lunes, 14 de octubre de 2019

Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena. Zaragoza, 2019.


Las primeras noticias que hacen referencia a esta parroquia son muy cercanas a la fecha de la reconquista de Zaragoza por parte de Alfonso el Batallador. Ya en 1126 se la nombra como Santa María Magdalena, aunque no se trata del templo actual, que es de 1437 en estilo mudéjar y, además, con una gran reforma interior barroca.



Mantiene la estructura de iglesia-fortaleza por su proximidad con la muralla medieval de la ciudad. En la actual portada principal se sitúa una escultura del siglo XV en alabastro de María Magdalena muy estropeada y atribuida a Gil Morlanes. En 1670, la iglesia se encontraba bastante deteriorada y la torre había sido alcanzada por un rayo, así que se inició la reforma barroca. Se respetó la estructura original de nave única con tres tramos y unas capillas poco profundas en el espacio de los contrafuertes, pero la decoración y sobre todo la orientación de la iglesia cambiaron, abriéndose la actual portada de piedra negra de Calatorao en lo que antes era el ábside poligonal de siete lados.



En los siglos XIV y XV ya se habla del estudio lindante con la parroquia y de la presencia de los estudiantes y maestros en las proximidades. Así, a finales del siglo XVI con la creación de la universidad de Zaragoza pasó a convertirse en la parroquia de los estudiantes y se cree que por eso se cambió su orientación hacia la universidad, para facilitar la entrada de los estudiantes en el templo.




La torre es de planta cuadrada, similar a las turolenses, y está construida como los alminares almohades, dos torres concéntricas conteniendo la escalera y en el espacio de la torre interior se habilitaban estancias que se utilizarían como almacenes. Tiene tres cuerpos, los dos últimos son los más decorados con arcos mixtilíneos, rombos y cerámica. En el siglo XVII se le añadió un chapitel barroco que desapareció con la reforma de 1970. A mí me gusta más así.


De la reforma barroca destaca el retablo del altar mayor, detrás del cual sigue estando el órgano. La escena central tiene como protagonista a María Magdalena, en el momento de su glorificación. El retablo está realizado en mármoles y en su cúspide hay una escultura del arcángel San Miguel.



En los muros laterales de la iglesia se colocaron esculturas barrocas de santos ascetas, según la moda iniciada por los jesuitas. Son esculturas muy expresivas; san Simeón parece que esté bailando sevillanas. Me llamó la atención especialmente la de Santa María Egipcíaca, a la que confundí con María Magdalena puesto que está representada de manera muy parecida a la magdalena penitente, con una calavera y una túnica de arpillera.



Curiosamente se venera la tibia de Santo Tomás Cantuariense o Santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, mártir del siglo XII venerado por las iglesias católica y anglicana. Su martirio está relacionado con las disputas entre el rey inglés, y su deseo de someter a la iglesia a su poder, y el Papa y su deseo de mantener una jurisdicción independiente. Parece que, voluntaria o involuntariamente, el rey animó a ciertos caballeros a asesinar a este díscolo arzobispo más proclive al poder del Papa. En cualquier caso, en esta iglesia desde principios del siglo XIV, hubo una cofradía formada por ingleses que veneraba a este santo y a su tibia.


Otro santo muy venerado en la parroquia es San Mamés, patrón de los pastores. En su capilla se conserva una escultura yacente representando su martirio. Mamés de Capadocia había nacido en la cárcel ya que sus padres estaban allí por ser cristianos, posteriormente martirizados también. El niño terminó pastoreando ovejas, pero las persecuciones no cesaron. Cuando le enviaron unos leones para que se lo comieran él supo apaciguarlos, así que los romanos un poco hartos ya del niño, le clavaron un tridente en el abdomen y él se refugió en una cueva para morir. Esa es la escena que se conserva en esta capilla y la talla de madera es tan realista que muestra los intestinos fuera de su cavidad. En esta parroquia se conserva el cráneo del santo en un relicario.



Ha sido una visita muy interesante. La parroquia de Santa María Magdalena ha estado cerrada muchos años para ser reacondicionada. Al parecer tenía muchos problemas de humedad. Durante estas obras han aparecido los enterramientos habituales en las parroquias y se ha decidido dejarlos donde estaban para que sigan su sueño eterno. R.I.P.



Y las vistas, ¿qué? Desde la Torre Mudéjar, el cimborrio de La Seo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, deja tu comentario