jueves, 9 de marzo de 2017

Museo Diocesano de Jaca (Huesca)

Jaca fue la primera capital del reino de Aragón, proclamada como tal por Sancho Ramírez en 1077. Este rey le otorgó el fuero jaqués que facilitó el establecimiento de comerciantes del otro lado del pirineo. Así se constituyó en centro para ferias y para el mercado semanal. Al mismo tiempo el infante García, hermano de este rey, fue proclamado obispo de la diócesis.


No hay que olvidar que la frontera superior de Al-Ándalus estaba en Jaca y que la Reconquista iba paulatinamente avanzando. Así Jaca fue centro político, militar, religioso y económico del reino de Aragón. Sancho Ramírez mandó también construir la catedral de San Pedro, en estilo románico. El Museo Diocesano de Jaca ocupa hoy el claustro de esta catedral.

Sala Bagüés. Ábside
Destaca por la colección de pintura y escultura románicas; todas ellas provenientes de las pequeñas iglesias y ermitas pirenaicas y también de la propia catedral. Dentro de esta colección merecen una mención especial las pinturas de la Sala Bagüés, el conjunto de pintura románica mayor de Europa, datada en el año 1100 y que se encontraba hasta los años 1970, en la iglesia de los santos Julián y Basilisa de Bagüés.

Sala Bagüés. Ábside
En realidad se trata de una Biblia pintada al fresco, para que los iletrados pudieran seguir las sagradas enseñanzas. Desde la creación de Adán y Eva, hasta la ascensión de Cristo resucitado. Esta magnífica Biblia puede leerse desde la parte superior izquierda hasta la parte inferior derecha de la nave, en espiral descendente. Como si se tratase de un cómic, los principales momentos de la historia bíblica se disponen en viñetas, perfectamente reconocibles. En la parte inferior del altar está la crucifixión, en un nivel intermedio los apóstoles, algunos de ellos reconocibles por llevar su nombre escrito, y en la superior el pantocrátor, muy deteriorado.



Se cree que el maestro de Bagües fue un artesano procedente de Poitiers y en la iglesia todavía puede verse el resto de las pinturas que, en su momento, no fueron arrancadas. En la escena del prendimiento de Cristo vemos un ejemplo de la gran expresividad y dramatismo de estas pinturas, San Pedro corta la oreja de Malco y este demuestra un gran sufrimiento, rompiendo con el hieratismo propio del románico.


Pero existen también otras salas con pinturas muy relevantes como el ábside de la Iglesia de San Juan Bautista de Ruesta o la adoración de los reyes magos de Navasa de finales del siglo XII, donde todavía no figura un rey negro. En cuanto vi la primera figura por la derecha, pensé que podría tratarse de la representación de una reina maga. Sin embargo, la guía nos explicó que en esa época se representaban las tres edades de un hombre: juventud, madurez y vejez. Yo prefiero seguir pensando que es la representación de una maga.



Al comenzar la restauración y el traslado de las pinturas de Ruesta, se descubrió una pintura previa de la que sólo se conservaba la cabeza de este Cristo. Muy sencilla y expresiva. Es posible que, en su momento, se encargase la pintura a un artesano que no gustó y después se pintasen encima las imágenes definitivas.



También es muy interesante la sección de escultura románica. No sólo las tallas en madera de cristos y vírgenes principalmente, sino también los capiteles en piedra. Entre las tallas yo, sin ninguna duda, me quedo con la Virgen de Iguácel. Es una imagen preciosa, de virgen trono, pintada con una delicadeza especial. Se puede ver su flequillo rubio que asoma por debajo de la corona y las pestañas perfectamente dibujadas; su vestido y manto están adornados con flores. Tiene una sonrisa triste y la mirada perdida.



El capitel del rey David y los músicos ha sido restaurado recientemente y colocado en el museo, antes estaba en la catedral. Destaca por la variedad de instrumentos musicales que pueden reconocerse, incluyendo la llamada flauta jaquesa, un instrumento de viento en zigzag que no tiene demasiadas representaciones. 




Aquí se puede escuchar como sonarían los distintos instrumentos. 


Otro capital valioso es el llamado del sátiro, por una figura tallada con especial delicadeza y decorado también con un león y un ave fénix. Ésta última hace referencia a la resurrección de Cristo.

El Ave Fénix
El sátiro
Aquí se puede ver un vídeo de la restauración.


En la planta superior del museo se puede seguir contemplando pintura gótica y también barroca. Merece la pena visitar este museo con mucho detenimiento. Una verdadera joya. 

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