A mediados del siglo XX surgió en Estados Unidos y Reino
Unido, como reacción al movimiento expresionista abstracto, el Pop Art. La traducción literal sería
Arte Popular. Eso es lo que pretendían estos artistas. Popularizar el arte que
el movimiento expresionista abstracto estadounidense ponía, de forma elitista,
al servicio de una determinada clase social. Quizá los expresionistas abstractos
no buscaban una clase social definida por el dinero, pero sí definida por sus conocimientos
intelectuales. No cabe duda de que los expresionistas abstractos necesitaban para
desarrollarse un público muy culto, muy formado intelectualmente.
Al contrario, los artistas pop pretendían hacer cultura
popular, con objetos cotidianos, colores brillantes y técnicas que permitiesen
la repetición de la obra de arte en serie. No por ello, pueden considerarse
frívolos ni considerar que habían olvidado las escuelas artísticas precedentes,
ya que en sus obras pueden verse claramente influencias del surrealismo y sobre
todo del dadaísmo. Únicamente, querían romper esa barrera elitista e
intelectual que los expresionistas abstractos habían creado y poner al servicio
de la gente popular imágenes con un valor artístico. Aunque, irónicamente,
cuando ya se consolidaron como artistas su caché no estuviese al alcance de la
mayoría.
Andy Warhol |
Esta exposición de Ibercaja contiene obras de cinco autores
muy representativos y lamentablemente, ninguno de ellos es mujer. Denominador
común de todos los autores es su multidisciplinariedad y, a pesar de sus egos,
la capacidad para colaborar entre todos ellos.
Roy Lichtenstein |
No se podía empezar esta exposición de otra manera. Andy
Warhol es el primer autor que nos encontramos. Warhol pasó su infancia muy
limitado por la enfermedad de Huntington y como distracción coleccionaba fotos
y carteles de las estrellas de Hollywood. Su mayor deseo era convertirse en una
de ellas. Para ello se trasladó a Nueva York y empezó a trabajar en la
profesión de moda de los años 1950, publicista. Años más tarde se consolidó
como artista multidisciplinar y creó The Factory,
su estudio. En esta exposición el color de las paredes se ha pintado de gris plata tal y como era este estudio. Un sencillo homenaje.
De su paso por el arte publicitario le quedó la idea de
repetición asociada a objetos cotidianos y también a personas, principalmente a
personas famosas. De ahí sus retratos de Marylin Monroe o de Jackie Kennedy, genuinas
representantes de la vida glamurosa que Warhol tanto había admirado. Más allá
de estas series sobre la Coca-cola o las sopas Campbell o sobre famosas y
vacas, Warhol siguió en cierto sentido vinculado a la forma de diseño
publicitario. Con trazos rápidos e imágenes incompletas o simplemente esbozadas
también componía retratos y reelaborando imágenes sacadas de la prensa producía
obras muy críticas como su serie sobre la pena de muerte.
Roy Lichtenstein es más conocido por su reinterpretación de
la estética del cómic aunque había comenzado su carrera como expresionista
abstracto y tuvo un breve periodo como constructivista, sin embargo renegó de
estas tendencias y destruyó las obras correspondientes a esa época. Su estilo peculiar se concentró en ampliar escenas aisladas
de las viñetas de los cómics para obtener una pintura de tamaño convencional y reproducir
a mano su punteado característico, los puntos ben-day. Posteriormente, sus ayudantes se ocuparían de esto
utilizando una plantilla especial, pero el punteado de sus primeros cuadros lo
realizó él mismo con pincel.
Representó en estas imágenes al prototipo de chica
estadounidense, rubia, sana, de ojos y piel muy claros pero en actitudes de
desvalimiento y frustración. Incluía en ellas también las onomatopeyas propias
del cómic y, homenajeaba a Picasso recreando sus pinturas con jóvenes rubias. En
el Reina Sofía se puede ver una de sus esculturas que representa un trazo. De
toda esta exposición, mi pieza favorita es Red
lamp. En su aparente simplicidad
yo puedo ver y sentir la soledad de alguien.
Robert Rauschenberg es el artista que más me ha sorprendido.
Aparentemente no tiene mucho en común con los demás. Sus pinturas y collages
son mucho más sombríos, evitan los colores vivos de los otros artistas pero sí
que incluyen objetos cotidianos y por supuesto un discurso irónico respecto a
la sociedad de consumo. Aun así son de comprensión menos inmediata, requieren
una reflexión diferente. Se formó como farmacéutico y sus conocimientos sobre
química facilitaron la creación de una pintura acrílica de secado muy rápido
que fue utilizada por estos autores.
Este tríptico es un autorretrato y es una de las piezas más representativas
de la complejidad de su obra.
Robert Clark firmaba sus obras como Robert Indiana. Había
nacido en ese estado en 1928. Sus obras no están tan relacionadas con el
consumismo y los mass media como las de otros autores pop, sin embargo,
mantienen una estética parecida. Se hizo famoso con su serie de pinturas,
esculturas y serigrafías que incluían la palabra LOVE que supuso un punto de
inflexión en su carrera debido al enorme simbolismo emocional que volcó en
estas obras. Estos artistas tenían por costumbre pasear y vagabundear buscando
su fuente de inspiración. En uno de esos paseos, Indiana encontró unas viejas
planchas troqueladas del siglo XIX que servían de plantillas para hacer números
y empezó a incorporarlas en sus obras.
En el año 2008, con más de 80 años, colaboró en la campaña
presidencial de Barack Obama. Para ello diseñó, de forma muy similar a su serie
LOVE, una serie con la palabra HOPE como núcleo central porque como él mismo dijo
quería sembrar el mundo con esperanza. En
esta exposición se puede ver también un homenaje a Picasso.
Keith Haring es el último de los artistas incluidos en esta
exposición. Había nacido en Pensilvania y se formó como artista callejero
(algunos consideran el Street Art
como parte del Pop Art). Haring había estudiado semiótica en la
universidad y sabía que los signos podían tener tanto significado como las
palabras y que serían accesibles si el receptor conocía el código
correspondiente. Sus obras más conocidas son figuras muy simples, de trazo
grueso, colores vivos y alegres; sin embargo, también tiene una vertiente más
oscura. Hay en esta exposición parte de esas obras que abordan temas preocupantes
para el ser humano y que inició una vez que le fue diagnosticado sida: la
religión y el poder, el abuso, la muerte.
Ibercaja. Patio de la Infanta.
C/ San Ignacio de Loyola, 8, Zaragoza.
Hasta el 26 de mayo
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