jueves, 20 de mayo de 2021

Novela: Las malas de Camila Sosa Villada (2020)

La autora.-
Camila Sosa es una escritora y actriz argentina. Ha trabajado en cine, teatro y televisión. Ha recibido el premio Sor Juana Inés de la Cruz a la excelencia del trabajo literario de escritoras españolas, latinoamericanas y del Caribe por esta novela. Otras obras suyas: El viaje inútil, Tesis sobre una domesticación. 

Mi opinión.-
Las malas es una novela autobiográfica centrada en la experiencia de Camila Sosa como mujer transgénero, a finales del siglo XX, en una ciudad de Argentina. Se puede suponer que su vida no fue nada fácil. Desde el rechazo de su padre y de su entorno inmediato a las relaciones de pago, dominadas por el miedo, con otros hombres ya fueran violentos o no.

Un grupo de estos travestis, expulsados por sus familias, se reúne alrededor de la Tía Encarna, una puta trans de 178 años, que las acoge como madre. Ejercer la prostitución es, en esos momentos, una salida fácil y terrible, un compás de espera antes de poder llevar la vida que cada una de ellas quisiera. No obstante, cualquier situación es mucho mejor que seguir aguantando las palizas del padre y las burlas de los compañeros de clase.

El tono elegido por la autora para este libro oscila entre la realidad más cruda y ofensiva y el realismo mágico del bebé recién nacido y encontrado entre unas zarzas, unos matorrales con espinas que parece hacer referencia a Moisés o a Cristo o un realismo mágica personificado en los hombres sin cabeza. Una metáfora de los hombres del desierto, de los hombres exóticos, los hombres con turbante que por la guerra y el sufrimiento han perdido el juicio. Todo ello con un lenguaje muy duro y a veces poético.

Este libro, como crónica de un tiempo y un lugar concretos resulta doloroso y casi traumático. Unas escenas tan sórdidas parecen sacadas de los años 1950 aunque en realidad se desarrollen cerca del año 2000. Sin embargo, también puede entenderse como una ratificación de que las cosas están cambiando y de que ahora, al menos en el primer mundo, las jóvenes trans también pueden tener como referente la experiencia plasmada por Elisabeth Duval en Reina donde una joven estudiante de filosofía en París también tiene otros intereses y otras reivindicaciones que no nacen de su condición de ser mujer trans. Además, desde el punto de vista de la estructura literaria, yo creo que hay un excesivo número de personajes que sirven para alargar una trama y volverla reiterativa.

A mí confieso que me cuesta recibir en el feminismo a las mujeres trans que eligen un modelo de mujer que ya no me interesa. Ese tipo de mujer hipersexualizada y prefabricada para gustar a los hombres y, especialmente, a los hombres puteros. Por otra parte, vivimos un momento polémico en el feminismo (y en el resto de tendencias de la vida social) con la proliferación de leyes trans que priorizan el sentimiento individual, por encima del bienestar colectivo, y que apuestan por la autodeterminación de género sin ser muy consecuentes de las repercusiones que esto puede tener especialmente cuando el sujeto es un niño o niña o adolescente. Parte del problema creo que está en que las operaciones quirúrgicas de reasignación de sexo no proporcionan el bienestar que se pensaba que proporcionarían y, además, son muy costosas y pocas mujeres en el mundo pueden abordarlas; aunque, por otra parte también puede ser que, desde el punto de vista internacional, grandes corporaciones farmacéuticas estén ejerciendo como grupos de presión para "colocar" sus productos coadyuvantes para una transición sexual. Sin embargo, yo estoy segura de que no es suficiente que, una persona que no ha vivido las experiencias de exclusión que vivimos las mujeres aunque haya vivido otras, se autodetermine como mujer para que sea considerada como tal. Además, también cabe la posibilidad de que se abuse con la intención de cometer fraude. Tal viene ocurriendo en México, en el caso de esta noticia y esta otra aparecidas también en la prensa española: hombres simulando ser mujeres trans para acceder a cargos políticos. 

Es posible también que se esté produciendo un cambio generacional en el feminismo y que las feministas mayores ya no entendamos conceptos como el de género fluido, poliamor, género no binario, etc. A mí, sinceramente, me parecen conceptos muy de pequeñoburgués, occidental con la vida resuelta y posición acomodada; casi son conceptos que vienen de un ambiente de santones izquierdistas, poco conectados con la realidad de la mayoría. El tiempo ayuda a clarificar las cosas pero hasta que el tiempo pase hay que atender al sufrimiento de las mujeres, incluidas las mujeres trans, sin que ello suponga el desarme del movimiento feminista. La actitud tan beligerante de algunas mujeres trans y de algunas feministas, desde mi punto de vista equivocadas, nos lleva a una neolengua en la que las mujeres somos denominadas personas menstruantes o la leche materna se convierte en leche pectoral para no ofender los sentimientos de las mujeres y de los hombres trans. Todo ello con la intención de invisibilizar a las nacidas mujeres y eso no lo vamos a consentir. Porque, a ver, dejo esta pregunta en el aire: ¿se está poniendo de moda decir persona peneportante en lugar de hombre cis? No, pues eso. 

 

 

Las malas
Camila Sosa Villada
Tusquets Editores

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