La autora.-
Alice Munro se crió en una pequeña granja en Wingham
(Canadá) y empezó a escribir muy joven. Superó la muerte de una de sus tres
hijas escribiendo relatos. Creo que fue ella quien dijo que le resultaba más
fácil abordar un cuento que una novela porque necesitaba dedicar tiempo a sus
hijas, como todas las madres. También regentó una librería de pueblo y fue profesora
de universidad. Fue Premio Nobel en 2013 y ganó tres veces el premio Governor
General’s Award. Otras obras suyas: La
vista desde Castle Rock, Demasiada felicidad y Mi vida querida.
Mi opinión.-
No me gustan los libros de cuentos. Prefiero leer los
cuentos uno a uno, como obras completas que no pertenecen a una antología por
temática o por cualquier otra razón. Si por mí fuera pediría a las editoriales
que los publicasen individualmente, en formato libro y con unas buenas
ilustraciones y un buen estudio. Así, tomados individualmente, se pueden rumiar
durante días.
Eso es lo que he estado haciendo con The Progress of Love. Rumiarlo pacientemente para sacarle todo el
jugo. Lo he leído en castellano y también en inglés con audio. La
interpretación cambia completamente si lo escuchas o si lo lees por tu cuenta. Hay
matices que ni siquiera habías imaginado. Al menos a mí me resulta muy
diferente.
En The Progress of
Love la autora se enfrenta a la fragilidad de la memoria y a cómo tomamos
decisiones que después tenemos que asumir, basándonos en impresiones, recuerdos
e, incluso, en hechos inventados que, no obstante, juraríamos que fueron reales. Pequeñas traiciones de nuestro cerebro o más
bien serían trampas o bromas que nos gastamos a nosotros mismos y acabamos
pagándolas caras. O quizá no, simplemente son decisiones que nos llevan por un
sitio o por otro pero que, en cualquier caso, hacia el mismo lugar, un destino
inevitable marcado, no se sabe por quién, incluso antes del nacimiento.
Los cuatro personajes importantes de este libro son mujeres
y siguiendo su vida se cierra un círculo. Empieza con una Euphemia, la madre de
Marietta y Beryl, y termina con otra Euphemia, la hija de Marietta y sobrina de
Beryl. En ese círculo quedan inscritas las diferencias entre las relaciones
amorosas de los años 1930, 1950 o 1970. Del matrimonio para toda la vida a la
posibilidad del divorcio, de las relaciones consideradas como inquebrantables a
las relaciones emocionales que hay que cuidar para que no se rompan. También se
ponen de manifiesto las diferencias de las relaciones entre padres e hijos. En definitiva también la evolución de la vida: de la pobreza y la religiosidad de los años 1930 hasta el bienestar y la libertad de pensamiento de los 1970.
Hay un hecho fundamental en la vida de la primera Euphemia
que sus hijas, Marietta y Beryl, recuerdan de manera diferente. Este hecho
supuso que las hermanas no se criasen juntas después de la muerte de la madre
cuando eran niñas. Y este hecho también influyó de una manera determinante en
la vida de la segunda Euphemia. Aunque al final, los lectores tampoco llegamos
a saber cuál de las dos versiones fue la real, lo que queda claro es que ambas
versiones tuvieron sus consecuencias y la primera de ellas fue la separación
involuntaria de las dos hermanas.
Eso me recuerda al Teorema de Thomas, un principio
fundamental en sociología. Dice que Si
alguien define una situación ficticia
como real, ésta terminará siendo real en sus consecuencias. Es decir que,
algo inventado tendrá consecuencias reales y no sólo consecuencias ligeras sino
de las que cambian la vida de las personas, para bien o para mal.
Su estilo es muy claro e intimista. Describe la pobreza en
la que viven los personajes con pinceladas muy sutiles pero contundentes. Lo
cotidiano se llena de significado y es el marco psicológico idóneo para que los
personajes desarrollen sus dudas, miedos y frustraciones. Muy recomendable.
The Progress of Love
Ed. Pons
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