Anacleto, Agente Secreto
fue un cómic creado por Manuel Vázquez que empezó a publicarse en 1964. Es una
mezcla entre James Bond y Maxwell Smart. De Maxwell Smart, el Superagente 86, ha tomado prestada la capacidad de improvisación y una habilidad natural para el desastre. Sin embargo, Anacleto es un hombre elegante, como Bond, James Bond. Traje,
camisa blanca y pajarita siempre impolutos, aunque esté caminando por el
desierto y lleve un cigarrillo siempre en la boca con la ceniza a punto de
caer. Se casó con una espía ya fallecida y tuvo un hijo, Adolfo, entrenado
desde la niñez para ser agente secreto también, aunque ni siquiera él no lo sepa. Ahora Anacleto, Agente Secreto también es una
película, dirigida por Javier Ruiz Caldera.
Imanol Arias interpreta a un Anacleto ya sesentón que, aunque él mismo
considera que es “demasiado viejo para esto”, todavía puede dar algunas lecciones. Así no se tarda en comprobar que está en
plena forma. Sigue trabajando para la misma agencia secreta y enfrentándose al malvado Vázquez, el peor malo o el mejor
malo de todos los tiempos; un malo muy malo (Carlos Areces), que ha escapado de
una cárcel situada en el desierto: ¿qué pinta un desierto en todo esto? Yo no lo recordaba pero el desierto es el hábitat natural de Anacleto (cosas de su creador).
El malvado Vázquez ha
amenazado al hijo de Anacleto. Adolfo (Quim Gutiérrez) es un niño de más de 30
años, aburrido, soso y comodón. Nunca ha sabido que sus padres eran tan
especiales, porque la verdad es que Anacleto ha sido un padre bastante ausente
que se hacía pasar por charcutero (pensar en cómo hacía desaparecer los
cadáveres de sus víctimas es para echar a temblar) y trabajaba en una masía. Ahora
Adolfo trabaja de segurata en unos grandes almacenes y no tiene mucho interés
en casi nada. Su jefecillo en el trabajo (Berto Romero) es además su mejor amigo
y el hermano de su novia y es tan soso, melindroso y pánfilo como Adolfo.
Alexandra Jiménez es Katia, la novia de Adolfo y está
bastante harta de él. Es médica y quiere irse de cooperante fuera de España a
vivir aventuras y escapar de su vida monótona. Aunque no entiendo cómo puede tener
una vida monótona teniendo como madre a Rossy de Palma (que secretamente trabaja para el malvado Vázquez); pero sí que entiendo claramente que quiera dejar plantado a Adolfo, porque el chico es un desustanciado. De
todas maneras, Katia no sabe que la aventura la va a tener muy cerca de casa
cuando el malvado Vázquez la secuestre.
Hacía mucho tiempo que no me reía tanto en un cine. Yo creo
que desde 8 apellidos vascos. El
guion se las trae: chiste sobre chiste y recontrachiste y todo trufado con los
gags correspondientes y guiños a las historietas de la España desarrollista de
los años 1960, que dejaba lentamente la posguerra y tenía ganas de reír. Parodia
y disparate equilibrados. Puro entretenimiento de calidad; ahora ya podemos
decir sin ninguna duda que Anacleto nunca
falla.
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