La autora.-
Fred Vargas es escritora de novela policíaca, arqueozoóloga
e historiadora; también es destacada ecologista. Tiene dos series policíacas
principales; una de ellas protagonizada por el comisario Adamsberg (he leído L'homme à l'envers) y otra por la
trilogía de los tres evangelistas,
historiadores que se dedican a desvelar misterios. También escribe ensayos de
su especialidad profesional con su verdadero nombre, aunque ninguno de ellos ha
sido publicado aquí: Frédérique Audoin-Rouzeau. La trilogía de los tres
evangelistas está compuesta por: Que se levanten los muertos, Más allá a la derecha y Sin
hogar ni lugar. Es Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018.
Mi opinión.-
Me he quedado muy sorprendida con esta novela. Pertenece, es
la segunda, a la trilogía de los tres evangelistas pero curiosamente el
protagonismo no se lo llevan ellos. En absoluto. La autora introduce a un nuevo
personaje, excompañero del viejo comisario Vandoosler, que se llama Kehlweiler
y que recaba la ayuda de San Marcos,
el medievalista. Estamos en 1995 y apenas han pasado 6 meses desde la
resolución del primer caso.
Place de la Contrescarpe, París. |
Kehlweiler el alemán
es un personaje muy interesante. Nació poco después del final de la II Guerra
Mundial y por el apellido y por su fisonomía queda claro su origen. Pero no
sabemos si el inicio de su vida es fruto directo de la violencia. Es un hombre
callado, con pocos amigos, pero con una buena red de informantes por toda la
ciudad, en eso se parece a Sherlock Holmes, pero sólo en eso. Tiene numerados los bancos de París, y algunos de sus árboles también, como
referencia para sus labores de vigilancia, aunque ya no trabaja como policía. Marthe,
una vieja exprostituta también le ayuda.
A Kehlweiler le gusta jugar en una de éstas |
En su trabajo es concienzudo, obstinado y nada se le pone
por delante. Llega incluso a ridiculizar a sus excompañeros en una escena
delirante y surrealista, acompañado siempre por su sapo, Bufo. Examina
exhaustivamente la prensa francesa. Prensa de todo tiempo y de todo el país que
mantiene archivada en su casa.
Bufo |
El caso es que en una de sus vigilancias descubre algo que
le inquieta. Un pequeño hueso mezclado entre los excrementos de un perro. El perro
le llevará hasta su dueño, que vive en otra ciudad pero que acude periódicamente a París.
En Port-Nicolas, Bretaña, Kehlweiler seguirá con sus indagaciones. El hueso es
de una mujer y tendrá que averiguar si ha habido alguna desaparición. Y no, no
la ha habido pero sí ha muerto una mujer, aparentemente en un accidente, en
los acantilados.
Acantilados de Port-Nicolas |
Kehlweiler tendrá que convencer a policías y vecinos de que
esa muerte es un asesinato y de que tiene relación con el pasado. Además,
tangencialmente, surgirá una subtrama que también tiene que ver con el pasado histórico
de Francia y, más directamente, con Kehlweiler. Uno de los sospechosos acaba de
trasladarse a vivir a Port-Nicolas y además pretende optar a la alcaldía. René
Blanchet es el que vive Más allá, a la
derecha. Es este espécimen de político resurgido en los últimos años. Un neofacha
clasista, racista, sexista y con una inquina especial contra los inmigrantes pobres; con un pasado turbio pero, por encima de todo y
caiga quien caiga, es un superviviente. Hasta que se encuentra con Kehlweiler.
Ya he comentado que esta novela está incluida en la trilogía
de los Tres evangelistas. Sin
embargo, no aparece más que San Marcos. Supongo que esto es una estrategia del
editor, pero no sé para qué. El caso es que Marc Vandoosler aparece para colaborar
en la investigación de Kehlweiler y Fred Vargas aprovecha para describir su
carácter más profundamente. Casi llega a ridiculizarle porque, en general, los
personajes masculinos están descritos con muy mala leche, en lo que me parece
una venganza feminista. Marc está hecho de eficacia y desbarajuste, es nervioso
e inseguro y también obsesivo. Parece fascinado por Kehlweiler y, a la vez, le
rechaza. Está deseoso de colaborar con él pero es reticente a viajar a otra ciudad para
hacerlo porque es una molestia. Actúa tal cual haría un adolescente pedorro o una mosca cojonera.
Kehlweiler padre sigue viviendo en Lórrach, Alemania |
La novela me ha gustado mucho y la recomiendo, aunque en la traducción hay cosas que me chirrían (no sé si se trata de loísmos o yo me he vuelto un poco histérica). Por otra parte, me gustaría
decirle a la autora que aprovechase para crear un personaje femenino sólido, una
gran investigadora, que pudiéramos convertir en un icono feminista dentro de la
novela policíaca. Creo que es lo que le falta.
Más allá, a la derecha.
Fred Vargas
Traducción: Manuel Serrat Crespo
Ed. Siruela
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