El autor.-
BHL ha tenido siempre fama de intelectual excesivamente mediático
y de narcisista ha sabido comunicar y divulgar y también proyectar la
influencia de la filosofía en nuestras sociedades actuales. Todo ello con mucha
claridad y sensatez. Nació en Argelia y estudió en París en el Instituto de
Estudios Políticos y después en la Escuela Normal Superior. Se ha mostrado
comprometido con diversas causas y últimamente se ha significado como un claro
europeísta y muy preocupado por el ascenso del antisemitismo en Francia. Otras
obras suyas: Hombres y mujeres, Los
últimos días de Charles Baudelaire, El siglo de Sartre, El espíritu del judaísmo.
Mi opinión.-
Ya en el prólogo de este libro BHL compara el desasosiego de
la Europa de 1993 con aquel que sufrió Alemania antes de la oscuridad nazi. La
República de Weimar, culta e intelectual, “había dado a luz a un monstruo”. BHL
intenta saber por qué.
República de Weimar |
Europa en los años 1990 sufrió fuertes convulsiones. La
caída del comunismo no trajo la libertad, ni la igualdad como muchos
intelectuales deseaban y habían previsto. Antes al contrario se ha producido
una resurrección de los nacionalismos excluyentes. Basta echar un vistazo a algunos
de los países, y a sus gobernantes, incorporados a la Unión Europea que provienen
de la órbita exsoviética y se verá que no son muy respetuosos con las minorías,
ni con los inmigrantes, ni con los derechos humanos.
Caída del Muro de Berlín, 1989 |
Pero tampoco otros países que han vivido las consecuencias del fascismo escapan a esta tendencia. En Italia resurgen esos mismos movimientos que priorizan a los naciones e, incluso, en España gracias a la intervención de los catalanazis y su ridículo procès, ponen de manifiesto que es cierto, en determinadas ocasiones, las democracias dan a luz a monstruos. Hay políticos mediocres, manipuladores y marrulleros que son capaces de retorcer la legalidad de tal manera que las democracias pierden su sentido.
Imbéciles reunidos |
Algunos intelectuales creían que la caída del comunismo supondría la consolidación y la consideración de la democracia como único sistema y también como el más valioso y digno de estima y protección. Pero, en realidad, se produjo la desideologización de la ciudadanía y su conversión rápida y brutal en simples consumidores. Esa fue la verdadera derrota de la democracia. Desde ese momento, la democracia ha sido abusada y pervertida y pretende ahora ser sometida a unos estándares de pureza que sólo fomentan el integrismo.
Ya sea la pureza religiosa de los islamistas o el delirio
identitario de los catalanazis, ambos se fundamentan en la exclusión. El
integrismo, sea cual sea su base, presupone que existe una comunidad perfecta,
el cielo en la tierra y una comunidad que ha sido contaminada pero que puede
volver a ser purificada. Generalmente esa purificación lleva al exterminio de
lo contaminante. Es interesante repasar la prensa de los años 1930 en Alemania
y se verá como el judío era identificado, con una enfermedad, con un virus, con
un cáncer que había que extirpar. Esos comentarios aparentemente objetivos en
la prensa, oficial y no oficial, se filtraron en la psique de la gente y así no
extraña que justificar la solución final
fuese después muy fácil.
Paradójicamente, el comunismo, tener un enemigo común, era
el aglutinante que las sociedades occidentales necesitaban. Ahora, en el año
2019, parece que esas fuerzas desintegradoras que BHL intuyó en los años 1990,
siguen campando a sus anchas. Este libro no es muy optimista pero es completamente
vigente después de haber sido publicado hace 25 años.
Bernard-Henri Lévy
La pureza peligrosa
Trad. Berta Corral y Mercedes Corral
Ed. Espasa Hoy
Me recomendaron este libro,parece ser interesante!!
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