miércoles, 29 de septiembre de 2021

Novela: Del color de la leche de Nell Leyshon (2012)

La autora.-
Nell Leyshon es una premiada novelista y dramaturga británica. Su obra de teatro Bedlam ha sido la primera obra escrita por una mujer y representada en el Shakespeare’s Globe Theatre. Durante mucho tiempo trabajó vinculada al cine y a la publicidad en televisión; pero, más tarde, decidió estudiar literatura y comenzar su carrera como escritora. Una buena decisión. Otras obras suyas: El bosque, El show de Gary. 

Mi opinión.-
Dice la autora que el germen de este libro surgió de su reflexión al trabajar con personas analfabetas; y fue, especialmente al conocer a una familia, compuesta por la madre y dos hijas, cuando fue consciente de las limitaciones de todo tipo que ellas tenían por no ser capaces de expresarse por escrito y por no poder acceder a informaciones mediante la lectura.

Así nació el personaje de Mary. Una adolescente que vive en una aldea inglesa, en 1830, en la granja propiedad de su padre. Su madre, sus tres hermanas mayores y su abuelo, ya impedido para el trabajo, son sus referentes más próximos. Todos ellos analfabetos y sometidos a la autoridad del padre propietario. Es una novela corta y muy intensa; es el testimonio de Mary y su punto de vista único. Resulta ser un personaje poderoso, ingenuo y muy verdadero.

A mí la novela me ha parecido sorprendente por varios motivos. En primer lugar, por el propio uso que hace de la escritura y de la grafía. Ya he mencionado que, tanto Mary como el resto de su familia son analfabetos, pero uno de los temas centrales de esta novela es precisamente, cómo y porqué aprende a leer y a escribir durante el último año. Esa es la gran conquista de su vida y en esa conquista tan breve, no va a tener tiempo de aprender una escritura más formal. Debido a esta prisa por aprender su manera de expresarse resulta muy infantil, utilizando profusamente la polisíndeton, repitiendo sin cesar conjunciones para enfatizar el significado de sus frases. Además, utiliza sólo las minúsculas, porque no le ha dado tiempo de aprender las dos versiones de las letras de nuestro alfabeto. Son unas frases muy cortas y muy explicativas, no exentas de poesía.

Y este es, en segundo lugar, otro motivo de sorpresa. La poesía que utiliza Mary en su testimonio escrito no surge de la mera contemplación, sino que tiene su origen en el libro que utiliza para aprender a leer. Mary ha vivido los últimos meses en casa de un vicario, cuidando a su mujer enferma. Es allí donde ha aprendido a leer y a escribir, utilizando como modelo la Biblia de la casa. Ahí creo que puede estar el origen de una escritura tan poética llevada a cabo por una mujer, una niña, hasta hace poco analfabeta y todavía violentada y maltratada.

El tercer motivo de sorpresa, por último, es que el verdadero tema de la novela o, mejor dicho, la verdadera función de la novela no tratar de la superación del aislamiento de Mary sino presentarnos la voz de una persona que, de otra manera, nunca la hubiera tenido. Leer y escribir, aprender a leer y escribir, le sirve a Mary para dejar el testimonio de una violencia atroz que vive desde su nacimiento y que, si no, se hubiese perdido. Mary ha matado a una persona y está esperando que la ejecuten, pero para ella es importante que un interlocutor, a quien no conocemos, sepa la verdad, los hechos objetivos. O, al menos, su verdad. éste es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano, con esta declaración de intenciones empieza esta novela.

Cuántas Mary habrán muerto desde 1830, defendiéndose de la violencia ejercida contra ellas, sin que se haya conocido su versión. Podríamos considerarlo como un verdadero feminicidio silenciado. Mary acepta su destino y no trata de justificar su explosión de rabia y el subsiguiente asesinato porque, lamentablemente, en ese destino mortal está su liberación. En realidad, esa es la única decisión que toma en su vida, convertirse en una tumba. No puede haber nada más doloroso pero ¿qué otra salida tenía? Ninguna. Siempre he pensado que los hombres jóvenes, los adolescentes varones en cualquier época, a pesar de ser analfabetos, han tenido oportunidades vitales para escapar de la violencia o para prosperar económicamente de las que las mujeres no han disfrutado nunca. Esa ha sido la mayor injusticia que hemos sufrido las mujeres.

Además, esta novela nos muestra en toda su crudeza las diferentes consideraciones que hombres y mujeres dan para el mismo hecho violento. Hombres y mujeres no definen igual qué es una violación; los hombres no entienden qué es una violación. El personaje del vicario es el que debe llevarnos a reflexionar sobre esto. El vicario no utiliza la fuerza física contra Mary porque no la necesita; pero sí que utiliza la violencia simbólica. Sí recurre al chantaje emocional, al reproche, a la amenaza y, en definitiva, al abuso de clase para conseguir lo que quiere de Mary. En fin, se trata de una novela de una gran dureza y que, en apenas 180 páginas da mucho para reflexionar. Muy recomendable.


Del color de la leche
Nell Leyshon
Traducción de Mariano Peyrou
Prólogo de Valeria Luiselli
Sexto Piso


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