La autora.-
Marguerite Duras nació y vivió su adolescencia en Saigón
cuando parte del Sudeste asiático era colonia francesa, quedando reflejada esta
circunstancia en varias de sus obras. Se trasladó después a estudiar a París y
cuando estalló la II Guerra Mundial se incorporó a la Resistencia contra la
invasión nazi. Fue también guionista y directora de cine y Premio Goncourt.
Otras obras suyas: Un dique contra el
Pacífico, La amante inglesa, El amante de la China del Norte.
Mi opinión.-
Leí esta novela en el momento de su publicación en España y
en la traducción de Ana María Moix y me quedé con la historia erótica. Hoy que
he vuelto a leerla he descubierto que hay otra historia más trascendente. La
historia familiar marcada por el fracaso y la pobreza, por la brutalidad y la
muerte. Por curiosidad he contado las páginas que dedica a una y otra y el
resultado es Erotismo 38-Familia 55. Sin
embargo, recordamos con mucha más intensidad la historia erótica. Somos así de
morbosillos.
Sin embargo, en esta segunda lectura, el personaje de la madre
me ha parecido mucho más importante que el del amante. Una mujer que pensó
hacer fortuna en las colonias y que fracasó estrepitosamente. Todavía
relativamente joven se quedó viuda con los tres hijos pequeños y después de
intentar varios negocios, varias explotaciones agrarias todos resultan ser una
ruina. Se ve abocada a la pobreza y la vergüenza delante de sus familiares y
todo ello condiciona la relación con sus hijos. Dos chicos y una chica.
Respecto a la hija, la madre duda. No sabe si avergonzarse
de ella por la relación que mantiene con el chino o empujarla a que siga
teniendo esa relación para que pueda escapar de la pobreza; le permite llevar un viejo vestido de seda que, con la humedad y el calor, se pega a su piel contorneando su cuerpo y exhibiéndolo a los ojos de todos y exige a la directora del internado donde vive su hija que le dé libertad.
De los tres hijos,
sólo el menor tiene nombre, Paul. El hijo menor es sensible y enfermizo. Morirá
pronto. El hijo mayor, en cambio, es el preferido de la madre, quizá porque piensa que él está obligado a sacarla de la miseria. Sin embargo, es violento, jugador empedernido, fumador de
opio y futuro delincuente y colaboracionista con el régimen nazi, capaz de robarle y de sumirla todavía más en la desesperación. Es un
abusador que no dudaría en explotar la belleza de su hermana como prostituta y
tampoco en matarla de una paliza si esto se supiera. De alguna manera, durante toda la narración se percibe la
presencia del destino y de la predeterminación y del intento reiterado e inútil
de trasgredir y romper con esa predeterminación. Ni siquiera trasgredir el
orden establecido, nos facilita la escapatoria de lo que está escrito para cada
uno de nosotros. La protagonista tiene 15 años cuando comienza su relación con un
hombre de 26; son de clases sociales y de razas diferentes. En definitiva,
todos los obstáculos posibles para que la relación que, ninguna de las dos
familias considera conveniente, no prospere.
Marguerite Duras escribió
años más tarde El amante de la China del
Norte en la que insistía en la misma historia y que he vuelto a releer
también. En esta segunda novela, la escritura es más luminosa. Aparecen las
mismas escenas, recreadas y ampliadas, y los mismos personajes excepto Thanh,
un sirviente prohijado por su madre y que parece ser de la misma edad que los
hijos que en la primera novela no salía. La niña muestra su deseo no consumado
también por este personaje. Además, sí que la niña confiesa en esta segunda
novela el amor incestuoso por el hermano pequeño y también su enamoramiento de
Hélène Lagonelle. El personaje más cambiado, no obstante, es el chino. Se
muestra como un hombre más adulto aunque sigue estando abrumado por la pérdida
de ese gran amor, mucho más dolido que la niña.
También se hizo una
adaptación al cine de la primera novela con la que la autora no estaba
conforme. En esa adaptación del año 1992 el director, Jean Jacques Annaud, se
centró casi exclusivamente en la historia erótica, recreándola visualmente de
manera explícita. Lo que la autora no hacía en el libro. En cualquier caso,
recomiendo leer la novela y ver la película para comparar. Yo me quedo con la
novela. De todas maneras, en la segunda novela, la autora dio indicaciones como
si se tratase de un futuro guion de cine.
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