jueves, 17 de septiembre de 2015

Cine: Cenicienta de Kenneth Branagh (2015)

No me ha gustado la película. ¡Qué le vamos a hacer! Es una maravilla en decorados, vestuario, música, interpretaciones, fotografía, luz. Es la perfección, pero fría. No sé por qué directores del prestigio de Kenneth Branagh aceptan encargos de este tipo. Quizá sea porque son de presupuestos espectaculares y supone toda una proeza dirigir esas escenas con tantos actores y figurantes. Si no, no le encuentro explicación.

El cuento de Cenicienta ya se sabe cómo va. Aquello del zapatito de cristal y vivieron felices y comieron perdices. No hay en esta versión ninguna innovación, ni reinterpretación ni relectura de viejos mitos. Todo está muy bien, pero tiene poco corazón. ¡Menos mal que no cantan!

Podríamos esperar que después de tantos siglos Cenicienta hubiera aprendido un poco de la vida, pero sigue igual. Facilitando el abuso, con su generosidad y buena disposición para que le den una patada en el culo. Menos mal que aparece el hada madrina (Helena Bonham-Carter) para contrarrestar la mala baba de la madrastra y sus catetas hijas. Pero Cenicienta, ¡ya te vale! ¡Te pinchan y no te sacan sangre! Eres la sosa más sosa entre todas las sosas. Bueno no, perdona. El príncipe te gana. Además para terminarlo de arreglar hasta el zapato (que ha costado un pastón de la hostia) es feo de cojones. ¡Horroroso! 


Pero, ¿quién destaca entre todo este despliegue de perfección un pelín hortera? Ella, la madrastra. La encarnación del mal y del egoísmo que sólo quiere una vida mejor para sus (desastradas) hijas. La madrastra una mujer bella e inteligente que no pudo estudiar (porque no era cosa para señoritas de buena familia), que se casó obligada-persuadida con el primero que llegó (porque las señoritas de buena familia no puede conocer a muchos hombres), que tuvo dos (fantoches) de hijas que le complican la vida (porque las señoras de buena familia no disponen de medios para prevenir embarazos no deseados) y que enviudó porque tuvo esa suerte, pero al mismo tiempo se quedó sin ingresos y desprotegida frente al mundo cruel, cruel para ella y para las hijas de sus desvelos que todavía tenía que colocar. ¡Así cómo cojones se puede ser buena! Al final en la carrera por la supervivencia no me extraña que termine atropellando a la dulce-buena-generosa y pedorra de Cenicienta. Pero la maldad de la madrastra se debe sólo a eso, ¡supervivencia en un mundo hostil! Ella, la bellísima madrastra, es Cate Blanchett. ¡Qué no haría una madre por sus hijas, aunque sean dos zopencas!



Espectacular la película, tanto como una pompa de jabón vista a la luz de la luna, y tan vacía de contenido como ella. Cada generación tiene su Cenicienta clásica, así que ésta no es la mía (ni falta que me hace), pero tampoco quiero que sea la Cenicienta de las niñas y adolescentes de hoy. Prefiero que se parezcan a la madrastra, pero por favor que utilicen todo su carácter, su fuerza y su inteligencia para gobernar su vida y no amargar la de los demás. 

El horroroso zapato

Director: Kenneth Branagh
Guion: Chris Weitz (cuento de Charles Perrault) 
Intérpretes: Lily James, Cate Blanchett, Helena Bonham-Cartes, Richard Madden y Derek Jacobi

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, deja tu comentario