La Cartuja Baja de Zaragoza debería figurar en uno de esos listados
de sitios singulares. Fue convento de cartujos y se abandonó durante la
desamortización de Mendizábal; después fue ocupándose poco a poco hasta
constituirse como pueblo y actualmente es un barrio de Zaragoza. Después de
esta vida tan ajetreada todavía conserva la fisonomía de una cartuja.
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La portada barroca |
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El único torreón que se ha conservado como los originales. |
La Orden de Chartreux o de los Cartujos fue fundada por San
Bruno en el año 1084. Es una orden contemplativa, muy austera y dedicada a la
oración, el estudio, el silencio y el trabajo. Todavía quedan varias cartujas
en activo en el mundo; algunas de ellas ocupadas por otras órdenes. Todas ellas
se proyectaban igual. Un recinto cerrado por muralla de ladrillo con torreones,
una portada de acceso, la iglesia en un lugar central, la procura y la
hospedería, las celdas de los monjes y claustros, talleres y huertos. En la Cartuja
Baja todos estos elementos todavía son perfectamente reconocibles.
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Un cartujo, un poco siniestro, da la bienvenida |
Alonso de Funes y Villalpando, descendiente de los barones
de Quinto, y su esposa Jerónima Zaporta, nieta del rico comerciante Gabriel
Zaporta y de Sabina Santángel, mercaderes que dejaron en Zaragoza el Patio de
la Infanta, del que hablaré otro día, dispusieron en su testamento la fundación
de una Cartuja en Aragón. Consta que en el año 1634 ya se habían firmado las
capitulaciones aunque la construcción y la ocupación de la Cartuja fueron muy
posteriores. En un principio se instaló cerca de Alcañiz, bajo la advocación de
la Inmaculada Concepción pero en 1651 se trasladó a las proximidades de
Zaragoza y no fue fácil. Muy preocupados estaban los monjes por la provisión de
pescado.
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La iglesia y detalle del atrio |
"Lo de fundar dentro del reino de
Aragón fue disposición del señor don Alonso, muy justo y prudente, y así se ha
de estimar la de su mujer que quiere lo mismo...La señora mucho ha deseado que
fuese cerca de Çaragoça, confiando goçar de lo se hiciese en vida. No faltan
inconvenientes en ello y no pocos. El mayor es la excesiva subida del precio
del pescado, la competencia de proveerse del con Aula Dei, el estar dos
cartuxas tan juntas ... si es cerca de la ciudad la frequencia de los seglares
ha de ser molestísima ... Porque no es porquería...el beneficio que se suele
seguir de benefactores ricos como los que ha experimentado Aula Dei por la
vecindad y los experimentan las casas que están cerca de ciudades… Mucho nos
has aconsejado que busquemos puesto en las faldas del Moncayo; otros ...cerca
de Taraçona...; otros, y son muchos, que había en Alcañiz; pero ... sea donde
fuera sólo suplicamos por reverencia de Dios que miren sea sano, alegre para
los paseos de los religiosos, que no falte provisión de pescado, ni agua
suficiente. Escarmienten en lo que padecen otras casas por falta desto, que
todo es menester sin faltar una dellas para una cartuxa." (reflexiones del
padre Luis Vera, encargado de la puesta en marcha de la fundación de la Cartuja
de la Inmaculada Concepción, en relación al futuro lugar de ubicación del
monasterio (31-I-1635), Archivo Histórico Nacional, Sección Clero, legajo 8585).
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La nave de la iglesia y la bóveda con lunetos |
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Trampantojo |
La Iglesia se consagró en 1731 y la totalidad de la Cartuja
no se terminó hasta 1767. Más de un siglo de problemas hasta que se pudo
habitar normalmente durante apenas 50 años. Durante la Guerra de la
Independencia fue Cuartel General del Ejército de Napoleón y aunque los monjes
volvieron brevemente después de terminada la ocupación, en 1835 la abandonaron
definitivamente como consecuencia de los decretos de Mendizábal. Tierras y
dependencias se subastaron en lotes y fueron adquiridas por colonos que las
realquilaron. Sufrieron muchas transformaciones, pero hoy todavía su estructura
original es reconocible.
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Los claustrillos han sido totalmente reformados |
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Pero todavía quedan vestigios de pintura |
En 1982, fue declarada Conjunto de Interés Cultural por el
Ministerio de Cultura y a partir de entonces se hicieron obras de consolidación
y rehabilitación, principalmente de la iglesia de planta de cruz latina, tiene
una sola nave y bóveda con lunetos. Se han rehecho los pavimentos y zócalos
cerámicos y también se han recuperado las pinturas y los trampantojos, con imágenes de cartujos y celosías. La iglesia
es ahora muy luminosa.
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La celda del prior |
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La parte de atrás de la celda de un monje, hoy una vivienda unifamiliar |
Como la construcción del Conjunto se dilató tanto en el
tiempo, Elena Barlés, profesora de la Universidad de Zaragoza y experta en
cartujas, afirma que se pueden reconocer fácilmente tres tipos de barroco. Un
barroco sobrio en la fachada de la portería, otro más recargado en el atrio de
la iglesia y en el interior, uno más influido por líneas más suaves.
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El claustro mayor reconvertido en parque municipal. |
De los claustrillos laterales quedan vestigios de las arquerías;
pero el claustro mayor se ha destinado ahora a parque público. La mayoría de las
celdas de los monjes han desaparecido; queda, sin embargo, la celda del prior y
otra más austera que son viviendas unifamiliares muy cotizadas actualmente.
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El pavimento de la iglesia da un poco de vértigo
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En 1734, la Cartuja de la Concepción era así.
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