lunes, 21 de octubre de 2019

Testimonio: Vestidas para un baile en la nieve de Monika Zgustova (2017)


La autora.-
Monika Zgustova es escritora y traductora principalmente del checo y del ruso al castellano y al catalán; también es columnista en prensa. Su autor más traducido es Bohumil Hrabal de quien escribió también una documentada biografía. Aunque nació en Praga, desde los años 1980 vive en España y ha obtenido la nacionalidad española. Otras obras suyas: Las rosas de Stalin, Los frutos amargos del jardín de las delicias. 

Mi opinión.-
Vestidas para un baile en la nieve es un libro testimonial. Nace de la necesidad de dar voz a las mujeres, doblemente silenciadas, encarceladas en gulags durante la época de Stalin. Zgustova se entrevistó con ellas a finales de los años 2000 y para cuando el libro se publicó algunas de ellas habían muerto.

Siberia
Todas mostraron una gran disposición para recordar y dejar testimonio aunque fuese breve. Para que nadie tuviera la tentación de olvidar. Entre sus recuerdos se colaban también las vidas de otros personajes que también habían sufrido la represión stalinista. La autora tiene el acierto de unir a cada uno de sus personajes con un arquetipo de la mitología: La mujer de Lot, Judith del siglo XX. Son epítetos que tienen que ver con cada una de sus particulares historias.

Lubyanka, sede y prisión de la KGB
Aunque sean historias particulares comparten rasgos comunes fruto de la historia destructiva que se desarrolló durante esos años. Eran jóvenes mujeres, estudiantes. Colaboradoras, hijas, hermanas o novias de algún perseguido que sufrieron su mismo destino; a veces, sólo por ser judías. Todas consideran que la experiencia del gulag las ayudó a apreciar mejor la vida, aunque una de ellas dice alto y claro que aquélla fue la experiencia más negativa de su vida y que no lo merecía.


Todas coinciden también en subrayar que la belleza, la literatura, la música y la poesía les ayudaron a sobrevivir y que cualquier de esas disciplinas, sin duda, les concedió un mayor número de años de vida que a quienes no podían disfrutar de ellas. Algunas de ellas se siguieron sintiendo fervientes comunistas y no dudaron en calificar al régimen stalinista como dictatorial y traidor a su pueblo. Después de haber vivido aquella represión tampoco son muy benevolentes con el régimen de Putin.


Bajo el régimen stalinista se hizo realidad la distopía de Ray Bradbury, Farenheit 451, y frente a la censura o el fuego destinados a los libros peligrosos, surgió la Samizdat, la copia y distribución clandestina de literatura prohibida, a veces, hecha artesanalmente y con gran riesgo para la vida. Pero Stalin murió y la literatura recuperó su sitio.

Publicación Samizdat
Las acusaciones, los procesos que sufrieron y las condenas también son bastante parecidos. Irrumpían en sus casas y se las llevaban sin que, apenas, pudieran coger algo de ropa. Esa es la razón del título. Después el hambre, el abuso, el frío, los harapos, la imposibilidad de huir y los trabajos forzados. Al final, cumplida la condena o por la muerte de Stalin, la liberación y la reinserción en una sociedad que ya no conocían. Las suspicacias de sus vecinos al enterarse de que vivían cerca de expresidiarias y las secuelas en su precaria salud.

Localización de los gulags en la antigua URSS

En este libro hay nueve testimonios. Ignoro como la autora habrá seleccionado a estas nueve mujeres, pero me parece muy significativo que sólo una de ellas reconozca el ambiente de abusos y agresiones sexuales que sufrieron. Demasiado pudor y demasiada vergüenza para reconocerlo. Abusos y agresiones que no se producían por parte de los carceleros sino de sus mismos compañeros de cautiverio. Terror.

Zayara cuenta como otro de los prisioneros prefirió llevarse un violín al gulag y tocó el allegro molto appassionato del Concierto para violín de Mendelsshon

Un libro muy recomendable para que la microhistoria de las mujeres prisioneras tenga su sitio junto a la microhistoria de los hombres más conocida a través de las experiencias de Boris Pasternak o Alexander Solzhenitsyn. Y porque la mayoría de mujeres y hombres que pasaron por esa experiencia todavía no han sido rehabilitados.


Ellas son:
·         Zayara Vesiólaya, la mujer de Lot.
·         Susanna Pechuro, Penélope encarcelada.
·         Ela Markman, Judith del siglo XX.
·         Elena Korybut-Daszkiewicz, Minerva en las minas.
·         Valentina Ievleva, Psique encarcelada.
·         Natalia Gorbanévskaya, Antígona frente al Kremlin.
·         Janina Misik, Ulises en Siberia.
·         Galia Safónova, Ariadna hija del laberinto.
·         Irina Emeliánova, Eurídice en los infiernos.


Vestidas para un baile en la nieve
Monika Zgustova

Ed. Galaxia Guttenberg

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