La autora.-
Nació en Rabat donde realizó sus primeros estudios para
trasladarse después a París y continuar en el Instituto de Estudios Políticos,
especializándose en medios de comunicación. Ejerció como periodista durante
unos años y publicó su primera novela en 2014. Con su segunda novela Canción dulce obtuvo el Premio Goncourt
en 2016.
Mi opinión.-
Esta novela me ha recordado constantemente a El extranjero de Albert Camus,
especialmente por la distancia emocional que manifiesta su personaje principal,
Louise. Es una novela que, también, aborda la frustración de la maternidad. De
alguna manera, Myriam y Louise son dos facetas contrapuestas pero interrelacionadas
de enfrentarse a la maternidad y los cuidados.
La familia vive en un bonito edificio de la Rue d'Hauteville |
Ya en el primer capítulo se plantea la tragedia, lo que
queda por averiguar a partir de entonces es el por qué. Y esto resultará
frustrante porque no llegaremos a saberlo al final de la novela. Quedará
entonces a la interpretación de cada cual. Los motivos de Louise encuentran su
explicación en su enfermedad mental, en cierta fobia social o, quizá, en su resentimiento
hacia Myriam.
Louise vive lejos del centro de París y de la familia |
Myriam lleva, aparentemente, una vida idílica de la que está
asqueada. En unas pocas páginas somos conscientes de que la dulzura del hogar la agobia, que su burbuja de protección acabará por
ahogarla, y que la maternidad resulta una
devastación absoluta, “me están comiendo viva” dice en la página 22. Era
una joven y prometedora abogada que abandonó su profesión para formar una
familia junto a un marido que se ha vuelto totalmente indiferente.
La familia y Louise van de vacaciones a Grecia |
Así que cuando se le presenta la oportunidad de volver a
trabajar la coge sin pensarlo. Y se entrega al trabajo, sin medida, tal y como
ha hecho con la maternidad y vuelve a ser mujer, a ser una persona, a no ser
sólo una madre. Pero para poder sobrellevar su nueva vida necesita una canguro
que se ocupe de sus hijos. Myriam es de origen magrebí y sin embargo mantiene
prejuicios respecto a las niñeras extranjeras; por eso, Louise y su tez blanca
y sus buenos modales y su pequeña estatura y su sonrisa candorosa le parece una
buena elección. Una niñera blanca y francesa.
Melancolía delirante. |
Louise se convertirá poco a poco en la ayuda perfecta, tan
indispensable como invisible, tan entregada a su trabajo como Myriam lo está al
suyo. Demasiado entregada, tanto que casi da miedo. ¿Por qué lo hace? Louise ha
vivido demasiadas carencias emocionales. En la infancia, en la juventud y
también en su madurez. Y parece que está decidida a que no se vuelva a repetir.
Necesita a esta familia pero empieza a sospechar que la familia pronto no la
necesitará. Es aquí donde no coincido con la autora.
La autora considera que la fuente de los problemas de Louise
son sus carencias emocionales y un trastorno definido como melancolía
delirante, un trastorno depresivo mayor que suele pasar desapercibido, pero del
que encontramos rasgos claros en la novela. La carcasa de pollo es, sin duda, uno de ellos (página 198). Sin
embargo, yo creo que hubiese sido mucho más interesante para el desarrollo de
la novela que la tragedia se hubiese producido por las diferencias de clase y
origen entre las dos mujeres y no en un trastorno mental.
La pareja podría ser así. BoBos parisinos, burgueses bohemios. |
Hubiese sido una buena ocasión, como occidentales, para
enfrentarnos al hecho de que no todos los peligros que nos acechan llegan con
la inmigración. Que seguimos manteniendo estructuras sociales que nos marcan y
que excluyen a la mayoría de la población de un bienestar socioeconómico y emocional
necesario para la vida; pero, a pesar de esto, podemos decidir nuestro destino.
Sí, la mayoría estamos expuestos a un contexto hostil, tenemos frustraciones
pero la mayoría no matamos, ¿o no? De cualquier manera, es una gran novela que, como he dicho
al principio, recuerda a los clásicos y cuestiona el lugar de las mujeres en la sociedad y su explotación. Tanto el personaje de Myriam como el de Louise sufren las consecuencias de su pertenencia al género femenino. Utiliza n lenguaje muy medido, austero y sencillo para relatar dulcemente situaciones brutales. Se me castigará por no
saber amar, dice Louise. En la línea de Albert Camus y también de
Marguerite Duras y en una edición muy cuidada de Cabaret Voltaire.
Canción dulce
Leila Slimani
Traducción: Malika Embarek López
Ed. Cabaret Voltaire
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