lunes, 18 de mayo de 2020

Ensayo: ¿De qué se ríe la Gioconda? de Clara Obligado (2006)


La autora.-
Clara Obligado nació en Argentina y tuvo que exiliarse en España en 1976, debido a la persecución de la Dictadura militar. Es licenciada en Literatura y también organiza talleres de escritura creativa. Recibió el Premio Setenil por El libro de los viajes equivocados. También colabora habitualmente en prensa escrita. Otras obras suyas: La hija de Marx, Petrarca para viajeros, La biblioteca del agua, La muerte juega a los dados

Mi opinión.-
Durante toda la historia cultural del mundo han existido mujeres relevantes en todos los campos. Sin embargo, estas pintoras, escultoras, literatas o científicas no han creado escuela y deberíamos preguntarnos porqué. Por supuesto, el patriarcado y su rígida asignación de funciones para cada uno de los sexos ha sido una fuente de discriminación para ambos, pero especialmente para las mujeres.


Clara Obligado hace, en este libro, un repaso por la historia de la cultura principalmente por la literatura, pero no se trata de enfocarlo como un ensayo tradicional. Cada capítulo está dedicado a uno de los prebostes culturales que en el mundo han sido pero introducido por una anécdota autobiográfica o ¿autoficcional?, además dispuesta cronológicamente. Desde la infancia y adolescencia, hasta la madurez, pasando por experiencias universitarias, noviazgos, matrimonio, maternidad y divorcio.

Bécquer

Escrito con mucha sensatez pero también con un punto de ironía, casi supone un viaje hacia la desilusión (hasta Cortázar era misógino). Y esto porque, como se suele decir, no deja títere con cabeza. Pasan por sus manos Superman, Peter Pan, Sherlock o el señor de los anillos y también sus creadores. Así vemos, como Bécquer y Neruda, aunque separados por 100 años, retratan el mismo tipo de mujer. Callada, misteriosa, etérea y que nunca pide nada. Mujeres perfectas, esculturas de carne y hueso, cálidas pero sin vida. Reproducen el mito de Pigmalión.

Pigmalión y Galatea de Ernest Norman (1886)
Los hombres construyen el mundo a su imagen y semejanza y ponen en él las imágenes de mujeres que también han construido. Son mujeres espejo que devuelven el reflejo de lo que quieren o temen los hombres, pero sin personalidad o existencia real. Las mujeres reales nunca cumplimos las expectativas de los hombres porque, en realidad, competimos con iconos culturales creados por hombres que invisibilizan y no quieren conocer a las mujeres reales.

Cortázar, también.
Así, además, de ser secundarias de nuestras propias vidas, no tenemos modelos de mujeres triunfadoras, en el ámbito público, que pudieran servirnos de inspiración. Es posible que salgamos al ámbito público tímidamente, sin aliento, sin fuerza, ya casi derrotadas y es posible que esto sea porque hemos despreciado la feminidad madura, tal y como hacen los hombres. ¿Y si encontrásemos nuestra inspiración en las mujeres que se quedaron en el ámbito privado? En cierta medida, nos hemos educado de espaldas y rechazando los roles tradicionalmente femeninos pero, ¿y si imitásemos la fuerza o la capacidad de resistencia de esas mujeres que tenían que andar kilómetros para, simplemente, ir a recoger agua de una fuente y nunca nos diésemos por vencidas?

El ramo de violetas de Manet

A los hombres no les interesa la existencia de las mujeres como sujetos de la historia, sino como objetos de estudio. En definitiva que la autora pone de manifiesto la existencia subsidiaria de las mujeres. Educadas desde la infancia para ser secundarias en las vidas de los hombres, lo cual no parece muy sensato, pero que además son impulsadas hasta el delirio de ser secundarias de sus propias vidas. Increíble, porque puedo entender (y no compartir) que a los hombres no les interesen nuestras vidas reales, pero que no nos interesen a nosotras mismas, ¡rotundamente, no!

El espejo de vestir de Berthe Morisot
De todas maneras, no se trata ahora de despreciar y eliminar de la historia de la cultura todas las manifestaciones que nos parecen machistas o retrógradas, entre otras cosas, porque apenas quedaría nada. Se trata, más bien, de poner a los autores en su sitio que, desde mi punto de vista, es fuera del pedestal. Un libro muy recomendable, como todos los de esta autora que cada día me gusta más.




¿De qué se ríe la Gioconda?
Clara Obligado
Ed. Temas de hoy

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