes secundarios que se encargan de ponerles los
pies sobre la tierra, especialmente dos de ellos, antagónicos. El hermano de
Jackson que por edad más bien podría ser su padre, interpretado por Sam Elliot,
representa la superación frente a la amargura. También intentó hacer carrera
musical, pero cuando empezaba a triunfar fue desplazado por el éxito de su
propio hermano. Aun así, no se deja invadir por el rencor y ha permanecido fiel
ante los primeros signos de decadencia.
El otro, Rez (Rafi Gavron) es el representante que se
interesa por Ally y se encarga de hacer girar su carrera y encaminarla hacia un
éxito pop más fácil, más industrial, más popular. Para él, Jackson pone en
peligro su inversión en Ally y no duda en darle la puntilla cuando está
empezando a remontar. Aquí podía haber aprovechado el guionista para delinear
un personaje todavía más codicioso e interesado y una industria más abusiva.
El desenlace, aunque es sabido, no deja de emocionar y, en
cierto sentido, ver a Ally, en un teatro frente al público, en un homenaje hacia
su marido y con un peinado similar al que lucía la noche en que le conoció es intuir
que, al final, el amor ha triunfado y Ally no va a renunciar a una carrera más personal, sin dejarse mangonear por la
industria. En resumen, una buena película de corte clásico, un melodramón a la altura de lo que se espera y que va encaminado hacia la alfombra roja de
los óscars.
Dirección: Bradley Cooper
Guion: Will Fetters, Bradley Cooper, Eric Roth, William A. Wellman, Robert Carson.
Música: Lady Gaga, Bradley Cooper, Luke Nelson, Mark Ronson.
Fotografía: Matthew Libatique
Intérpretes: Bradley Cooper, Lady Gaga, Sam Elliott, Rafi Gavron, Andrew Dice Clay.
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