La autora.-
Java Rosenfarb está considerada como la escritora en yiddish
más importante del siglo XX. Sobrevivió al Holocausto después de pasar por el
gueto de Lódz y varios campos de concentración. Terminó viviendo en Canadá
donde, completamente dedicada a la escritura, intentó rehacer su vida. No se ha
traducido ninguna de sus otras obras al castellano: The tree of live, Bociany, Of
Lodz and love.
Mi opinión.-
Editar un libro de relatos debe ser bastante difícil. Creo
que debe encontrarse una unidad temática, en este caso la hay, pero también
debe haber una unidad de estilo que, para mí, en este caso no se cumple. El
libro lo componen seis cuentos, aunque el último sería más una semblanza
biográfica, y todos ellos tienen como denominador común que su protagonista es
un superviviente. Sin embargo, no todos ellos tienen el mismo estilo ni
siquiera una longitud similar. Resultan, de esta manera, poco armónicos entre sí.
Respecto a la traducción, existen algunas palabras en polaco, alemán o yiddish
que tienen su explicación en la correspondiente nota al pie de página, pero
otras no y no sé a qué se debe esta diferencia de trato.
El uniforme despersonalizador |
En El novato se
relata el difícil proceso de reincorporarse a una vida cotidiana y banal como
la que solemos llevar todos. Un superviviente de los campos de concentración
aprende nuevamente a trabajar, a hablar con sus compañeros, a negociar un
contrato laboral. Sin embargo sigue sintiendo frío a pesar de llevar un abrigo
fuera de temporada y de trabajar en un taller de planchado de ropa.
Las literas inmundas |
Último amor es la
historia de Amalia, enferma terminal de tuberculosis y su marido Gabriel, un
escultor con cierta fama. Regresan a París donde se conocieron para cumplir la
última voluntad de Amalia. Los únicos motores de su vida han sido la
supervivencia y la pasión erótica, por eso, pretende vivir una última
experiencia sexual con un hombre más joven, con un desconocido al que Gabriel
tendrá que convencer. Jean Pierre será el tercer vértice del triángulo y verá
su vida afectada gravemente por esta mínima relación con Amalia. Es el cuento
más largo y produce tantos cambios de protagonista que resulta demasiado confuso
para desembocar en un final que yo considero estrafalario.
La vajilla que se permitió llevar a los condenados |
Un viernes en la vida
de Sarah Zonabend muestra la soledad de una superviviente a pesar de haber
rehecho su vida, estar casada y tener dos hijos. Sigue siendo inestable
emocionalmente. Seguimos su divagar y llora sin motivo, odia y se enamora al mismo
tiempo de un cartero al que no conoce, quiere escapar de su casa y finalmente
decide continuar escribiendo su diario. Después de leerlo queda una sensación
de amargura: haber sobrevivido al exterminio para llevar una soledad
existencial absoluta.
La olla para cocinar los comistrajos |
El comienzo de La
venganza de Edgia me ha parecido terrible. Parece existir una ley perversa
que gobierna la psique de los supervivientes y que les impide salir del campo
de exterminio. En el campo sólo existe el deseo de supervivencia a cualquier
coste, incluso convirtiéndose en kapo,
en cómplice de los torturadores. El campo se había convertido en el único universo
posible y los guardas eran los dioses. Cuando el campo termina, los kapos tienen miedo de que se les
reconozca y esperan ser víctimas de una venganza que quizá no llegue.
Las maletas para viajar hasta el exterminio |
En Pajarillo rojo la
protagonista se enfrenta al drama de haber sobrevivido a su pequeña hija y de
verla revivir en cualquier niña que conoce. Sus alucinaciones le hacen
descuidar su vida actual y perder la única posibilidad de rehacer su
existencia.
Las máscaras para que los guardianes no se envenenaran |
El último poeta de
Lódz no es un cuento de ficción. Lódz fue el segundo gueto más grande de
Polonia después del de Varsovia. Sobrevivió casi hasta el final de la guerra y
fue un goteo constante de deportados hacia los campos de exterminio. Aun así,
la gente se acostumbró a sobrevivir allí y los poetas como Shayevitch siguieron
escribiendo, conscientes de que su obra se perdería y de que el único medio de
resistencia en esas condiciones brutales del gueto es cuidar del espíritu
propio.
El gueto de Lódz |
Las fotografías de este post están tomadas de exposición Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos que
vi en Madrid en Mayo de 2018. Conviene recordar siempre.
Java Rosenfarb
Supervivientes
Xordica Editorial
Trad. de Daniel Gascón
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